xvi. stargirl

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Nueva York
Mayo 2015








Odile recordaba poco y nada de lo que había sucedido la noche anterior

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Odile recordaba poco y nada de lo que había sucedido la noche anterior. Sabía que a mitad de su placido sueño había sido despertada por un fuerte estruendo unos pisos más arriba y que se había dormido casi que enseguida que eso, sabiendo que si algo malo había sucedido había un gran grupo de héroes que salvarían el día en ese mismo edificio. Un rato más tarde despertó nuevamente cuando Steve entró a su habitación para buscar cosas e irse a dormir en otro lado.

Incrédula, Odile le había dicho —probablemente en francés, porque no articulaba el inglés con facilidad cuando estaba con resaca y dormida— que no fuera un idiota y que ambos eran adultos responsables, podían compartir una cama en la forma más sana posible.

Luego de decir eso estaba segura de que se había dormido profundamente incluso antes de oír una respuesta por parte de Steve, solo para despertarse horas más tarde cuando el celular de él vibró sobre la mesa de noche y ambos se encontraron con la sorpresa de que se habían dormido abrazados, realización que no molestó a ninguno.

Ya que era de día, Odile no encontró punto alguno en volver a dormirse, por lo que se levantó junto a Steve y tomó un camino distinto al suyo; pues mientras que el Vengador iba a reunirse con el resto de su equipo para investigar algo que definió como "Ultron mató a Strucker" (lo que fuera que significara eso), Odile iba a hacer algo más productivo como pasar tiempo de calidad con la invaluable compañía de sus queridas hermanas que milagrosamente estaban en el mismo lugar que ella.

Tras arrastrar a Maya fuera de la cama y obligarla a madrugar —cosa que la dejó con un enorme mal humor ya que, al parecer, levantarse temprano no era lo suyo—, las dos se dispusieron a desayunar algo antes de que los Vengadores las metieran en sus problemas con el tal Ultron.

Cuando llegaron a lo que la noche anterior había sido un prolijo penthouse y ahora no era más que una destrozada habitación cubierta de esquirlas de vidrio y con la mayoría de sus muebles desparramados por el lugar, se encontraron con Cassiopea Moon disfrutando de un tranquilo desayuno.

—¿Por qué Maya está enojada? —preguntó la rubia señalando a la susodicha cuando las vio llegar—. ¿Y por qué estás aquí, Odile? ¿Algo que quieras compartir conmigo? ¿Quizás tu cita secreta de la que no me quisiste hablar está aquí?

La francesa se mordió el labio y buscó la forma más apropiada de esquivar la pregunta. No estaba segura de lo que sucedería entre ellos, pero no quería arriesgar a arruinar la extraña relación que tenían al ventilarla por todos lados.

Además, cuantas menos personas supieran, más segura estaría.

—Puede que lo esté o puede que me haya quedado para verlas a ustedes —dijo ella finalmente—. Supongo que nunca lo sabemos.

—Yo no madrugo, Cass. Preguntale a Odile, fue ella la que me obligó a levantarme a esta hora en contra de mi voluntad.

—Yo le dije que al que madruga Dios lo ayuda. Y en este caso al que madruga Dios lo ayuda a conseguir tostadas recién hechas antes de que te las termines todas

✓  RENDEZVOUS ━ steve rogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora