Ambas estábamos sentadas en el pórtico de nuestra casa con una taza de café pero con coñac dentro, lo había robado de la licorera de Thomas un tiempo atrás, mientras veíamos el atardecer naranja entre las nubes y las pequeñas casas del vecindario.
—¿Planeas decirme como le harás para divorciarte de Richard en unos días?
—¿Te comenté que sólo será una ceremonia simbólica?
La miré incrédula.
—Ya sabes —continuó—, nos uniremos en cuerpo, mente y espíritu.
—¿Es una broma? —no pude evitar resollar ante sus palabras. Mi madre era todo menos una persona espiritual ¿A qué venia esto?
—Gabriel entiende mi situación con Richard, será difícil divorciarme, por eso nos uniremos de otra forma, él cree en todas esas tontearías así que sólo acepté. —veo el pequeño brillo de diversión en sus ojos, sé que le parece una tontearía pero también está emocionada de hacerlo, no por la ceremonia si no por unirse a Gabriel de cualquier manera— Una ceremonia maya.
Mis ojos se abrieron de asombro pero no dije nada, por supuesto respetaba las creencias de Gabriel pero jamás había oído algo así. Como pudo me explicó de qué iba todo eso; al parecer un amigo muy cercano de Gabriel es chamán y bueno, en una ceremonia de boda maya, los papeles no necesitan ser firmados, ya que esto es sólo un ritual de unión espiritual que presenta a la novia y al novio a los cuatro elementos: tierra, agua, fuego y aire. Se supone que estos elementos proporcionan energía, armonía y éxito en el matrimonio a la nueva pareja. Y pues, a medida que me iba contando de qué trataba me pareció hermoso, nuevo y... espiritual. Siempre es bueno experimentar otras culturas.
—Me parece maravilloso. —le digo sinceramente acariciando su espalda.
Ese día lo decidí dejar para ella, quería que sintiera mi presencia porque habíamos estado muy separadas últimamente y, aunque ambas estábamos acostumbradas a eso quería sentirme cerca por todo lo que había experimentado este ultimo tiempo, necesitaba sentirme normal, como ayer que pasé la tarde en familia y luego con las chicas hablando de cosas normales de mujeres. Ni Thomas, ni Gunther ni nadie de la mafia para interrumpir, solo unos días normales de la vida que esperaba tener al mudarme aquí con Erica.
Gunther aún no había dado señales de vida, o eso era lo que Aiden me informaba sobre las noticias de Jacob desde Alemania, ni una sola noticia de su paradero. No había dejado ningún rastro y no me sorprendía, el tio se la había pasado la mayor parte de su vida viajando por los negocios de su padre, no seria nada extraño que sepa exactamente donde ir, conocía casi todo el mundo y de seguro tenia contactos por todas partes. No quise preocuparme con esas cosas, los hombres de Thomas siempre estaban cerca para protegernos pero de igual forma siempre intentaba estar en mis cinco sentidos.
Los días pasaban mientras Thomas, Aiden e Ivar se ocupaban de que Gunther aparezca, mientras tanto Carly, Rosie, Gabriel y yo nos encargábamos de la ceremonia, aunque no parezca se requerían muchas cosas tradicionales. Daniela, una amiga de mi madre del trabajo, también vino a darnos una mano con la decoración en el bosque, era el único ''entorno mágico'' que había en el pueblo.
Todo estaba más que listo, el alatar, las ofrendas, las antorchas y el chamán se preparaba mientras los pocos invitados a la hermosa ceremonia comenzaban a aparecer. Todos vestidos de blanco combinados con algunos colores pintorescos. Mi vestido era blanco sin mangas con algunas flores en la cintura y la falda mientras que mi cabello caía suelto por mis hombros.
Mi padre apareció vestida con su huipil y Gabriel con su traje de tela, ambos se veían muy felices y enamorados.
Rosie estaba envuelta en lágrimas como era de esperarse, se sentía agradecida de que su padre por fin haya vuelto a encontrar el amor. Las dos, junto con Carly y Aiden nos sentamos en el piso mientras la ceremonia comenzaba y el chamán marcaba la tierra.
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La marca de Beist.
RomanceEmily siempre se mantuvo fuerte ante los obstáculos de su vida, y creyó que podía tener paz en ese nuevo pueblo, algo oscuro y extraño, donde empezaría de cero junto con su madre. Aunque no notó que de cerca la acechaba un demonio, una bestia o, así...