Capitulo 11

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Lauren estacionó "la Cosa" dentro del aparcamiento.
—¿Crees que deberíamos
levantar el capote?—
—No, así esta bien— Dijo Keana. —¿La despertamos?—
—A menos que quieras cargarla—.
—De ninguna manera—.

Keana se aproximó al hombro de la dormida mujer.
—Camila, llegamos a casa—.
—¿Hmm? Oh —. Ella bostezó y se restregó los ojos. —¿qué hora es?—
—Pasadas las nueve—.

Lauren gimió mientras salía del coche y se estiraba. —siento como si me
hubiera atropellado un camión—.
—De hecho lo fuiste— dijo Keana.
—¿te acuerdas, tu, Dawn, en el home
plate?—
—No sé ustedes dos pero yo voy a entrar, voy a orinar, y me iré a la cama— Dijo Camila, apoyándose contra el coche.
Miró la puerta principal con la
mirada cansada, calculando mentalmente que oportunidad tenía de caminar con éxito.

Dando un paso adelante, sintió que la tierra debajo se movía y
todo sentido de equilibrio desapareció.
—¡Agárrala!— Laure gritó, tomando el brazo de Camila para evitar que
cayera. Keana rápidamente tomó la posición en el otro lado y juntas
acompañaron a la ebria mujer a la casa.

A pesar de estar demasiado ebria para caminar por ella misma, Camila
estaba de muy buen humor y siguió los consejos de la terapeuta de irse a
dormir.
Cuando Keana bajó la escalera, encontró a Lauren en la cocina
colocando agua caliente en dos tazas grandes.

—Pensé que te gustaría algo de manzanilla—.
—Oh, eso suena bien—. Keana se saco sus tenis de lona y se dejo caer en un
extremo del sofá, sus pies descansando sobre el cojín intermedio.
—No he tenido esto en meses—.
—Probablemente no desde la ultima noche que pasaste aquí. Tomando una
posición similar en el otro extremo del sofá, Lauren tomó un sorbo de su té.

—¿Dónde te gustaría dormir esta noche?—
—¿me estas preguntando o me estas sugiriendo?—
—Como quieras, puedes dormir al aire libre en "la Cosa"—.
Keana sonrió burlonamente ante la amenaza. —Ya somos demasiado viejas como para divertirnos en el asiento trasero. ¿Desde cuándo me tienes que preguntar sobre donde voy a dormir cuando estoy aquí?—.

Conociendo a su ex-amante de que siempre le gustaba hacer lo correcto, inmediatamente adivinó el problema. —¿Por Camila? Lauren, no pienso que ella caiga muerta de un shock si nos encuentra durmiendo en la misma cama. Después de todo, las compañeras de apartamento tienen que respetar la privacidad tanto de
una como de la otra. Hablando del diablo...—
—Sigo pensando que esto no va a funcionar, Keana. Ella es tan diferente—.
—¿Por qué?—
—¿Además de ser una drogadicta?—

Lauren colocó sobre el suelo su taza y
flexionó sus dedos. — Veamos… ella tiene un carácter del infierno—.
—¿Y tú nunca tienes tus malos momentos? Te puedo recordar que has tenido tus momentos de explosión—
—Eso es diferente— Lauren se defendió. —solo me pongo así cuando estoy bajo mucho estrés—.
—¿Tu crees que no es estresante despertarse cada noche a causa de las
pesadillas?— Observó a Laura moverse nerviosamente. —¿o el no tener conocimiento de dónde estará tu única hermana?— Keana recibió un suspiro pesado en respuesta.

—¿Bueno, y que más? —
—Esa maldita cortina de baño. ¿Ya la viste? ¿A quien en el mundo le gustaría tener una cortina l transparente para el baño? Tengo una gran vista del inodoro mientras me estoy bañando.—
—Bueno, al menos puedes admirar la tapa peluda del inodoro—.
—¡Ah! Ella no baja la tapa cuando termina. Me sorprende que recuerde al menos bajarle la palanca al inodoro—. Sonrió a Keana quien intentaba no
reírse. —Es solo que no entiendo por que quiso una transparente—.

—No lo sé— dijo Keana atentamente. —¿qué más puedes ver además del
inodoro?—
—Nada. Solamente el lavamanos y la puerta—. Ella negó con la cabeza. —
¿por qué quería ella ver eso?—
—Porqué— Keana se inclinó hacia adelante, —Sola, desnuda, vulnerable. ¿No puedes imaginar por qué ella necesita poder ver hacia la puerta todo el tiempo?—.
—¿así es que ella necesita ver la puerta cerrada?—
—Ella necesita sentirse segura, y eso significa cualquier cosa que la pueda
mantener segura—. Keana coloco su mano en la rodilla de Lauren. —Así como tu te sientes segura cuando las cosas están limpias y ordenadas—.
—No me gustan las drogas, Keana. Su último apartamento se incendio. Dijo que estaba durmiendo. ¿Qué tal si ella le prendió fuego durante una alucinación?

—Por lo que he podido observar, ella no le da a los alucinógenos. Ella sólo
quiere sentirse insensible, no estar viendo cosas que no están ahí—.
—No me digas, eso está mucho mejor— la escritora se mofó. —Aun así tiene problemas de drogas—.

Broken HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora