Parte 47. Princesa manipuladora.

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Me paseaba por el gran jardín mientras me sentía observada por los hombres de Gunther que obviamente vigilaban que no me escape. Tenía ganas de perderme por el laberinto de arbustos para poder huir de las manos de ese hombre que no dejaba de tocarme cada vez que estaba cerca.
Toqué mi vientre sintiendo el corset apretarme más de lo necesario y cogí un poco de aire intentando respirar con normalidad. No sé qué fetiche tiene Gunther con vestirme como si fuese una princesa pero le fascinaba y debo admitir que los vestidos que me hace usar son preciosos.

El jardín era inmenso, no importa por donde me pasee, jamás llegaba al final. Había arbustos grandes con formas geométricas bien cortadas y flores de todo tipo, el lugar estaba perfecta y meticulosamente cuidado. Tanto que me daba escalofríos.

Tomé una rosa blanca sentándome en uno de los bancos de piedra que está al rededor de la fuente de agua. Sí, una puta fuente. Mis pensamientos sólo estaban en si Thomas me estaba buscando, esa pregunta me la hice durante estos dos días consiente que estuve aquí. Gunther confesó que estábamos en Alemania pero no me dijo en qué parte o qué lugar, solamente comentó que este palacio le pertenecía a alguien de la realeza cuando lo compró.

Quería creer que le importaba lo suficiente a Thomas como para que haga lo posible para encontrarme, pero creo que solo quería aferrarme a eso para tener esperanza.

Sentí los pasos acercarse pero no levanté la cabeza, supuse que era Gunther, y cuando su colonia invadió mi espacio lo confirmé.

—Tengo una noticia para ti. —tomó mi mano libre mientras veía la rosa en mi otra mano.

—¿Buena o mala? —le dediqué mi más amigable sonrisa.

—Eso depende. —su sonrisa macabra me dejó ver que no era nada bueno— Thomas se comprometió con Kira Sokolov.

Sentí como una pared se me vino encima y aplastó mi corazón de una forma en la que ya no pude sentir más sus latidos. El nudo en mi garganta no me estaba dejando respirar pero sostuve la mirada en Gunther fingiendo que no me afectaba nada la noticia.

Pero sí me afectaba, en mi cabeza me repetía una y otra vez contrólate, Em pero solo quería gritar. Dejé a Thomas lo sé, él puede hacer lo que quiera pero no voy a mentirme a mí misma diciéndome que esta noticia no es la peor y que es desgarradoramente injusta. Por dentro pensaba que él quizá me estaba buscando por cielo y tierra, que estaba haciendo lo posible por recuperarme, no importa si lo hace por egoísta y por su posesividad en el fondo no me importaba la razón solo quería que me encontrara y me estrechara en sus brazos. 

Extraño porque un día anterior le había pedido que se aleje de mi pero allí sí me estaba engañando a mí misma creyendo que tenerlo alejado era lo mejor ¿De qué cojones hablo? Si estoy enamorada de esa bestia.

Es como Bella dijo: ''¿Quién hubiera pensado que esto podría ser verdad? Él no es el príncipe encantador, pero hay algo en él que nunca antes había visto.''

—Vaya. —logré decir con una falsa sonrisa e intentando que mi voz no sonara desgarrada sino lo más normal posible— No me sorprende que esté tan desesperado.

—¿Desesperado? —pregunta curiosos analizándome.

—Sabe que vas por él, no es tonto. Quiere tener a la Bratva de su lado. —me encojo de hombros como si no fuese lo más obvio.

—Es cierto, princesa mía. —acaricia mi hombro desnudo y le dedico una pequeña sonrisa con los labios cerrados.

—¿Podría darme un baño? —le pregunté mordiendo mi labio e inclinándome para acariciar su barbilla.

La marca de Beist.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora