iv. shitty escape plans

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Washington DC
Abril, 2014








Las primeras luces del alba dotaban al Triskelion de cierta mística, le daban un toque pacífico, como si acaso albergara una empresa normal y no una agencia de espionaje internacional

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Las primeras luces del alba dotaban al Triskelion de cierta mística, le daban un toque pacífico, como si acaso albergara una empresa normal y no una agencia de espionaje internacional. Odile tuvo que recordarse a sí misma que a pesar de que el lugar luciera tranquilo, ellos no eran los buenos ni nunca lo serían.

Había hecho una parada técnica de camino para conseguir un nuevo cambio de ropa, un vehículo de escape y un celular con un par de auriculares y buena música para distraerse mientras esperaba. Si alguien la veía en la entrada del edificio ella no era más que una oficinista más esperando por algo. Si le preguntaban tenía una serie de excusas para darles, aunque por más seguridad de vez en cuando se movía de lugar.

Estaba recostada al águila en medio del primer piso cuando vio a la legión de agentes ingresar al edificio acompañados por su símbolo de esperanza y patriotismo, quien realmente parecía querer estar en cualquier lugar menos allí.

Odile ocultó una sonrisa, se puso sus auriculares y subió el volumen de la música al tope. Luego caminó en dirección a ellos y pretendió golpearse con Steve, aprovechando la táctica para darle una pequeña pieza de oído que previamente había conectado a un canal que esperaba solo ella pudiera escuchar.

Luego tomó una salida que la llevó eficazmente a las escaleras de incendio, esta vez logrando acceder a ellas de manera exitosa tras asegurarse de que la persona a quien estaba impresionando no solo tuviera acceso garantizado a las zonas que ella deseaba, sino que también se quedara durmiendo del otro lado de la ciudad y fuera incapaz de denunciarla. Estaría a salvo por el tiempo suficiente para salvarlos a ambos y descubrir información importante.

—¿Qué tanto hiciste por dos horas? —preguntó ella mientras subía por las escaleras.

Te daba tiempo a que idearas algo.

—Para que conste, sí tenía algo planeado.

Tienes cuarenta segundos hasta que el elevador se detenga y ya no pueda hablarte, ¿cual es el plan?

—Me haré pasar por una agente mientras tú hablas con quien sea que se supone que tengas que hablar. Estaré cerca por si necesitas ayuda y mientras tanto buscaré a posibles asesinos y los neutralizaré.

En lo posible no mates a nadie, O.

—Eso va a estar difícil, Rogers —respondió Odile deteniéndose en un descanso para recuperar el aliento—. Por cierto, ¿O?

Nunca dejas que diga tu nombre completo.

—Touché.

¿Escape?

—Una motocicleta abajo. No es tu Harley pero servirá.

Todavía tienes que pagarme eso.

✓  RENDEZVOUS ━ steve rogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora