Día 10: Con orejas de animales

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—¿Y ahora por qué me llamaste? —Preguntó Mukuro mientras entraba en el laboratorio de Verde.

—Necesito que hagas algo con tu conejo. —Respondió el científico señalando un bulto envuelto en una manta bajo su escritorio.

—¡No soy un conejo!

—¿Tsunayoshi? ¿Qué haces ahí abajo? —Preguntó Mukuro agachándose.

—¡Nada, no hago nada! ¡No hace falta que estés aquí! —Exclamó encogiéndose y sujetando con fuerza la manta que lo cubría cual oruga.

Mukuro se sorprendió por su reacción y volteó a mirar amenazador al científico.

—¿Qué fue lo que le hiciste ahora Verde?

—Técnicamente se lo hizo él solo. Aleja esa cosa de mi cuello que no es algo permanente ni dañino. —Aclaró cuando Mukuro materializó su tridente y acercó la punta a su cuello.

—¿En serio no es nada grave?

—Solo estará así por unas horas, a más tardar un día.

—¡Yo quiero volver ya, haz algo Verde! —Se quejó Tsuna descubriéndose solo el rostro para mostrar su enojo.

—¿Volver?

—Quítale la manta y sabrás a qué se refiere.

—¡No! ¡Nada de eso!

Mukuro ignoró las quejas y empezó a tirar de la manta mientras Verde se preparaba un café. Finalmente, Mukuro logró destapar a Tsuna y se congeló al ver su cabeza.

—¡No mires! —Exclamó Tsuna mientras aplastaba con sus manos los nuevos apéndices en su cabeza.

Orejas de conejo.

—¡Dame la receta de lo que sea que le diste! —Le exigió Mukuro a Verde.

Lástima que eso le costó un puñetazo de Tsuna en su modo hyper.

—Ya no sé si eres tonto o masoquista... —Comentó Verde mientras bebía su café.

—A veces creo que ambos. —Confezó Mukuro acariciando su mejilla golpeada—. ¿Entonces cuál es el problema con tu aspecto Tsuna? Te ves adorable.

—¡¡No quiero ser adorable!!

Mukuro observó pensativo a Tsuna que se había vuelto a cubrir por completo, entonces se le ocurrió una idea y con una sonrisa se acercó a Verde.

Por su parte, Tsuna seguía maldiciendo a Verde y su suerte por tropezar con el estante y verter sobre si mismo el dichoso líquido que le hizo crecer orejas de conejo. Salió de sus pensamientos al escuchar como se abría y cerraba la puerta del laboratorio.

—Tsuna, Verde ya se fue así que puedes salir. —Le avisó Mukuro volviendo a agacharse junto a él.

—¡Mukuro ya te dije que no lo haré! ¡Deja de jalar la manta!

Mukuro lo ignoró y siguió forcejeando para descubrir al castaño, lográndolo una vez más y encontrándolo con los ojos cerrados mientras trataba de esconder otra vez sus orejas.

¿No le duele doblarlas así?

Se preguntó al ver las orejas aplastadas por sus manos y suavemente acarició el dorso de una de estas.

—Tsuna, mírame un momento. Si después quieres que me vaya lo haré, así que abre los ojos. —Le pidió suavemente.

Tsuna dudo un poco pero entreabrió su ojo derecho, terminando por abrir ambos ojos sorprendido al ver la cabeza de Mukuro.

—¡Sorpresa! ¿Ya no es tan vergonzoso cierto? —Sobresaliendo en las hebras azules de Mukuro, se veían un par de orejas de zorro.

Incrédulo, Tsuna lo miró de arriba a abajo, topándose con otra sorpresa asomándose en la espalda de su novio.

—¡Por dios Mukuro tienes cola! —Y se estaba moviendo de un lado al otro como si fuera un perro feliz.

—Tú también debes tener una, lo que por ser pequeña no te habrás dado cuenta.

Al escuchar esto Tsuna tocó la parte trasera de su cadera, y efectivamente sintió un bulto esponjoso sobresaliendo sobre su pantalón.

—Hieeee~. Esto es vergonzoso. —Se quejó de nuevo, pero esta vez ocultó su rostro en el pecho de Mukuro en lugar de volver a la manta.

—Kufufufufu, yo creo que es divertido. Y tus orejas son muy suaves. —Dijo acariciando una con su mejilla.

—Tonto... —Mukuro río al escucharlo y su cola se movió otra vez.

En definitiva le pediré a Verde que me haga más de ese líquido.

Fin

Yo: ¡Al fin! Este me dió bastante trabajo aunque tenía la idea base bien clara😅.

30 Days Couple ChallengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora