Luego de un fantástico sexo en la ducha estaba con una de sus camisas y un boxer puestos sentada en la cama secando mi cabello con una toalla. Thomas estaba hablando con su socio, ese tal Andrés. Mis pensamientos no dejaban de girar en todo lo que había pasado últimamente, en donde estoy en este momento sintiéndome tranquila, y creo que eso era lo que más me preocupada, sentirme tranquila aquí, en la cama de un mafioso. Un mafioso que me ha intentando -o continua- volverme loca y me ha tatuado el culo con su nombre para proclamarme suya como si fuese un objeto, no solo eso sino que ha hecho que quede marcada por todo el pueblo impidiéndome conseguir trabajo.
¿Y yo que he hecho al respecto? Pues ayudarlo a encontrar lo que su familia ha buscado por años y entregarme a él. Idiota me dirán y es cierto.
¿Me arrepiento? No lo sé.
Es un hombre atractivo, seria más idiota si dijera que no y que no me atrae o hace mojar mis bragas con su gruesa voz y sus manos cuando me toca.
¿Lo odio? Si, demasiado.
—¿Lista. Ganske? —la voz de Aiden me hizo parpadear para volver a la realidad. Voltee la cabeza y estaba parado en la puerta con algunos papeles en la mano y su típica media sonrisa.
—¿Para qué? —frunzo el ceño.
—Debemos continuar con el trabajo. —me guiña un ojo— Te espero abajo.
Asentí y el se fue. Me levanté y me acerqué al baño dejando la toalla mojada en el cesto de colada y vi que Thomas seguía hablando por teléfono muy concentrado. Decidí no molestarlo y bajé a buscar a Aiden.
Nos pasamos toda la tarde en la sala mientras él me explicaba cómo tenia que hacer mi trabajo y de las cosas que debía encargarme y por supuesto seguir las ordenes suyas y de Thomas. La mayoría de las cosas eran sencillas, como encargarme de que la mercadería pequeña, o sea los alucinógenos (LSD, DXM, Keta, PCP) llegue a los clubes nocturnos y bares a los que están asociados, debo tratar también con sus dueños de los cuales Aiden dice que algunos me intentaran intimidar o seducir para que les baje el precio, también que la mayoría son esos típicos hombres machistas que no querrán hablar conmigo por ser mujer, así que tendré que estar muy despierta y no dejar que me pasen por encima. Eso entre otras cosas.
Me explicó la grandeza a nivel mundial de haber conseguido el Cristal Rojo y que no solo podremos crecer en Europa sino en todo el mundo porque el Cristal Rojo solo es una creación de la familia Breivik, esto hará que la mafia nórdica vuelva a posicionarse donde pertenece y tomar el lugar dentro de las grandes mafias del mundo, ese que logró Odín pero que decayó cuando falleció.
—Vale ¿Has entendido todo? —pregunta Aiden entrecerrando los ojos.
—Si, aunque dudo que encargarme de los alucinógenos sea un trabajo para una secretaria, tú sabes que no sé nada de esto, Aiden. —digo viendo los papeles de los clubes y bares a los que les vendemos.
—Ganske, es un trabajo fácil, de lo más pesado me encargo yo créeme, pero no tengo tiempo para eso y tú solo tienes que encargarte de tomar los pedidos y coordinar los envíos con River. —se encoje de hombros como si fuese lo más obvio del mundo— Cuando superes esto podrás encargarte de los lugares más pesado, pero aun eres muy inocente para eso.
—¿Entonces no tendré que tratar con esta gente en persona?
—No, tenemos clientes en todo Europa, de eso se encarga River, solo tienes que utilizar el móvil que te di, todos han sido informados de que deben comunicarse contigo.
—Vale. —cogí los papeles que necesito. Era cierto, es fácil, solamente debo encargarme de lo que los clientes quieren y River hará el resto, ni siquiera tengo que tocar la droga. River es uno de los hombres encargados de los traslados de mercadería y el encargado de tratar con los clientes.
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La marca de Beist.
RomanceEmily siempre se mantuvo fuerte ante los obstáculos de su vida, y creyó que podía tener paz en ese nuevo pueblo, algo oscuro y extraño, donde empezaría de cero junto con su madre. Aunque no notó que de cerca la acechaba un demonio, una bestia o, así...