viii. free therapy sessions

619 82 96
                                    

Estado de Maryland
Abril, 2014








Odile había descubierto poco más tarde que su punzante dolor en el hombro era, de hecho, porque se lo había lastimado y estaba sangrando bastante

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.










Odile había descubierto poco más tarde que su punzante dolor en el hombro era, de hecho, porque se lo había lastimado y estaba sangrando bastante. Le había pedido a Steve que en caso de encontrar una gasolinera se detuviera pues "realmente tenía que ir al baño" y él, siendo tan caballeroso como siempre lo era, había acatado el pedido de la francesa.

Pero ahora Odile llevaba veinte minutos encerrada en el baño de una gasolinera en el medio de la nada, gastando recursos que había robado para curarse una herida que lucía bastante mal y tenía a Steve afuera golpeándole la puerta preguntando si todo estaba bien.

Y tras que ella nunca le dio respuesta alguna, él forzó la puerta y se la encontró con medio torso cubierto de sangre y una gasa empapada en una mano.

—No es tan malo como parece —se apresuró a decirle.

—Jesús, O, ¿por qué no dijiste nada?

—Porque ya te preocupas lo suficiente —respondió antes de levantar una botella de whiskey con su mano libre y tomarse un sorbo para luego ofrecérsela a Steve.

—¿Por qué te molesta tanto que lo haga?

Mientras decía esto, Steve la hizo sentarse y tomó una toalla que empapó en el alcohol que le había sido ofrecido.

—Porque destrocé por completo a la última persona que lo hizo y me niego a hacerte eso —confesó ella y se tragó un insulto cuando él le hizo presión sobre la herida.

—¿El psicopata de tu ex?

—No siempre fue así.

—¿Cómo era?

Odile se guardó otro insulto cuando Steve cambió la toalla por una venda y comenzó a soltar sus traumas. No le venía mal usar a Steve de terapeuta, al menos hablar con él le era fácil.

—Era bueno, muy bueno —dijo ella en tono nostálgico, perdiéndose en los momentos en los que se sintió realmente feliz—. Cuando lo conocí éramos personas totalmente distintas. Yo acababa de salir de... uhm... ya sabes dónde y todavía estaba teniendo problemas para adaptarme a la sociedad, pero aunque lo creas o no estaba dejando mi currículum en varios lugares para conseguir un trabajo legal. Él había nacido en Australia pero sus padres regresaron a Francia cuando tenía dieciséis. Amaba la gastronomía francesa y soñaba con algún día convertirse en un reconocido chef, incluso estudiaba para serlo.

—¿Qué les pasó?

—Nadie quería darle trabajo a alguien que nunca terminó sus estudios y que estuvo presa decenas de veces incluso antes de cumplir quince —explicó Odile—. Nadie excepto por un convenio de asesinos. Yo ya había matado a alguien en el internado así que supuse que no sería muy difícil hacerlo de nuevo. Ya sabes lo que dicen, si lo haces lo suficiente te terminas acostumbrando.

✓  RENDEZVOUS ━ steve rogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora