𝐂𝐅║ ❝ La salud mental puede ser afectada por otros hasta que termines por derrumbarte frente a los que más. ❞
『En donde Aine y Blake se conocen via Instagram sin saber lo que conllevaría sus sentimientos y la presión de otros sobre ellos. 』
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—¡Oh por dios! —exclame asombrada al abrir la puerta de mi departamento y ver a Megan allí parada. —Estas demente. —le espete a la vez que me hacia a un lado y le permitía la entrada.
—¿Que te ocurre? ¿No te gusta? —se adelantó a preguntar con cierto temor, dirigiendo su mirada algo alarmada hacia su disfraz.
—¿Es enserio? Lo adoro. —la reconforte y en su rostro inmediatamente se apreció cómo se relajó.
Definitivamente Megan se habría ganado el galardón de "el mejor disfraz de la noche." Su disfraz de Winnie Pooh había opacado mi disfraz que compartía con Blake.
—¿Sabes que es lo malo? —preguntó.
—No, ¿que es?
—El caminar. ¡Acaso sabes el enorme trasero que se carga Winnie Pooh! —exclamó girándose y mostrándome el enorme relleno dr algodón que tenía el disfraz que aparentaba ser el trasero de un oso.
Tras aquello solo me pude disponer a estallar en risas, claro era más que obvio, al ser un disfraz increíble tenía que tener su única desventaja.
—Suerte, Megan. —comente divertida y dirigiéndome hacia la cocina para poder continuar bebiendo de mi jugo de naranja.
—Ahora, imagina esto. -comments con cierto tono una vez que logro sentarse en el sofá después de haber luchado son su enorme disfraz. —Yo en un vestido, con el trasero que tiene Winnie Pooh, tendría a todos los hombres detrás de mi.
—Megan por dios. —digo divertida antes de volver a tomar un sorbo de mi jugo.
—No sabía que podía envidiar a un oso amarillo por semejante trasero. —dijo más que decidida, y acto seguido escupo todo mi jugo para después estallar en risas en medio de un ataque de tos. —¡Es cierto! En verdad quisiera tener esto que tiene un oso amarillo. —se defiendo mostrándome una vez más lo reluciente que era el trasero gigante de su disfraz.
—Sabes esta conversación no está llegando a ningún lado. —me adelantó a interrumpirla antes de que se le ocurriera decir alguna estupidez más. —Tu. —dije a la vez que la señale. —Mueve tu enorme trasero y ayúdame a finalizar mi disfraz, que Avani y Blake no tardan en llegar. —le ordenó.
Megan se quejo y con gran dificultad logro seguirme por el pasillo hacia mi habitación.
(...)
—¡Yo abro! —grita Megan a un lado mío cuando escucho el timbre del departamento sonar, Megan con gran dificultad logra reincorporarse en el sillón y pararse, corriendo a toda prisa como le permitía el disfraz, pero en medio camino ella terminó por tropezar y caer al suelo. —Yo no abro. —murmuró con el rostro contra el suelo, y dejando escapar una diminuta risa por aquella escena que habría sido tan graciosa me dirijo hacia la puerta y de una vez abrirla.
