Esa tarde había invitado a Anne, Diana y Ruby. A parte, Cori había invitado a Jane. Estábamos todas juntas charlando y riendo en el sofá mientras comíamos budín de arándanos. De pronto, el sonido del timbre nos interrumpió.
-¿Quién más viene, Ley?.
-No lo sé- Le respondí a Anne mientras me levantaba del sofá.
Al abrir la puerta, me encontré con Gilbert. Yo le dije que cuando se sienta solo venga a casa, pero no sabría que iba a venir ese mismo día.
-Oh, hola, Gilbert- Lo saludé algo extrañada.
Note que traía una bolsa, ¿Por qué?.
-¡¿Gilbert!?- Escuché susurrar emocionada a Ruby.
-Hola, Hayley. Vengo porque Alex me invitó, ¿Está él aquí?.
-Oh, sí. Ven pasa- Le dije mientras le hacía señas de que pasase a la casa, y así lo hizo.
Gilbert, al ver a todas las chicas mirándolo atentamente, las saludó con la mano.
-Ven, te guio a su habitación- Le dije y me dirigí a la parte de arriba de la casa, a lo que el me siguió -Es esta- Le indiqué señalando una puerta color beige.
-Gracias, Hayley- Me agradeció y luego entro a la habitación ya que la puerta estaba abierta.
Yo solamente asentí con mi cabeza y baje rápidamente con las chicas.
-¿Qué fue eso?- Me preguntó sorprendida Diana.
-Creo que Alex lo invitó a casa.
-¡Tienes a Gilbert Blythe en tu casa!- Gritó Ruby lo más fuerte posible.
-¡Silencio, Ruby!- Le ordené.
(...)
-¡Muéstranos tus pinturas!- Me pidió Jane.
-Esperen las voy a buscar- Acto seguido, subí hacia mi habitación.
Al llegar a la puerta, note que estaba medio abierta, yo nunca dejaba abierta mi puerta, ni un centímetro. Entré rápidamente, y allí estaban. Alex y Gilbert husmeando en mi alcoba.
-¡¿Qué hacen en mi habitación!?- Les pregunté, claramente enojada.
-Solamente le mostraba a Gilbert lo mal que pintas- Explicó mi hermano demasiado tranquilo.
-Pintas muy bien, Hayley- Me "halago" Blythe con una sonrisa.
-Gracias, pero ¡Fuera!- Les ordené.
Estos dos salieron de mi habitación. Alex sabía muy bien que odiaba que otra gente muestre mis pinturas. Intentando olvidar lo que pasó, agarré mis pinturas favoritas. Una de estas era un gato reposando en una ventana, esto era en Charlestown. Era un gato que todas las mañanas estaba acostado en mi ventana, así que un día decidí retratarlo, y así se volvió mi pintura favorita.
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