Día 21: Cocinar/hornear

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Mukuro se sentía ultrajado, su cocina, su santuario, su paraíso de la repostería tendría que ser mancillado con un pastel para el maldito príncipe de Varia.

—¡¡No puedo aceptarlo!! —Exclamó golpeando la meseta con gran fuerza.

—Di eso cuando el cura recite la parte de "si alguien se opone hablé ahora o calle para siempre." —Dijo Tsuna a su lado ojeando un libro de pasteles de boda.

—Esa frase es algo de las películas. ¡¿Y por qué estás tan tranquilo cuando nuestro hijo va a ser raptado por ese príncipe de cuarta?!

—Primero: eres el único que no esperaba que Bel y Fran se casarán. Segundo: Me casé contigo, ¿con qué derecho puedo criticar los gustos de Fran? —Mukuro sintió como si una roca lo aplastará al no poder responder a eso—. ¿Vamos a hacer el pastel o no?

—Por supuesto que lo vamos a hacer. No voy a dejar el pastel de la boda de mi manzana en manos de algún repostero de cuarta.

Así que ahora los reposteros de Vongola son de cuarta...

Pensó Tsuna mirando como Mukuro empezaba a organizar los ingredientes.

—¿Qué tipo de pastel vamos a hacer?

—Uno con dos sabores de bizcochos: manzana y vainilla, crema de vainilla con canela y trozos de manzana acaramelada para el relleno. Para el exterior betún también de vainilla con decoraciones de fondant rojo y blanco junto algunas manzanas bebé acarameladas. —Dijo mientras comprobaba que no faltara nada.

—Manzanas bebé... —Mukuro se sonrojó al ver la sonrisa socarrona de Tsuna.

—¡No es porque Fran sea mi pequeña manzana! ¡Solo se llaman así y son las que mejor quedan! —Se explicó avergonzado.

—Sí, sí, lo que tú digas Mukuro. —Dejó ir el tema y se arremango las mangas—. ¿Qué debo hacer primero?

—Los bizcochos, primero haz... —Así empezaron a preparar el pastel de bodas.

Ambos usando los ridículos delantales que les había obsequiado Fran cuando se mudaron juntos. El de Tsuna era naranja con una piña encerrada en un corazón índigo, mientras que el de Mukuro tenía un atún encerrado en un corazón naranja y era índigo. Sí, muy poco obvio en que se inspiró el Varia para esos delantales.

—Es que en serio no entiendo por qué tiene que ser ese remedo de príncipe. ¡Mi pequeño puede tener a alguien mucho mejor que ese lunático! —Se quejó Mukuro por millonésima vez mientras amazaba una masa de fondant blanco.

Ya para ese momento habían terminado de montar los bizcochos y el relleno, además de cubrir el pastel con el betún de vainilla. Y Mukuro no se había callado en todo el rato.

—Yo también tenía mil y un pretendientes mejores y te escogí a ti. —Dijo Tsuna mientras cortaba una masa de fondant rojo ya aplanada para hacer un listón.

Mientras, otra roca imaginaria calló sobre Mukuro.

—Tsunayoshi... ¿Te hice algo esta mañana que te enojo?

—¿Aparte de patearme en sueños pensando que era Belphegor y cacarear como un loro hasta provocarme migraña? Nada en especial amor.

Mukuro tembló al ver la sonrisa dulce de Tsuna mientras sostenía el cutter que usó en el fondant, pero luego suspiró y lo abrazó de lado para dejar un beso en su sien.

—Lo siento, es solo que... Si no libero un poco mi ira contra ese bastardo creo que destrozaré el altar cuando entregue Fran.

—Y yo soy el único que puede escucharte y evitar que el ya no tan pequeño Fran te odie y te pida anular su adopción. —Mukuro palideció al escuchar lo último y Tsuna rió—. ¡Exagerado! Fran no haría eso después de tantos años como tu hijo, aunque sí te haría la vida imposible por un tiempo... —Mukuro suspiró y esbozó una sonrisa amarga.

—Sin duda lo haría, es igual que yo. No permitirán que le quiten aquello que ama.

Tsuna se sonrojó al tener la mirada de Mukuro sobre él cuando dijo esto y volvió su atención al fondant rojo.

—¡T-terminemos esto rápido! ¡Tenemos que dormir para ayudar con los detalles de mañana! —Se excusó sin mirar a Mukuro.

—Kufufufufu, tienes razón con eso. Te encargó las rosas. —Dijo volviendo a la masa de fondant blanco que usarían para simular telas.

Tsuna montó los listones de betún rojo alrededor de la base de cada uno de los cuatro pisos, y luego pasó a montar doce rosas de fontant rojo.

Mientras, Mukuro pegó un relieve de fondant blanco alrededor de cada bizcocho para darle un toque más fino y luego agregó las cuatro masas también de fontant blanco que habían moldeado como si fueran sábanas que descendían en zigzag desde la punta del pastel.

Al terminar esto, Tsuna colocó tres rosas sobre cada uno de los extremos de la tela de fondant blanco, dejando la punta del pastel libre para colocar los muñecos de boda personalizados que recogerían mañana. Y finalmente, Mukuro agregó una manzana bebé acaramelada entre las tres rosas de cada piso.

—La verdad nos lucimos. —Dijo Tsuna al ver el pastel terminado.

—Sí... Esperemos que no termine como nuestro pastel de bodas.

—Si repiten ese desastre juro que los arrojó a Vindice yo mismo. —Reborn habría estado orgullo de ver la sonrisa oscura que esbozó Tsuna en ese momento.

Pero Mukuro lo sacó de sus pensamientos con un beso.

—Vamos a dormir ya Tsuna. Necesitaremos energías para lo que sea que pase mañana.

—Cierto, mañana tendré que consolarte todo el rato mientras lloras.

—¡No voy a llorar!

Fin.

Yo: Finitoooooo(~‾▿‾)~. Ni idea de cómo quedó el tema, pero espero se apiaden de mi y les haya gustado (*﹏*;).

PD: El pastel en la multimedia es el que hicieron Tsuna y Mukuro, solo quiten las flores de arriba y agreguen las manzanas bebé.

30 Days Couple ChallengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora