09.01 | 𝑩𝒖𝒆𝒏 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒐

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Se acercaba el cumpleaños de la menor de los Maddison. Hayley todavía no sabía que regalarle. En realidad, sabía que regalarle, una pintura. Pero no sabía que pintar. En busca de inspiración, salió a pasear con su lienzo y sus pinturas. Caminaba, y caminaba pero no sentía su inspiración. ¿Acaso la estaba perdiendo?.

-¡Ley!- Escucho detrás de ella.

Esta de inmediato se dio vuelta, sabia quien era por ese apodo tan característico que le había puesto esa persona. En un abrir y cerrar los ojos la pelirroja estaba en frente de ella.

-Oh, hola, Anne.

-¿Interrumpo algo?.

-Oh, claro que no. Solamente estaba pensando en que pintar para regalarle a Cori.

-Tengo algunas ideas rondando por mi cabeza, ¿Te las digo?.

-Me ayudarias mucho.

-Bueno, podrías hacer un retrato de ella. O pintar este bellísimo paisaje repleto de nieve.

-Creo que me diste una idea, gracias Anne.

-No me agradezcas a mi, agradecele a mi mente que no para de pensar. Me debo de ir, Marilla iba a hacer una tarta de manzana y me pidió ayuda. ¡Adiós, Ley!- Saludó la pelirroja y emprendió su camino a su casa.

La protagonista agarró una sábana y la estiró para colocarla en el piso y no mancharse con nieve. Colocó el atril sobre la sábana, preparó sus pinturas y puso el lienzo encima del caballete. Mojó el pincel en el color verde y comenzó a dar pinceladas suaves. De pronto empezó a escuchar una pelea a lo lejos. Esta no le dio importancia y continuó con su pintura.

-Si vuelves a molestar a Hayley, te arrepentirás- Escuchó.

Al escuchar su nombre no lo pudo evitar y siguió el sonido de las voces. Esta se encontró con sus compañeros, Gilbert y Billy, de clase peleando, se escondió detrás de un árbol para no generar problema.

-Preguntame de nuevo- Le dijo amenazante al rubio.

Al ver que no respondía, este se dio media vuelta y siguió su camino.

-Espera, amigo. No te entiendo. Enserio, ¿Cuál es tu problema?- Le respondió el rubio.

El morocho le pasó la bolsa que traía a Billy y con su puño le pegó en la cara. El rubio tiró la bolsa a un costado y le metió un tackle y comenzaron a pelear. Gilbert terminó ganando. Hayley al ver que Gilbert estaba emprendiendo camino en diré a donde ella estaba pintando, corrió lo más rápido que pudo y volvió a su lugar. Pero al apoyarse en la sábana tiro el cuadro a la nieve, haciendo que la nieve se pegara a la pintura fresca. Así, echando a perder su pintura.

La chica empezó a sacarle suavemente la nieve con su mano, aunque sabía que no tenía arreglo.

-¡Hayley!- Escucho, a lo que esta levanto la cabeza, y se encontró con el joven Blythe.

-Oh, hola, Gilbert- Lo saludó algo desanimada.

-¿Pasa algo, señorita?- Le preguntó acercandose a ella.

-No, solo estaba pintando, pero se hecho a perder por completo- Explicó mostrando su cuadro repleto de nieve.

-Oh, lo siento mucho.

-Tienes, sangre, en la nariz- Le avisó.

Este se pasó el dedo suavemente por la nariz, y al fijarse, estaba repleto de sangre.

-Oh, no sé preocupe. Solo me choque contra un árbol- Mintió.

-¿Por qué miente?- Se preguntó la protagonista a ella misma.

-¿Quieres que te cure?- Le ofreció.

-Oh, no gracias- Rechazó la oferta -Yo... creo que volveré a mi casa. Adios- Saludó asintiendo levemente.

-Adios...- Lo saludó y este se esfumó.

(...)

-¡Hayley!- La llamó su hermana.

-¿Qué pasa?.

-¿Me acompañas a recolectar manzanas para hacer una tarta?.

-Esta bien, deja pongo mi abrigo y vamos.

Las hermanas comenzaron su camino hacia el árbol de manzanas.

-Sabes, últimamente no estamos hablando mucho.

-Tienes razón, supongo que las dos hicimos muy buenos amigos aquí.

-¿Puede ser que te estés amigando con Blythe?.

-¿Yo? No me estoy amigando, solamente ahora estoy empatizando con él. Ya sabes, por la situación del padre. A parte, no es un completo patán, tiene sus partes de buen chico.

-¿"Situación del padre"?.

-El padre está muy enfermo, creo que por eso está faltando a clases.

-Oh, pobre.

-Si... A parte como te dije, no es un mal chico.

TUS OJOS MÁGICOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora