Broken Heart

Capitulo 37

Acostada de lado en la cama, Lauren miraba en silencio mientras  Camila
dormía. La sábana apenas cubría las caderas de la morena, mostrándole a la escritora una inmejorable vista de las delicadas líneas y curvas, curvas que ya había explorado en detalle tan solo unas horas antes. Incapaz de
resistirse, se acercó más a Camila y comenzó una serie de suaves besos a lo largo de la desnuda espalda.

―Buenos días― susurró sintiendo cómo se despertaba su amante. Se
sorprendió al notar el cuerpo de Camila tensarse. Sospechando que su proximidad era la causa, Lauren se volvió a su lado de la cama.
―Buenos días― Camila se giró, entornando los ojos por la luz del sol. ―¿Qué hora es?. ―
―Cerca de las tres.― Lauren mantuvo la distancia insegura de si el contacto físico sería bien recibido. ―Yo um…podría preparar algo para comer― se ofreció dándole a Camila una salida si la quería.
―Si quieres― dijo Camila mirando de las sábanas arrugadas a Lauren y de
vuelta otra vez.
―¿Ni si quiera un beso de buenos días?― preguntó tímidamente, con un toque de inseguridad enroscado en su voz.

Lauren se movió rápidamente, no iba a negarle nada a la mujer que había
capturado su corazón. Volcó todos sus sentimientos en ese beso, intentando con todas sus fuerzas disipar cualquier duda o miedo que Camila pudiera tener. Cubriendo las mejillas de la joven mujer con sus manos, le dio un pequeño mordisco en su labio inferior antes de hacerse hacia atrás.
―Probemos esto otra vez. Buenos días.―
―Buenos días a ti también―
dijo Camila aprovechándose de la postura de Lauren para apoyarse en ella. ―Mmm, qué bien. Tal vez me vuelva a dormir.―
―No me importara ― dijo Lauren. ―Me encanta sostenerte.―
Hizo una pausa.
―Lo siento si te asusté antes.―
Camila asintió con la cabeza ofreciéndole una avergonzada sonrisa.

―Lo siento. Supongo que no estoy acostumbrada a despertarme con alguien tocándome.―
dijo, acurrucándose más cerca y escondiendo su cara en el cuello de Lauren. ―Quiero decir, me gusta cuando me tocas. Solo que me tomó unos segundos darme cuenta que eras tú.―
Lauren movió su mano arriba y abajo a lo largo de la espalda expuesta.
―Lo entiendo. Llevará un tiempo.― Besó la cabeza de Camila. ―Y tenemos más que de sobra―
La cabeza de Camila se alzó.
―No, no lo tenemos,― dijo con los ojos bien abiertos ―Es sábado ¿verdad?. ―
―Verdad―
―¡Pues tenemos que estar en casa de Sofi a las seis!,― exclamó intentando
apartar las sábanas de una patada.
―Tenemos que prepararnos―
Empujando a Camila de vuelta Lauren le besó el lóbulo de la oreja.
―En un minuto,― susurró mientras hacía círculos con su mano derecha
sobre la espalda de la joven.
―Solo me gustaría sostenerte un poco más ¿vale?.―

Sintió cómo Camila asentía. Les tomó tan solo unos segundos encontrar una posición más cómoda en la cama. La espalda de Lauren apoyada
sobre las almohadas mientras que la cabeza de la morena descansaba contra el pecho de la escritora.
―Eso está mejor,― dijo Lauren.
―Oh,― exclamó Camila mirando hacia arriba con los ojos de par en par. ―¿Hice yo eso?.―
Lauren miró hacia abajo viendo los morados ovalados en su brazo donde los dedos de Camila la habían agarrado un poco más fuerte durante un momento de pasión la pasada noche.
―Eso creo,― dijo sin darle importancia. ―Me salen moretones fácilmente. No te preocupes.―
Pero Camila estaba triste por las marcas, el dolor era evidente en su cara.

―No quería hacerlo,― dijo besando cada marca a modo de disculpa. ― Lo siento.―
―No hay nada que sentir,― dijo Lauren. ―Desaparecerán.― Viendo que sus palabras no funcionaban, la escritora intentó otra aproximación.
―Camila, no me hiciste daño, lo juro. Ni siquiera me había dado cuenta de que estaban ahí hasta que tú me lo has dicho.―
―No lo volveré a hacer― prometió Camila, sus ojos brillantes mirando las marcas con evidente vergüenza y timidez reflejada en su cara.
―Fue un accidente― dijo Lauren suave pero firmemente inclinando su cara sobre la de ella. ―Sé que jamás querrías hacerme daño.―
―Nunca,― contestó Camila.
―Igual que yo nunca te lastimaría deliberadamente.― la escritora continuó, permitiendo a su mano cubrir la mejilla de Camila.
―Significas demasiado para mí.―