xlii. one step at a time

204 26 30
                                    

Nueva York
Noviembre, 2018



Odile no habló con nadie más por otros dos días y, cuando lo hizo, no fue por decisión propia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.





Odile no habló con nadie más por otros dos días y, cuando lo hizo, no fue por decisión propia. Lo cierto era que no quería escuchar lo que los demás tenían para decirle, porque no existían palabras que la hicieran sentir mejor, y porque hablar del tema solo le causaría más dolor.

Era mejor ignorarlo hasta que se acostumbrara, a tener que estar pensando constantemente en ello.

Su plan era esconderse por el tiempo suficiente hasta que el dolor pasara a ser parte de su día a día. Recién cuando eso sucediera pensaba volver a hablar con los demás, si es que acaso para ese momento ellos estaban interesados en hablarle. Y si no... ya había vivido sola por gran parte de su vida, no tenía problema alguno en volver a hacerlo.

La primera vez que salió de aquellas cuatro paredes en las que se había encerrado fue también la primera vez que habló con alguien desde que había discutido con Steve. Cansada del vodka en el que llevaba ahogando sus penas, decidió cambiarlo por una hirviente taza de café, la cual era un poco más sana.

Y tras escapar de toda señal de vida humana con la que se encontraba por los pasillos, llegó a la pequeña cocina que buscaba, aquella con la cafetera de cápsulas que tan buenos capuchinos hacía.

Pero al entrar se percató de que no estaba vacía y que otra persona ocupaba el espacio, por lo que se apresuró a desaparecer nuevamente por los pasillos, esperando no haber sido vista. Estaba equivocada.

—Odile, espera —la detuvo Maya—. Puedes quedarte si quieres.

Se quedó inmóvil, con los ojos cerrados, sopesando sus opciones. Podía irse y encerrarse nuevamente donde nadie la molestara e intentar suerte más tarde, o simplemente podría quedarse, preparar un café y luego desaparecer.

No le insumiría mucho tiempo, así que no tendría que soportar un intento de conversación; estaría bien. Además era Maya, si con alguien se sentía cómoda compartiendo espacio a pesar de las circunstancias, esa era ella.

Evitó de todas las formas posibles mirar a su hermana para no darle ideas erróneas de querer entablar una conversación y se acercó con cautela a la cafetera, buscando los controles que necesitaba para preparar lo que quería.

—Quise hablarte antes, pero las demás me dijeron que te diera tu espacio.

Odile maldijo para sus adentros y miró suplicante al aparato frente suyo, rogándole que se apurara. Esa situación era justo la que quería evitar por lo que, al igual que había hecho con Steve dos días atrás, adoptó una posición defensiva y casi que hostil, creyendo que esto podría alejar a su hermana.

—No tenemos que hacer esto, May —habló con voz áspera—. No hay nada para hablar.

—Aún así te quedaste —apuntó ella.

✓  RENDEZVOUS ━ steve rogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora