05.03 | ¿𝑪𝒊𝒆𝒓𝒕𝒐?

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Hayley pov's

Ese día decidí levantarme antes que todos, para ir al bosque y pintar. Me puse mi abrigo, agarré el cuadro, mi pincel y las pinturas y salí de casa haciendo el más silencio posible. Tenía planeado volver antes del almuerzo.

(...)

Estaba pintando el bello paisaje que me brindaba la naturaleza. De pronto, escuché sollozos a lo lejos. Intenté no darle importancia, pero no logré vencer a la curiosidad. Dejé las cosas tal y como estaban, me levanté y comencé a seguir el llanto. Esquivando árboles, me encontré con un chico sentado contra el tronco de un árbol y su rostro escondido en sus piernas. Me acerqué lentamente para ver de quién se trataba. Era Gilbert.

-¿Gilbert?

Levantó su cabeza rápidamente. Tenía las mejillas cubiertas de lagrimas y sus ojos hinchados y rojos. Al verlo así, de inmediato me acerqué a él y me senté a su lado.

-¿Qué te pasó?

Se secó sus lágrimas y me respondió con un simple "nada".

-Vamos, no puedes estar llorando por nada. Cuéntame. Estoy aquí para apoyarte.

Respiró hondo y comenzó a llorar cada vez más. Agarre su cabeza y la apoyé contra mí pecho. Entrelazó sus brazos por mi cintura abrazándome. Yo con una mano lo abrazaba y con otra acariciaba su cabello. No paraba de llorar. No le pregunté más. Nos quedamos en esa posición por unos minutos, hasta que él se separó, aún quedando frente a frente.

-Elijah, el hijo de Mary, se quedó una noche a dormir en casa, en la habitación de mi padre. Esta mañana, descubrimos que se había ido, se llevó los únicos recuerdos de mi padre.

-Oh, Gilbert. Lo siento tanto.

-No, no es tu culpa- secó sus lágrimas y trató de controlar su respiración, la cual estaba totalmente agitada- Lo siento, seguro estabas ocupada o haciendo algo importante.

-No, nada importante. Solo vine aquí para despejarme y pintar un rato.

-Oh, ¿qué estás pintando?

-Ven- Le dije mientras me levantaba.

Él hizo lo mismo. Lo agarré de la mano y lo llevé hasta donde estaba mi cuadro junto a las pinturas. Me senté en frente del cuadro y le hice señas a Gilbert para que se sentará a mi lado, y así lo hizo.

-¿Quieres quedarte? ¿O demasiado aburrido?- Le pregunté.

-Veamos si aprendo un poco de pintura- se secó las pocas lágrimas que le quedaban, había logrado que se calmara.

Ambos reímos. Agarré el pincel, lo mojé en el color verde y comencé a pintar.

-¿Hace cuánto estás haciendo este cuadro?

-Una hora y media, por ahí- Respondí sin sacar la mirada de la pintura.

-Parece fácil, ¿por qué lo haces parecer tan complicado?

-Porque el diseño es simple, por eso es tan complicado.

Gilbert solamente asintió y siguió viendo como pintaba.

(...)

-¿Hayley?

-¿Si?- Giré mi cabeza para verlo.

Quedamos muy cerca. Más cerca que aquella vez que apagamos la vela a la vez. No sé porque, pero ambos nos comenzamos a acercar al rostro del otro, sin emitir ni una sola palabra. Gilbert pasó su mano por mi cuello hasta llegar a mi mandíbula, paso un mechón de mi pelo detrás de mi oreja. No sé que estaba pasando, pero sé que no estaba haciendo nada para evitarlo.

De pronto se comienza a escuchar como las plantas se mueven bruscamente. Moví mi cabeza separando la tensión que se había formado entre nosotros. Las hojas cada vez se movían más y más fuerte. Lo debo admitir, algo me asusté. Bueno, me asusté tanto que tomé la mano de Gilbert.

De pronto Alex y Coraline salieron de detrás de las plantas. Eran ellos.

-¡Hayley!- Gritó Coraline.

-¡Gilbert!- Gritó, también, Alex.

-¿Los interrumpimos?

De inmediato, solté la mano de Gilbert.

-¡No! Claro que no- Respondí -Nos encontramos aquí y nos quedamos charlando.

-Esta bien... ahora, Hayhay, tienes que venir a almorzar.

Cierto, lo había olvidado.

-Claro.

Gilbert me ayudó a recoger las cosas. En cuestión de dos minutos, estaba despidiéndome de él.

-¿Qué sucedió con Gilbert?- Me preguntó en un susurro Cori.

-¡Nada! ¡Absolutamente nada!

Coraline solo rió y siguió caminando.

No había pasado nada, ¿cierto?

TUS OJOS MÁGICOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora