08.01 | 𝑵𝒐 𝒕𝒆𝒏𝒅𝒓𝒊́𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆𝒓 𝒗𝒆𝒓𝒈𝒐𝒏𝒛𝒐𝒔𝒐

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Me paso hace tres meses, y me siento muy madura- Dijo la chica rubia alta en un susurró.

Hayley le había pasado de pequeña, pero nunca se sintió "más madura", para ella eran solo cólicos unos días al mes.

-Te vez madura.

-Así es.

-Creo que los niños me toman más en serio.

-Pero no se dan cuenta ¿Se darán cuenta? Sería horrible- Comentó la pelirroja.

-No es que se den cuenta de eso precisamente, pero ya no soy una niña pequeña, y eso creo que es evidente. Mis pechos están creciendo.

-A mi me llegó hace un año.

-A mi también, ¿A ti, Hayley?- Le preguntó Tillie.

-Hace 3 años- Contestó.

-¿De verdad?- Preguntó la rubia casi poniéndose a llorar.

-Mi padre comenzó a abrirme la puerta, que amable.

-Estoy ansiosa por empezar a peinarme como mujer.

De repente se escucharon los llantos de la rubia.

-Ruby, ¿Que sucede?.

-No soy una mujer. ¿Por qué no me baja?.

-Creeme Ruby, si pudiera darte el mío, con gusto te lo daría- Le dijo Hayley.

-¡Esto es un fastidio!- Agregó la pelirroja.

-Silencio, Anne.

-Habla más bajo.

-Nadie debe de saberlo. El período es algo vergonzoso.

-Oh por dios, chicas. El período es algo completamente normal que tendríamos que poder gritarlo si queremos. No es vergonzoso. A parte, los niños ya están bastantes grandes para no saber lo que es- Comentó Hayley.

-¿También les pasa algo así a los niños?- Pregunto Anne.

-Tambien tienen sus problemas- Le respondió la castaña.

-¿Por qué están haciendo eso?- Preguntó la rubia mientras se asomaba por la ventana.

Rápidamente todas la copiaron. Estos estaban pateando árboles y golpeando una madera con una hacha.

-Esa es la pregunta del millón- Comentó Prissy.

(...)

Pasaron un par de días. Hayley y Gilbert competían todo el tiempo en clases, ya sea por responder una pregunta o por un concurso de deletreo.

-Y ¿Qué llevas con Gilbert?- Le preguntó su compañera.

-¿Yo con Gilbert? Nada, absolutamente nada. Solo lo veo en casa porque es amigo de Alex, pero después de eso, nada.

-Vamos Ley, noto como se miran. Son dos parejas que que piensan que se odian, pero no es así, verdaderamente se aman.

-Oh por dios, Anne. No es así, yo no lo odio, odiar me parece un sentimiento demasiado fuerte. Digamos que es... solamente mi compañero. No más que eso.

(...)

-¡Maddison!- La llamó el profesor.

-¿Si?.

-Llevale la tarea a Gilbert Blythe. No vendrá a clase por un tiempo y no quiero que se atrase demasiado. Es mi mejor alumno- Le ordenó entregándole los libros.

Esta solo los agarro y se marchó. Estaba enojada, ella también era una muy buena alumna, pero el profesor tenía una diferencia de género asquerosa.

-Cori, avisale a Alex que volveré más tarde, me enviaron a llevarle la tarea Gilbert Blythe- Le aviso.

-Esta bien, suerte con eso.

-La necesitare- Acto seguido, emprendió paso hasta la casa de Gilbert.

(...)

-¿Por qué me pasa esto a mi, destino?- Se preguntó a si misma.

Hayley tocó la puerta tres veces. Al ver que no abrían, volvió a tocar. De pronto un hombre que parecía estar en mal estado abrió la puerta.

-Perdon la tardanza.

-Oh no, discúlpeme a mi por ser tan impaciente- Se disculpó.

-Espera, tu de casualidad te apellidas Maddison- Le preguntó.

-Si... ¿Por qué pregunta?.

Este comenzó a reír.

-Su padre fue mi mejor amigo en la escuela, ¿Cómo está?.

-Muy bien... ahora estará más contento si le digo que me encontré con su viejo amigo.

-Oh... Gilbert me ha dicho que eres muy inteligente, que compiten todo el tiempo.

La joven sacó una pequeña carcajada. Estaba por responder pero una voz la interrumpió.

-Papá, ¿Qué estás haciendo?- Preguntó el joven mientras dejaba la madera en el piso -No deberías caminar.

-Mi hijo se preocupa demasiado. Parece que está joven tiene asuntos urgentes contigo. Yo volveré adentro.

-Te acanzar una silla- Le ofreció el joven.

-No, yo iré solo. Gracias, hijo- Después de esto último le dio unas palmadas suaves en el pecho refiriéndose a que se quede en el lugar -Gusto en conocerla, envíale mis saludos a tu padre.

-Igualmente, señor Blythe. Tenga por asegurado que mi padre recibirá sus saludos.

El hombre entró a la casa y el chico se reposo en el marco de la puerta.

-¿Son para mí?- Le preguntó el joven.

La chica le entregó los libros.

-Bueno... eres muy gentil por trarmelos.

-Bueno, el profesor Phillips no quiere que te atrases. Y yo no quiero competir con alguien que no está a mi nivel.

-Yo tampoco. Si vas a ganarme en clase, quiero que lo hagas sin hacer trampa.

-Yo no juego sucio, Blythe.

Ambos rieron.

-Bueno, emm... gracias, nos vemos- Dijo por último y los dos se dieron media vuelta.













TUS OJOS MÁGICOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora