xlix. snap back

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Nueva York
Octubre 2023



Odile y Natasha no habían comenzado de la mejor manera

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Odile y Natasha no habían comenzado de la mejor manera. Cuando se conocieron, ninguna de las dos estaba acostumbrada a confiar en los demás ni mucho menos a dejar a las personas entrar en sus vidas. Pero el tiempo probó ser su mejor aliado, y las personas que tenían en común eventualmente terminaron por acercarlas, hasta el punto en el que, tras nueve años de conocerse, no era para nada raro llamarse amigas.

Perderla tan temprano no estaba en los planes de Odile. No estaba en los planes de nadie.

La noticia había golpeado con brutal fuerza al equipo de héroes, quienes se vieron con la agridulce sensación de una victoria a expensas de la pérdida de una importante persona en sus vidas, por lo que se habían dispersado para intentar procesar la pérdida a su propia manera y tratar de encontrarle sentido a su nueva realidad sin Natasha.

Mientras tanto, Odile buscaba a Maya.

Ni bien todos se habían percatado de la ausencia de Natasha y del incesante llanto de Maya, las preguntas habían llegado una sobre la otra, insistiendo por una respuesta que ella no podía conjurar en voz alta y que solo la puso en un estado peor. Steve había sido inteligente, la había sacado de allí rápidamente y llevado a un lugar tranquilo para calmarla.

Pero ya llevaba mucho tiempo sin saber de ellos y se estaba desesperando. Necesitaba verla. Necesitaba asegurarle que estaba allí para lo que precisara, ya fuera un hombro sobre el cual llorar, un oído que la escuchara o una mano amiga que la ayudara a levantarse.

Encontró una puerta entreabierta por la cual dos conocidas voces emanaban, y se quedó esperando afuera por un largo rato hasta que Steve salió de aquella habitación, cabizbajo y casi que derrotado. Natasha había sido una gran amiga para todos, pero más para él. Odile lo atrapó en un abrazo casi que enseguida que estuvo fuera.

—¿Cómo estás?

—Mejor que ella —le aseguró en susurros.

—¿Te dijo algo?

—No mucho... Probablemente seas la única persona con la que hable. Pero está bastante mal, y si hay algo seguro es que... —Steve se detuvo a sí mismo y agachó la cabeza, incapaz de decir en voz alta que su amiga ya no estaba.

—Lo sé —asintió Odile—. Hablaré con May y luego... luego veremos cómo seguir.

—Yo iré a hablar con el resto.

Steve dejó un beso en su coronilla y desapareció hacia el final del pasillo, mientras que Odile empujó la puerta entreabierta con suavidad y se adentró en la habitación, una de las tantas oficinas vacías de aquellas instalaciones sin uso.

Maya estaba allí, tan triste y destrozada que el corazón de Odile se partió con solo verla así. Había construido una vida durante casi diez años con Natasha y ahora estaba muerta, no quería ni imaginar tener que estar en su situación.

✓  RENDEZVOUS ━ steve rogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora