PD: Yo sé que van a leer esto y pensar ''que cliché'' ''Ah no ya se volvió re obvio'' pero por favor sigan leyendo que creo que se van a llevar más sorpresas de lo que imaginan. 😈
Abrí las puertas de la única capilla del pueblo sintiéndome rota nuevamente. De las enormes ventanas de cristal con figuras de ángeles se filtraba la luz iluminando los bancos y el altar con la figura de Jesús en la cruz. Es demasiado hipócrita de mi parte venir aquí, pero cuando me enteré la noticia no se me ocurrió otro lugar.
—Em, ha dado positivo.
Carly me veía sentada en el inodoro con el test en su mano. Luego de que Thomas me dijo que no había usado condón fui rápidamente a la farmacia en busca de la pastilla del día después cuando los flashback de todas las veces que nos olvidamos del condón vienen a mi cabeza y me paro frente al estante de los test de embarazo.
Mi corazón automáticamente se detuvo en mi pecho y creí que me estaba por agarrar un infarto. Sentada en el piso del enorme baño del cuarto que he compartido tantas veces con Thomas y, abrazaba a mis rodillas la miro sin poder creerlo.
—¿Se lo dirás?
—Tengo ¿No es así?
Esperanza había en mi voz. Esperanza de que la respuesta de Carly sea ''Sí, y cuando lo hagas se pondrá muy feliz'' pero ¿Feliz? ¿Por qué habría de estarlo? Nunca hablamos de nosotros mucho menos de hijos. Tengo terror a que me culpe, y en el fondo también me culpo, debí prevenirlo, debí usar algún método anticonceptivo pero no lo hice, no sé por qué.
Ni siquiera yo estaba feliz. No pudo haber llegado en peor momento pero ni siquiera es su culpa, es nuestra.
La capilla estaba vacía, solo estaba yo sola con mis pensamientos. Me trajo recuerdos de infancia. Siempre que me metía en problemas me escondía en el confesionario de la iglesia de mi instituto, siempre que me molestaban era mi lugar secreto solo hasta que el padre Bernardo me encontraba hecha un bollo en la esquina de la gran caja de madera. Las hermanas solían regañarme por no querer rezar con ellas y era irónico odiar la religión y que mi lugar seguro sea una iglesia. Solía hablar con la figura de la Virgen María , tenia tres figuras de cerámica más pero a mi me gustaba hablar con ella, era madre, sentía que quizá me entendería a mi, una huérfana problemática.
Pero aquí no había una figura de ella. En este pueblo solo sobresalen los hombres. Cuadros con distintos santos adornaban el lugar, ni una sola mujer.
Incluso me parecía patético que las hermanas de mi instituto solo sirvieran a un hombre pero ellas repetían que todos somos siervos de el señor.
Miré la gran figura de Jesús.
—Creo que solo puedo contar contigo hoy. —le dije y me sentí patética. Raro, porque no me sentía así cuando hablaba sola con María.— Aunque preferiría hablar con tu madre.
Mi móvil vibró en mi bolsillo. Un mensaje de Carly preguntándome si estaba bien.
Toqué el test de embarazo positivo en mi bolsillo. Dije que lo arrojaría a la basura pero no tuve el valor, era mi única prueba, lo único que me ponía un pie sobre la tierra.
Lo único que me decía: tienes una parte de Beist en tu interior. Aunque a diferencia de María a mi me ha embarazado el Diablo. Joder, eso ha sonado horrible.
Una pequeña bestia, un anticristo creciendo en mi vientre. No pude evitar sonreír, no porque sea cierto sino porque es un poco gracioso estar pensando esto en una iglesia. Vale, en realidad no.
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La marca de Beist.
RomanceEmily siempre se mantuvo fuerte ante los obstáculos de su vida, y creyó que podía tener paz en ese nuevo pueblo, algo oscuro y extraño, donde empezaría de cero junto con su madre. Aunque no notó que de cerca la acechaba un demonio, una bestia o, así...