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Este es un relato por fuera de la historia de Aldana y Tobías, de "Pura Sangre", que cuenta la primera vez entre Giovanni y Analía, amigos de los protagonistas y que ya venían cocinando su atracción a fuego lento.
¡Que lo disfruten!
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―Qué hacemos con esto que nos pasa ahora, petarda... ¿qué hacemos? ―El pecho de Gio subía y bajaba. Le besó las manos a Ana, un tanto tibias y sin dejar de mirarla, la besó en la frente y se llevó la cara de la chica a su pecho.
―Por favor, Gio, no me mientas solo para tener un polvo. Podrías tener a cualquiera, dejáme ir si no estás seguro de querer esto ―En un ruego, la voz de Ana se desarmaba con cada letra pronunciada.
―No soy un mal tipo, linda, deberías saberlo ―Le acarició la mejilla con el dorso de la mano ―, no sé cuantos ni cómo te hirieron. Supongo que los tipos que vinieron antes que yo fueron unos imbéciles que no te trataron bien.
―...bingo...―Fiel a su humor sarcástico, resopló.
―Ana, soy un tipo de relaciones estables, pero no puedo asegurar que las cosas funcionen porque no tengo la bola de cristal...
―Gio, no te pido que te cases conmigo mañana. Si esto dura una noche, tampoco me importa, si al menos la noche fue bien vivida. Confío en el ahora y también en la honestidad: yo tampoco puedo ofrecer garantías de un mañana porque nadie las tiene ―Negándose a reconocer cuánto deseaba ese mañana con él, intuyendo que tarde o temprano sus diferencias se interpondrían, se afianzó a la promesa de Giovanni: la de disfrutarse pura y duramente.
―Entonces, aclarada las cosas, repregunto...¿qué hacemos? ―La sonrisa ladeada del rubio y su ceja elevada por el fuego que avivó la combustión interna de Ana, fue elocuente.
Ella, sabiéndose satisfecha por adelantado, tomó de la mano al rubio y se lo llevó a la rastra hasta el centro de la pista, esquivando gente a más no poder. Era graciosa la imagen: como un barrilete, él iba por detrás de la muchacha a la que le sacaba varias cabezas de ventaja.
―Me voy...nos vamos...―Ana se limpió la garganta, pero estaba segura que Aldana no la escuchó. La música era fuerte y su amiga y Tobías estaban discutiendo.
―¿Ya? ―Dana se le acercó al oído.
―Si...tenemos...cosas que hacer...―Analía le guiño el ojo y Dana festejó con una O gigante en su rostro apenas vio a Gio parado firme como granadero frente a la Catedral Metropolitana.
―Disfrutálo que pinta bien la historia.
―Quedáte tranquila.
―Después, quiero los detalles. ―Le advirtió Dana.
―Y yo, los tuyos. Buen viaje. ―Dana y Tobías se tomarían unos días en Puerto Madryn, lo que las mantendría un poco alejadas.
Desde que su amiga se había puesto de novia, el cuchicheo no era tan fluido como antes.
En tanto que Ana mencionaba sus planes a su mejor amiga, Gio no podía sacar sus ojos del culo de la pequeña morena. Pensando en qué morderle primero, la imagen de la muchacha tumbada de espaldas mientras él la tomaba por detrás, le llenó de sangre el miembro. Le dolía de lo duro que estaba.
―¿Estamos listos? ―preguntó ella.
―Ehhh...sí...muy ―confirmó él, entumecido ―. ¿Tu casa o la mía?
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"Pura Sangre" (Completa)
RomanceTobías es un atractivo y carismático empresario dedicado a la cría de caballos Pura Sangre en Normandía, Francia. Tiene una acomodada vida en París, hasta que su padre lo convoca para ocupar la presidencia de la firma familiar, un reconocido laborat...