Parte 6. Juguemos en el bosque.

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Al despertarme me di cuenta de que tenia algunas llamadas perdidas de las chicas y también algunos mensajes. Mi cabeza comenzó a doler pensando en mi desagradable encuentro con ese psicópata...

Uno de los mensajes de Carlota venían con una invitación a una especie de fiesta en la fogata.

Una llamada entrante de Carlota me hizo asustar, estaban muy insistentes.

¿Por qué tanta insistencia tan temprano? —refregué mi mano por uno de mis ojos mientras me acostumbraba a la luz que entraba por la ventana.

Em, son las dos de la tarde. 

Mis ojos se abrieron sorprendidos y alejé la pantalla de mi móvil para confirmar que sí eran las dos con tres minutos de la tarde ¿Tanto había dormido? Joder.

Vale, reacciona que esta noche tenemos fiesta, Rosie y yo te buscaremos a las ocho, no aceptamos un no como respuesta, besos en la nalga... en la que no está marcada, ya sabes. —ríe y me cuelga dejándome perpleja. 

La tarde se pasó volando y ya casi era hora de que las chicas me busquen, no tenia ganas de arriesgarme a otro encuentro con Beist, pero también sabia que si no iba me quedaría toda la noche recordando lo que sucedió en ese callejón y la verdad no quería. Así que me vestí con un suéter de hombros caídos y botones, un jean negro y unas botas militar para completar. Me até el cabello y me maquillé solo un poco, para cuando acabé la bocina del coche de Rosie me hacia sobresaltar, ya seguía algo paranoica. Cogí mi chaqueta y salí antes de que patearan la puerta para obligarme a salir.

—¡Fiesta, fiesta, fiesta! —una alocada Carly con el cuerpo fuera de la ventana del coche me hizo reír— ¡Venga Em, cambia esa cara!

Nos alejamos del pueblo adentrándonos a la carretera, allí había una especie de acampado lleno de coches estacionados y si levantabas la cabeza podías ver el cielo iluminado por la fogata a lo lejos. No había disfrutado de estas clases de fiestas en mi adolescencia, estaba ocupada con otras cosas o quizá las amigas que tenia entonces no me animaban a salir como estas dos que prácticamente me arrastraron cuando bajamos.

Caminamos algunos metros y nos encontramos con una enorme fogata en medio que me recordó a The Vampire Diaries, y a muchos adultos jóvenes y adolescentes bebiendo de barriles rojos y botellas de whisky de la destilería de el tío de Carly. Algunos estaban ebrios, otros bailando, otros riendo y algunos casi follando a lo lejos en arboles o apoyados en coches. La música estaba alta y algunos ya comenzaban a quitarse la ropa por el calor que emanaba el fuego, la enorme llama que iluminaba.

—¿No es genial? —preguntó Carly palpando mi hombro, simplemente asentí.— ¡Tragos, ahora! —grita y nos arrastra a las dos a uno de los troncos llenos de bebidas alcohólicas. Cogió dos vasos descartables y los llenó del whisky de su tío ''Bitter Forest'' y nos entregaba uno a cada una— Amos estas fiestas, me hacen sentir de diecisiete otra vez. —comenta viendo con nostalgia su alrededor. 

Rosie y yo comenzamos a reír mientras bebíamos y las estrellas del cielo nos invadían, ya estábamos algo ebrias cuando nos dimos cuenta que Rosie se estaba besando con un tipo y Carly estaba vomitando sobre un árbol mientras yo le sostenía el cabello. 

—¿Ese es Adam? —miré en dirección a donde la borracha de mi amiga veía y vi a un tio de cabello rubio besando a una pelirroja y tocándole todo el culo como si fuese una esponja, arrugué un poco la nariz disgustada— ¡Voy a matarlo! —gritó la ebria, hasta que tuve que cogerla del brazo para que no haga una estupidez— ¡Suéltame, Emily! —chilló haciendo que algunas personas nos observaran hasta que mordió mi mano.

—¡Auh! —chillé soltándola. 

Vi como mi amiga iba en camino a perder la dignidad y no sabia si entrometerme o dejar que haga lo suyo. Gritos y empujones después el tio o Adam le gritó algo haciendo que mi amiga comience a correr llorando como niña pequeña.

La marca de Beist.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora