—No Lauren, no he encontrado a nadie aún— haciendo gestos con las manos como si ella estuviera ahí.
—Pondré mañana un anuncio en el periódico, ¿te parece bien? Si, te llamaré tan pronto sepa algo... Ok bye.— Colgó el teléfono y se reclinó en la silla.
—Por favor, tome asiento señorita. ¿En que puedo ayudarla?—
—Necesito un apartamento.— Contestó. —Bien, usted ha venido al lugar correcto.— Sonrió y sacó una enorme carpeta llena de fotografías. —Tenemos varios apartamentos disponibles dentro de ocho complejos diferentes a todo lo largo de esta zona. ¿Lo esta buscando amueblado o sin muebles, Señorita... ?—
—Cabello, Camila Cabello. Estoy buscando uno que este amueblado. Pero tiene que ser por menos de 550 y que incluya los servicios comunitarios.—
—Bien... — Peter dio su mejor sonrisa mientras juntaba sus manos. —Me
temo que el más económico que tenemos es uno de un solo dormitorio y lo tenemos en 665. —
—Oh.— Lanzó la tarjeta de presentación que había tomado de la pizarra en el club hacia el escritorio. —Buscaré en otra parte.—
Notando la marca de la chincheta en la tarjeta, le tomó a Peter tan solo un
segundo para darse cuenta por qué la rubia le parecía tan familiar. —¡Espera!— Dijo excitadamente, agarrando con fuerza sus manos tratando de esconder su emoción.
—¿Estaría interesada en compartir un apartamento con otra persona? Sé que es absolutamente adorable, tiene dos dormitorios, balcón, terraza y cuenta con estacionamiento privado. Se renta en 450 y usted paga la mitad de los servicios públicos.— Abrió el cajón del archivero y sacó la carpeta del apartamento de Lauren.
Camila dudó.
—No me llevo bien con compañeros de cuarto.—
—Oh, pero este es perfecto para usted—, contestó. —La mujer que vive allí,
Lauren, es una escritora y pasa la mayor parte del tiempo encerrada en su dormitorio trabajando en su historia.— Tomó la hoja de papel leyendo las reglas que Lauren pedía, lo miraba cuando Camila sacó un paquete de cigarrillos del bolsillo de su chaqueta de mezclilla. Sonriendo discretamente tiró la lista de Lauren en la papelera que estaba a un lado del escritorio.
—Ella es muy tranquila— aseguró.
—Bien. No puedo vivir con alguien que este jodiendo por la más mínima cosa.—
—Por supuesto que no.— Peter usó su pie para empujar lentamente la
papelera bajo su escritorio.
—Simplemente échele un vistazo a esto.— Acercó una de las fotos de la zona. —¿Había visto usted alguna vez un lugar más impresionante?, justo aquí esta la terraza, un lugar maravilloso donde puede tomar su desayuno hasta tarde los domingos y por aquí... — le mostró otra foto.
—Esta es la mejor vista del lugar, los dormitorios están arriba así
como también un baño completo. ¿Lo ve? Privacidad y comodidad, todo en
uno.—
—Aun no estoy segura— Camila mordió su labio inferior y miró de nuevo las fotografías. El apartamento era mejor que el que había perdido y el costo era sustancialmente poco.
—¿Hay un cuarto de lavado en el lugar?—
—Mejor que eso.— Señaló una de las fotos. —¿Ve esas puertas con
persianas? La lavadora y la secadora están allí. Lo único que necesita hacer
es comprar su suavizante y su detergente.— Le señaló otra foto. —¿Tenía usted un lavaplatos en su anterior apartamento?—
—No—
—Los de mantenimiento acaban de instalar uno nuevo en este apartamento hace menos de dos meses. Seguramente una mujer tan ocupada como usted apreciaría la conveniencia de tener un lavaplatos y las facilidades del cuarto de lavado.—
—¿450 y la mitad de servicios públicos?—
—Exactamente. Por supuesto, solo necesita dar el primer mes, y otro de
depósito para mayor seguridad — dijo dulcemente. Camila suspiró y se levantó.
—Esto simplemente no va a funcionar.—
—P-pero esto es perfecto para usted.— El hombre pelirrojo protestó
mientras se ponía de pie. —He estado en este particular apartamento y
déjeme decirle que es absolutamente primoroso.— Gesticuló con las manos
exageradamente. —¿Qué es lo que le ha parecido mal?—
—No tengo tanto dinero.—
—Si usted necesita una semana o dos, yo me aseguro de reservarlo para
usted.—
—No puedo esperar una semana o dos. Mi apartamento fue destruido por el fuego anoche. Necesito un lugar ahora.—
—Oh pobre chica— Peter suspiró mientras colocaba sus manos en su cara.
Camila giró sus ojos y comenzó abrir la puerta. —Espere.— Dio un paso
rodeando el escritorio y cerró la puerta. —Estoy seguro que podemos
solucionarlo. Puede darme en pagos el primer mes incluyendo el de depósito.
— Alcanzó de nuevo las fotos y se las volvió a mostrar. —Eche otro vistazo y ¿dígame si acaso no es un apartamento de ensueño? ¿le mencioné que se encuentra a una distancia que se puede recorrer a pie hasta el supermercado y al lago Bragg?—
Observar a Camila mientras miraba las fotos, fue todo lo que Peter podía
hacer para no reír nerviosamente por la emoción. —¿Antes de que decida el
no aceptar, señorita Cabello... Señorita, no es así?— Sonrió mientras
inclinaba la cabeza. —Vamos a echarle un vistazo, ¿le parece?— Sin esperar respuesta comenzó a marcar el número telefónico de Laura. Por suerte la escritora no estaba en casa. —Pues bien— dijo y colgó el teléfono. —Si gusta podemos ir en mi coche, estaremos ahí en 5 minutos.— Tomó la llave pegada con cinta adhesiva de la carpeta de Lauren y la metió en su bolsillo.
—Llevaré mi coche— Camila dijo firmemente.
—Um... seguro, está bien. ¿Podría usted traerme de regreso aquí cuando
terminemos?—
—Mi coche esta hecho un desastre — mintió. —es mejor llevar ambos autos.
—
Peter se encogió de hombros y sonrió. —Señorita Cabello, le garantizo que usted adorará este lugar.—
Una vez que llegaron al complejo, a Camila no le quedó de otra más que
estar de acuerdo con él. Cincuenta edificios se iban desplegando entre los
árboles y caminos sinuosos ayudando a crear un sentido de privacidad entre
los edificios. Siguiendo a Peter desde atrás. Estacionó su coche en el
aparcamiento.
—¿Alguna vez había visto un lugar tan exquisito?— Peter preguntó mientras ella salía de su coche.
—Tenemos un equipo de mantenimiento de tiempo completo con solo hacer una llamada.— Le señaló el camino hacia la puerta
principal. Al abrir la puerta dió paso a una sala de estar diseñada con buen
gusto. Piezas de arte abstracto colgaban de las paredes y plantas de cactus adornaban cada mesa. El sofá y la silla que hacían juego estaban elaborados de suave cuero café y una televisión bastante formidable abarcaba la mayor parte del centro de entretenimiento.
—Lauren tiene el mejor gusto en lo que se refiere a decoración — Peter
suspiró. —Veamos la cocina, ¿me acompaña?—
—¿Aquí es donde esta la lavadora y la secadora?— Camila preguntó
mientras pasaban al lado de las puertas de persiana.
—Sí. Ahora mire por acá, señorita Cabello. Éste es el sueño de cualquier
chef. Tiene su estante de especias, y esta encimera tiene quemadores
desmontables que usted puede sustituir por una plancha o parrilla.—
—Nunca había visto una encimera que se pudiera hacer eso — admitió,
mirándola cuidadosamente. Una pared de la cocina tenía una gran puerta de cristal corrediza que daba acceso a una terraza cómodamente distribuida.
Había una mesa redonda blanca con sus respectivas sillas acolchonadas.
—Esos árboles son en su mayoría roble y arce — Peter dijo, señalando el medio acre de árboles que rodeaban el complejo del lago cercano. —Son muy bonitos en el otoño cuando cambian de colores.—
—Uh huh — Camila contestó desinteresadamente mientras entraba de nuevo.
—Pues bien, supongo que ya no hay mas que mostrarle excepto el dormitorio.
— Caminó hacia las escaleras. —Usted realmente adorará el balcón.— Puso
su pie en el primer escalón y se detuvo cuando se dio cuenta de que ella no le seguía.
—¿Señorita Cabello?—
La stripper aun estaba parada en medio de la cocina asintiendo la cabeza con aprobación. —¿450 y la mitad de servicios públicos?—
Esta vez Peter no podía contener su emoción. Juntó sus manos y sonrió
ampliamente. —Ahora mismo iré por el contrato que está en el auto.—
—Espere un momento. ¿No debería conocer a esta persona Lauren antes de que tome una decisión?—
—Pues bien... si usted siente que eso es realmente necesario... — Tomó la
agenda negra al lado del teléfono y comenzó a hojear las páginas. —Estoy
seguro que la señorita Jauregui se encuentra ahora con su editor, le haré una pequeña llamada.—
Pero Lauren no estaba con su editor. Y tampoco estaba en casa de su
hermano o de su madre, así como tampoco en los otros 12 lugares a los que Peter llamó. Camila se ponía más nerviosa mientras el tiempo iba pasando. Peter le había dado el contrato de alquiler para llenarlo mientras esperaba y con cada pregunta la stripper se iba sintiendo más nerviosa, se había enamorado del lugar y estaba preocupada de que la escritora no la aprobara.
El apartamento era 10 veces mejor que el que tenía. Cuando Peter salió a
recoger los periódicos, Camila fue arriba y encontró el dormitorio que
esperaba pronto fuera de ella. Era mucho más grande de lo que había
imaginado, con un baño de buen tamaño y una puerta de cristal corrediza que daba paso al balcón compartido con el dormitorio de Lauren. A pesar de su aparente desinterés sobre la vista, Camila se encontró esperando el
poder despertar y tener la vista de los árboles y el cielo. Era un cambio
positivo, ya que las vallas publicitarias y el muro de ladrillo habían sido la
vista de su anterior apartamento.
Peter estaba a punto de darse por vencido cuando el teléfono sonó.
—¿Hola?—
—¿Peter?— La voz de Lauren se escuchaba lejos. —¿Qué pasa? Mi madre dijo
que me has estado buscando.—
—¿Dónde estás?—
—En un teléfono público en el centro. ¿Qué es tan importante y qué haces
en mi apartamento?—
—Tengo buenas noticias para ti. Encontré una compañera para tu
apartamento, además le encantó el lugar. ¿Cómo de rápido puedes venir a casa?—
—¿A casa? Peter no puedo ir a casa ahora. Quedé en almorzar con Keana y estaré en la escuela a las tres. ¿Podemos dejarlo para mañana?—
—Realmente ella necesita ocupar el apartamento inmediatamente, su
apartamento se incendió anoche.—
—No me es posible ir ahora.— Suspiró y se frotó la frente. —¿Comprobaste
todas sus referencias y dió el depósito?—
—Si, si, todo esta correcto.— Mintió. —Querida, te garantizo que es
perfecta para ti, quiero decir, que es una perfecta compañera de
apartamento para ti.—
—¿Qué te parece más tarde por la noche?—
—Eso sería demasiado tarde. Ella quizá buscará otro lugar y quien sabe
cuánto tiempo pasará antes que pueda encontrar a alguien de nuevo.— Peter sabía que estaba apostando mucho a la suerte, pero tenía un buen
presentimiento.
—Lauren, confía en mi.—
—Nada de fumar, nada de beber, nada de música fuerte, nada... —
—Nada de eso.— Le aseguró, mirando hacia el piso de arriba para
cerciorarse que la mujer castaña no lo escuchara. —Creo que te sorprenderás de lo bien que se llevarán.—
—Peter, debo irme ya.— Vaciló por un momento. —¿Estas seguro que ella es
lo que estoy buscando?—
—Afirmativo.— Contestó entusiasmado. Lauren dio otro suspiro. —Supongo que tendré que confiar en ti — dijo. —
Pero si esto no funciona... —
—Funcionará, funcionará.— Contestó rápidamente, escuchando que Camila
venía bajando las escaleras. —Esto es simplemente fabuloso, Lauren. Le daré las buenas noticias a la señorita Cabello.— Colgó el teléfono antes de que ella pudiese decir cualquier otra cosa. Creo que Michael y yo mejor nos
vamos a ese viaje a las montañas pronto.
—¿Logró comunicarse con ella?—
—No solo pude comunicarme con ella sino que también ya esta todo
arreglado, Lauren me dijo, que si tu la apruebas entonces esta bien. Y si tienes cualquier pregunta acerca de ella, te puedo decir que la conozco de toda la vida. Si vienes conmigo de regreso a la oficina, concluiremos el contrato allí y te daré tu llave.—
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Broken Heart
FanficEstá es solo una adaptación, la obra original es "El corazón de cristal" escrita por B.L. Miller Sinopsis La historia comienza con Camila Cabello, una stripper de profesión que acaba de incendiar accidentalmente su hogar por la bebida y la marihua...