Parte 13. Ganske.

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Llegué a la mansión de las tinieblas luego de que Arvid me trajera. Era un hombre agradable, de unos cincuenta y dos que me comentó que trabaja para la familia Breivik desde los dieciocho años, también me comentó que de ahora en más seria mi chofer y que cuando necesite ir a alguna parte además de el trabajo le avise. 

—Gracias, Arvid. —le digo cuando me abre la puerta.

—De nada, señorita. —me hace un gesto con la cabeza luego de cerrar la puerta y meterse en el coche.

—¡Ganske! —la voz de Aiden me hizo voltear.

Fruncí en ceño caminando con mis tacones resonando en el piso de piedra hacia él.

—¿Ganske? —ni siquiera sé si lo pronuncié bien— ¿Qué es eso?

Aiden ríe y me guía hacia el despacho de Thomas, quien al parecer no estaba. Todo en la misión de las tinieblas estaba en silencio salvo por los pasos de los hombres rondando por toda la casa, vigilando.

—Ganske significa bella en noruego. —explica— Ya sabes, tú eres la bella y él la bestia, a Jacob y a mi se nos ocurrió.

—No creo que esto sea parecido. —le digo dejando el bolso sobre mi escritorio— ¿Quién es Jacob?

—Jacob es el tio al que le pasaste por encima para entrar aquí el dia de ayer.

Oh, el moreno que también me secuestró y luego me llevó como un costal de papas. Su nombre es Jacob.

—¿Ustedes son muy amigos? Ya sabes, con Thomas. —ni sé por qué me importaba, creo que solo es curiosidad. 

—Si, nos conocemos desde niños los tres, aunque Thomas y yo somos como hermanos. Hemos estado con él desde que heredó el imperio Breivik. —saca una agenda de uno de los cajones y un libro. Yo simplemente asiento.— Ten. —me pasa la agenda y el libro— Esta es la agenda de Thomas que llevaba yo pero al decir verdad soy muy malo como secretaria, y esto es un libro para que vayas aprendiendo noruego porque ya sabes, es un clan noruego tienes que saber entender y comunicarte, será necesario.

Abro mis ojos. ¿Aprender noruego? De casualidad sé hablar bien español, joder.

—Allí están todos los contactos, no es un trabajo pesado pero debes estar atenta a todo o Thomas se molestará... —luego abre otro cajón y saca un móvil, de esos viejos con teclado— Con este teléfono te comunicarás con nosotros, nadie puede rastrearlo, tiene el numero de Thomas, Jacob, Ivar, Arvid y por supuesto el mío, mientras tanto.

—¿Quién es Ivar? —pregunto mientras proceso la información y observo el antiguo Motorola en mis manos. 

—Ivar Breivik, es tío de Thomas, segundo en el mando del clan, pero él vive en Noruega.

—Vale. —asiento entendiendo— ¿Y ahora...

—Ahora puedes ir familiarizándote con todo. En la biblioteca hay libros con la historia de los clanes, el árbol genealógico e historia antigua de las mafias europeas, mientras tanto puedes ir estudiando y lo que no entiendes, no lo sé, googlealo. 

Suspiré. Vale, estudio, con lo que siempre odié estudiar. Las monjas en el orfanato nos partían las manos con una regla si apartábamos los ojos de los libros, sí así a lo edad antigua, se supone que en pleno siglo XXI ya no deberían hacer eso, pero la madre superiora era severa y más cuando se trataba de estudiar la biblia. Después recuerdo que una de las casa de acogida a las que fui, mi madre de acogida me obligaba a estudiar historia francesa junto con sus hijos porque ella lo era y quería que sus hijos se nutran de esa cultura tan refinada, como ella decía. Yo solo recuerdo morirme del aburrimiento, aunque aprendí bastantes cosas me sacó las ganas de conocer Francia.

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