xxix. how everything went wrong

313 33 57
                                    

Londres
Agosto, 2016



La cosa que Sam Wilson quería que sus amigos vieran resultó ser un atentado en la ONU

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.





La cosa que Sam Wilson quería que sus amigos vieran resultó ser un atentado en la ONU. Todavía seguían contando los muertos, el rey T'Chaka de Wakanda había sido uno de ellos, así como también algún que otro político de alto mando. Ningún Vengador había sido nombrado entre las bajas, lo que dejó un poco tranquilo al grupo durante la media hora que les llevó volar el quinjet a Austria, donde se había producido el incidente.

Tras asegurarse rápidamente de que sus amigos y aliados que se encontraban al momento de la firma estaban todos sanos y salvo, el pequeño grupo conformado por Steve, Sam, Bonnie y Odile había hecho una parada técnica en un bar local, todos escondidos bajo gorras de visera y anteojos de sol, a la espera de que Sharon Carter les consiguiera pasar de manera ilegal la información que tuviera la CIA sobre el paradero del Soldado del Invierno, el aparente causante del atentado.

Hablando de contactos en la CIA, mientras Sharon y una chica de brillantes ojos celestes le traficaban la información a Steve, Odile recibió un interesante texto por parte de una mujer a quien, con todo respeto, deseaba nunca volver a hablarle. Hasta ese día seguía intimidándola.

L. Faust
Sé que estás en Viena. Recuerda que hiciste un acuerdo para mantener tu libertad, no hagas nada que te deje tras las rejas. Ya tengo suficientes idiotas con los que tratar y odiaría sumarte a mi lista.

O. Batroc
No sé de qué me hablas, estoy en Londres por un funeral.

L. Faust
Trabajo para la CIA y antes de eso trabajé para SHIELD así que no me subestimes. Estoy geolocalizando tu celular, estás a tres cuadras de donde me encuentro.

Hablo en serio, dile a tus amigos y a tu novio que se mantengan alejados de esto. Me caen bien, no querría llevarlos presos por algo tan tonto como defender a un terrorista.

Ante este mensaje, Odile se apresuró a partir su teléfono al medio y tirarlo a la basura cuando finalmente salieron del bar con, ella esperaba, la información que habían ido a buscar. No quería que Lyra o cualquier agente siguiera rastreándola, pues eso no solo la pondría en peligro a ella, sino que también a Sharon y su amiga, quienes habían arriesgado su trabajo al reunirse con ellos allí.

Y una vez se encontraron dentro del quinjet de camino a la dirección que las mujeres de la CIA les habían proporcionado, Steve se acercó a Odile para darle la charla que ella ya venía esperando desde que salieron de Londres.

—No tienes ni que decirlo, me quedaré al margen.

—Creí que habías prometido no leerme la mente —le respondió él.

—No hace falta que lo haga, era obvio que me dirías eso. Aprendí mi lección en Lagos, no quiero volver a arriesgarme —se explicó—. Además, le prometimos a May que haríamos las cosas bien, ir tras Bucky a sabiendas de que policías de toda Europa me dispararán por hacerlo está muy lejos de hacer las cosas bien.

✓  RENDEZVOUS ━ steve rogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora