Capítulo 20

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Lauren miraba incrédula la pantalla. ¿Tres meses? La respuesta del publicista había sido rápida. Al perder su fecha tope, la fecha de impresión para el libro fue puesta para dentro de tres meses, colocándolo más adelante de las ferias de otoño y arruinando cualquier posibilidad de adquirir buenas ventas de esos días festivos.

El cambio de fecha implicaba muchas cosas pero lo más importante era el efecto que tendría en sus ingresos. Sus obras previas le proveían lo suficiente para pagar las cuentas mensuales pero la renta y los gastos diarios eran cosa aparte.

El teléfono timbró pero ella no hizo el esfuerzo por descolgarlo. Probablemente es otro vendedor al teléfono. Suspirando, cerró el correo electrónico y cargó su navegador de Internet.
El teléfono continúo sonando hasta que la máquina contestadora respondió. ¿Lo ves? Ningún mensaje. Sabía que no era importante. Segundos más tarde el teléfono sonó de nuevo. Decidiendo que tal vez no sería un vendedor, caminó hacia la mesita de noche y descolgó el teléfono.

—¿Hola?—
—Habla la operadora. ¿Acepta usted una llamada a cobro revertido de
Camila Cabello?—
—Sí—
—Gracias. Adelante— Hubo un chasquido audible seguido por una suave estática.
—¿Camila?—
—¿Lauren, eres tú?—
—Sí, soy yo. Habla más fuerte , Camila. Apenas te puedo escuchar—
—¿Me puedes escuchar ahora?—
—Sí—
—¿Estás ocupada?—
—¿Camila, te pasa algo?
—Bueno.... ¿puedes venir por mi y llevarme a casa?—
—Traerte a casa… sí, por supuesto que puedo. ¿Se descompuso de nuevo tu
coche?—
—No. Sólo que no puedo conducir—

El sonido de un camión que pasaba
distorsiono las últimas palabras.
—¿Qué? ¿Por qué no puedes conducir? ¿Sufriste algún accidente?—
Mientras hablaba, Lauren tomo sus zapatos y comenzó a ponérselos
—¿Dónde estas?—
—Estoy sobre la calle Essex cerca del aeropuerto—
—¿Tu coche esta en condiciones de manejarse?—
—Sí pero creo que no puedo conducirlo, Lauren— Una risa nerviosa se escuchó a través de la mala conexión—¿Puedes venir a recogerme?—

—Sí Camila, iré a recogerte. Dime de nuevo donde estas ¿Pasando el
aeropuerto?—
—En la cabina telefónica de la esquina—
—Bien. Escúchame. Regresa a tu coche y cierra todas las puertas. Estaré allí tan rápido como pueda—
—¿Lauren?—
—¿Qué?—
—¿Vas a venir a recogerme? ¿De verdad?—

Lauren escuchó un golpe seco seguido por un grito agudo de Camila—Ay. Me golpeé la cabeza contra el teléfono—
Ella está realmente borracha. La calle Essex no es una buena zona de la
ciudad por muchas razones.
—¿Camila? ¿Camila sigues allí?—
—Si, estoy aquí—
—¿Me escuchaste? Quiero que vayas al coche y me esperes allí y cierra
todas las puestas con seguro hasta que yo llegue, ¿Ok?—
—Ok, ¿Lauren?—
—¿Qué?—
—Realmente no puedo conducir—

Oh genial, ahora esta divagando.
—No, no puedes, Camila. Entra al coche y quédate allí—
—¿Estás enojada conmigo?—
—No. Me alegro de que me hayas llamado en lugar de intentar manejar hasta la casa en ese estado. ¿Has estado bebiendo?—
—Sólo me tomé una cerveza—
—Así que estas drogada, ¿No?—
—Oh Si. Bastante drogada— Camila río nerviosamente.
—Aterrada, de hecho—
—Uh huh. Quédate allí. Estoy en camino—

—¿Lauren?—
—¿Qué?— La escritora trató de mantener su irritación creciente fuera del tono de su voz.
—¿Estás segura de que no estás enojada conmigo?—
Lauren suspiró —No, no estoy enojada contigo—
—Ok. No quiero que estés enojada conmigo—
—No estoy enojada contigo. Ahora cuelga el teléfono para que ya pueda ir por ti—
—¿Estás segura?—
—Sí, estoy segura—
—Bueno, porque no quiero que estés enojada conmigo—
—¡Camila! ¡Por ultima vez, no estoy enojada contigo así que cuelga el
teléfono!—

Broken HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora