Capitulo 1

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La multitud gritaba más fuerte mientras las luces se apagaban.
Entre bambalinas, Camila comprobó dos veces que los ajustes de su vestimenta estuvieran bien.
Escuchó al director de producción, Rick, dar la bienvenida a todo el mundo y dar a conocer la lista de mujeres que se presentarían esa tarde. Todos eran nombres conocidos para ella, habiendo trabajado ya casi seis meses en el salón Tom Cat.
Dos mujeres con escasa vestimenta arreglaban sus trajes listas para tomar sus posiciones en el escenario. Camila inclinó la cabeza y esperó al lado del punto central.
—¡Y bien! Sin tardar más,... — dijo Rick. —Tengo el gusto de presentarles a las Tom Cat Kittens, con su protagonista principal, ¡la gatita del mes Camila Peaks!!
La multitud gritó más fuerte mientras las luces iban tornándose tenues. La
cortina subió y la música comenzó. Camila envolvió su brazo izquierdo
alrededor del tubo, esperando el momento justo. La conducción, el toque erótico, fue diseñado para captar el estado de ánimo carnal del público, y la castaña bailarina de striptease sabía cómo usar ese estado de ánimo para ventaja suya. Mostrando su sonrisa falsa a la audiencia, sus ojos escudriñaron las mesas más cercanas al escenario. La experiencia le había enseñado muy bien y Camila pudo rápidamente escoger a sus principales posibles clientes.
Escogiendo al mejor pretendiente, un hombre de mediana edad que sujetaba varios billetes en su mano, le guiñó el ojo y dio vueltas alrededor del tubo.
Las demás chicas a ambos lados de ella hicieron lo
mismo, y llevaron a cabo la misma rutinaria actuación.
Conforme la música iba cambiando Camila tiró de su corsé arrancándolo con fuerza de su cuerpo dándole una sonrisa falsa en respuesta a sus
aclamaciones, sacudió y meneó sus senos como muchas otras veces lo había hecho, manteniendo su mirada en él, pensando para sus adentros fríamente.
Mira todo lo que quieras, jamás lo tendrás, oscilaba por el centro y se movía haciendo que sus pechos cubiertos de aceite saltaran y se balancearan al ritmo de la música.
Esta noche, sin embargo, el destino tuvo otros planes para la joven artista de striptease.
Conforme avanzaba por el borde del escenario y se inclinaba
para que su cliente colocara algunos billetes a lo largo de su tanga, una mano grande se extendió hacia ella y la empujó fuera del escenario.
Camila se encontró de pronto en el regazo de un hombre parcialmente calvo, la mano  todavía agarraba su brazo.
—Quiero un poco más que una simple sacudida por mi dinero, cariño— le dijo lasciva mente, usando su mano libre para tomarse la libertad de tocar sus pechos expuestos. Su fuerte agarre no le permitía liberarse, obligándola a soportar las caricias hasta que los gorilas de seguridad llegaron y le quitaron de encima al cliente ofensor.
Por más que quiso Camila un minuto para poder recuperarse, una señal de Rick la forzó a volver sobre el escenario.

Varias filas atrás, el camarero colocó una bebida en la mesa.
—¿Se les ofrece algo más?— preguntó.
—Estoy completamente servido— dijo el hombre mirando a su compañera sorprendentemente bella.
—¿Qué hay de ti Lauren?—
Ella sostenía su vaso a medio acabar.
—Estoy todavía trabajando en este, Peter.— Colocó su pluma sobre su
cuaderno de notas y sonrió burlonamente.
—Recuerda, emborracharme no ayuda a tu causa en absoluto. Mejor gasta tu dinero en 'clavarlo' por ahi.— Señalando a uno de los gorilas de seguridad.
—No me digas, eso ni en sueños — Peter contestó. Pasó sus dedos por su  delgado cabello rojo y miró al de seguridad otra vez.
—¿Tu piensas que él lo es?—
—Bueno— ella tomó otro sorbo de su whisky escocés con soda. —Si él es...,
sería mejor que él fuera el que recibiera y no el que te diera o serás un pequeño hombre dolido por la mañana.—
—Oh, pero a un hombre le gusta eso — Peter suspiró, ganándose una risa
ahogada de ella. —¿Y qué hay de ti?— Hizo señas con sus ojos hacia el
escenario. —Un par como aquellos podría sofocarte.—
—Sí, excepto qué me tengo que ir — Lauren terminó su bebida e hizo una seña al camarero.
—Además no es por eso por lo que estamos aquí.—
—Si, si... sé que solo quieres obtener información para tu historia. ¡Santo
Dios! ¿Acaso vas a ser una amargada para siempre?—
No soy una amargada — dijo fríamente. —Simplemente no pienso que una artista de striptease sea exactamente lo que estoy buscando para que sea mi pareja, eso es todo.—
—¿Quién habló sobre un compromiso de por vida?, estoy hablándote de
llevarte a la Señorita de Enormes Tetas a tu apartamento y mecer su mundo por la noche.— Se apoyó hacia atrás y encendió un cigarrillo. —Vamos Lauren. Tu necesitas más en la vida que solo tu ordenador y tus historias, tienes que admitir que ella es un digno y bonito paquete que admirar.—
—Gracias, pero no Peter. Estamos bien aquí, puedo ver correctamente cada detalle.— Bebió el contenido dejando que el líquido quemara a través de su garganta.
—Es tu elección.— Moviendo su cabeza. —No esta mal dejarse caer en el 'heno' de vez en cuando.—
—Eres tan lujurioso, Peter.— Con una sonrisa. —Estas viviendo con Michael, y andas corriendo de allá para acá como si fueras soltero. Deberías comprar condones por si acaso.—
—Por lo menos yo no necesito que un calendario me recuerde cuando fue la última vez que tuve relaciones sexuales.— Lauren le dirigió una mirada de te
voy a matar pero el joven sonrió burlonamente y miró de nuevo hacia el escenario.
—Di lo que quieras querida. Yo digo que aun así te mueres por ella.—
—No me muero por ella — resopló dándole un codazo en el brazo.
—¿Entonces por qué no has encontrado una compañera nueva para tu apartamento? Sabes muy bien que no puedes mantener ese apartamento tu sola.—
—Eres mi agente de alquiler, ¿cómo se supone que debo conseguir a alguien, si no muestras el apartamento?— Le replicó mientras agitaba su palillo para remover su bebida.
—No he podido encontrar todavía a alguien que cumpla tus altos
requerimientos, Lauren. No creo que ni el mismo Papa pueda cumplir con tus requerimientos.—
—¿Crees que estoy siendo irrazonable?—
—¿Irrazonable?— Peter tiró su cabeza hacia atrás y rió. —Quieres una
persona que no fume, que no beba, un mes por adelantado de alquiler y
aparte un mes de depósito, no mascotas, no niños, no... —
—Ya entendí — se quejó. —No soy tan mala, pero tengo que ser capaz de
poder vivir con esa persona.— Suspiró y cogió su bebida. —¿No conoces a algún chico gay que esté buscando un lugar para vivir?—
—No querrías a ninguno de los que conozco, créeme.— Sonrió sarcásticamente y dio un enorme trago a su bebida. —Son todos unos
neuróticos o desesperanzados colgados de sus madres o sus ex’s.—
—Oh, ¿quieres decir, cómo tu?— bromeó.
Peter fingió estar lastimado por un momento antes de sonreír abiertamente.
—Bueno, al menos tengo a alguien que me lo haga y no solo una mano rosada y sus 5 amigos.—
—Touché.— Lauren dijo mientras miraba su reloj de pulsera. —Se hace tarde y tengo que encontrarme con el editor mañana temprano.—
—¿No te moverán tu fecha tope de entrega?—
Lauren negó con la cabeza. —¿Tu crees que pediría un crédito de un millón de dólares y aparte pidiera más tiempo?— Se puso de pie y cogió su chaqueta.
—Gracias por venir conmigo esta noche.— Recogió su cuaderno de notas y su bolso después Peter le ayudó a ponerse su chaqueta.
—Llámame tan pronto como puedas en cuanto tengas a alguien para el
apartamento.—
—Lo haré.— Mientras caminaban hacia la puerta Peter divisó una pizarra con docenas de tarjetas de anuncios sostenidas en el lugar por chinchetas multicolores.
—Ah eso es una buena idea.— Metiendo la mano en el bolsillo
sacó una de sus tarjetas y la colocó en medio de la pizarra.

***

Entrando en su apartamento, Camila echó sus llaves sobre la mesita de
café, e iba revisando su correo mientras se dirigía a la cocina.
Correo basura.
—Más cuentas — se quejó, y lanzó el montón de correo en el mueble
de la alacena. Abrió el refrigerador para revelar tan solo algunos alimentos ya caducados y un brik casi vacío de leche. De pronto pensó en comprar algo pero ya era muy tarde y esa idea se esfumó.          
—¡Maldición!— La artista de striptease abrió el congelador y sacó una pizza congelada y la metió en el
microondas, tomó un vaso de cristal de la alacena antes de encaminarse a la sala de estar.
Al lado del sofá estaba una botella medio vacía de whisky que
había comprado la noche anterior. Camila tomó asiento y llenó el vaso antes de alcanzar la pitillera y su encendedor. Inhaló el humo lentamente quemando sus pulmones, contuvo el aliento un momento antes de dejarlo salir lentamente. Casi instantáneamente sintió los efectos, su cuerpo relajándose bajo la influencia de la marihuana. Otra larga inhalación seguida por varios tragos de whisky. La stripper ya estaba demasiado colocada como
para recordar la cena.
Encendió la televisión, presionó los botones del control remoto hasta que encontró el canal de videos de música. Prestó poca atención a la pantalla dándole más importancia a su bebida y al porro que
entumecía sus sentidos.
La nariz de Camila notó un fuerte olor a humo que la hizo despertar de su
inconsciencia.
—¿Pe- pero que demonios?— Con su mente aun borrosa le tomo unos cuantos segundos más darse cuenta de que algo andaba mal.
Para entonces el fuego del microondas se había propagado por encima de las alacenas y a través de la cocina.
El fuego ya se había extendido demasiado como para poder apagarlo con un extintor Camila tomó una caja de cartón que estaba vacía y comenzó a llenar la caja de sus posesiones más preciadas;
un trofeo pequeño, una figurilla de cerámica, un álbum viejo de fotos, una carpeta con sus documentos importantes y cuanta ropa podía salvar.
Como acto reflejo colocó su cartera alrededor de su cuello temiendo no poder regresar después por ella. Y estaba en lo correcto.
El cuerpo de bomberos estaba ya allí, habiendo sido llamado por uno de los vecinos. Tan pronto como Camila salió de su apartamento, los bomberos entraron con mangueras para apagar las llamas.
La stripper miraba impotente como los raudales de agua entraban en su apartamento, salvando la estructura pero arruinando todo lo que había dejado dentro.
Quería gritar o no volverse loca y eligió esto último. Después de meter su identificación y su dinero en los bolsillos, consiguió a alguien que le cuidara la caja con sus pertenencias por esa noche.
Después de asegurarse de que
no necesitaba nada más,  Camila se marchó en busca de un bar cercano.

La Castaña stripper sacaba 25 dólares cuando un tipo corpulento pero
agradable se acercó a ella.
—¿Le puedo invitar a una bebida?—
—¿Acaso parece que necesito otra bebida?— Chasqueó. —Vete y
desperdicia tus palabras en alguien mas.—
—Oye solo trataba de ser agradable— protestó. —Y observé que estabas
muy sola.—
—¿Y no se te ocurrió que era porque quería estarlo?—  Camila  golpeó su
vaso vacío ruidosamente sobre la barra, captando la atención del camarero.
El presunto conquistador se dio por vencido y regresó con sus compañeros
mientras ella tomaba otra bebida.
—Última llamada— el camarero dijo cuando se alejó.
La stripper tomó su
bebida tan rápido como pudo, después guiñó un ojo y dio una sonrisa al barman para obtener otra bebida más antes de que cerrara la barra.
Tambaleándose afuera con el aire nocturno, Camila  iba tropezando por el camino hacia su incendiado apartamento y al estacionamiento donde su coche estaba estacionado. Pasaría la noche en el asiento trasero de su auto, estando demasiado borracha como para notar el frío de la madrugada.

Broken HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora