Día 30: El +18 que tanto querían XD

132 12 41
                                    


Advertencia de contenido sexual, no leer si eres menor... O al menos no dejes que te descubran 😜.

Tsuna sentía su cuerpo caliente, y ciertamente no era por la temperatura del agua o el vapor, era un calor adictivo que solo su esposo podía provocar en él.


—¡Ah! —Emitió un gemido cuando el miembro despierto de Mukuro se rozó con su entrada—. Mukuro no...

—¿No qué Tsunayoshi? —Le preguntó al oído para después morder el lóbulo de su oreja.

Con sus manos sujetaba las nalgas de Tsuna, abriéndolas y apretándolas al rededor de su miembro mientras movía sus caderas de arriba a abajo para hacer fricción con la entrada del menor.

—N-no me, ¡ah!... Tortures... —Pidió con algo de trabajo.

—Tan impaciente...

Lo soltó para hacer que se volteara y apoyara en el borde de la tina mientras empinaba su trasero. Tomó un familiar frasco que mantenían junto a los objetos de aseo y vertió algo del líquido en sus dedos.

—¡Aah! —Gimió Tsuna al sentir que Mukuro metía dos dedos de golpe.

—Estás bastante suelto... ¿Te tocaste tú mismo mientras no estaba? —Le preguntó empezando a besar y succionar la piel en sus hombros para marcarlo.

—N-no volvías así que, ¡Ah! Lo t-tuve que... Hacer. —Respondió entrecortado mientras Mukuro hacia movimientos de tijera en su interior.

—Que lascivo Décimo.

—¡Ah!

Mukuro paró el movimiento de tijeras para suplantarlo con embestidas de tres de sus dedos, le resultaba incómodo tener que usar su otra mano para no perder el equilibrio en la bañera, pero sin duda la vista compensaba.

—Joder Tsuna, estás tan caliente...

—E-entonces m-metemela ya.

El poco autocontrol que quedaba en Mukuro desapareció cuando Tsuna apoyo su rostro en el borde de la tina y usó sus propias manos para separar sus nalgas y mostrar así su agujero diladato con algo de lubricante escurriendo de él.

Sin perder un minuto más Mukuro sujetó sus caderas y entró de una embestida, sacando un grito de placer del castaño al tiempo que comenzaba a embestirlo sin tregua.

El chapoteo del agua con el movimiento resultaba estimulante para ambos mafiosos que poco a poco se perdían en el placer, pero Mukuro de repente se detuvo.

—¿M-Mukuro? —Este pronto lo besó mientras volvía a darle la vuelta y entraba en él de frente.

Tsuna se cruzó sus piernas en la cadera de Mukuro y se aferró a su espalda cuando este se levantó sosteniéndolo y sin salir de él.

—Aquí hace demasiado calor.

Con solo estas palabras volvió a besar a Tsuna mientras salían del baño y se dejaban caer sobre la cama aún mojados.

—M-Mukuro no de nuevo. —Se quejó Tsuna al sentir que volvía a jugar con sus pezones.

—¿Oh? Pero si sabes que te gusta. —Al decir esto retomó la embestidas.

Separándose al poco tiempo para colocar las piernas de Tsuna sobre sus hombros y poder llegar más hondo, golpeando su punto dulce.

—¡Mierda Mukuro! ¡A-ahí! —Tsuna temblaba como gelatina con cada embestida.

Su miembro permanecía entre ambos, balanceándose con el movimiento y brillando con el líquido preseminal. Al ver esto Mukuro salió de Tsuna y se agachó para tragar su miembro de una sorprendiéndolo.

Tsuna se arqueó tirando del cabello de Mukuro mientras esté se movía de arriba a bajo, succionando y lamiendo con maestría hasta sentir el caliente y salado sabor del semen de Tsuna mientras esté tenía leves espasmos por la liberación.

—Kufufufufu, sin duda no me canso de verte así. —Dijo al ver su mirada empañada en placer y el sonrojó que cubría todo su cuerpo.

—Muku-¡Ro! —Gritó la última sílaba al sentir que volvía a ser llenado por su pareja.

—Sabes que... Todavía yo no he... Terminado. —Le recordó Mukuro embistiéndolo con fuerza.

Los gritos de Tsuna al ser estimulado justo después del orgasmo y las contracciones de sus paredes internas apretando su miembro lo llevaron pronto al límite.

—¡Mierda Tsuna!

Unió sus labios otra vez para dar unas últimas estocadas con fuerza y derramarse dentro del castaño.

Se quedaron así un tiempo, recuperando el aliento en los labios del otro y sin separar sus cuerpos mientras el semen de Mukuro escurría del interior de Tsuna.

—Kufufufu, tendremos que cambiar las sábanas.

—Hazlo tú. Mi esposo me drenó la poca energía que me quedaba.

—Pero bien que te gustó.

—No tanto como a ti creo. —Comentó al sentir que Mukuro empezaba a ponerse duro otra vez en su interior.

—¿Qué puedo decir? Mi deseo por ti se ha acumulado mucho en este tiempo lejo, tendrás que consentirme un poco más. —Sonrió mientras besaba el cuello de Tsuna y lo sentía vibrar bajo sus labios por una leve risa.

—Solo callate y fóllame hasta dejarme en silla de ruedas.

—Oya, esa boca sucia Décimo. —Lo besó con ansias, retomando el vaivén de sus caderas.

Sin duda, la noche todavía era muy joven para ellos.

Fin

Yo: ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaagh! ¡¡Esto nunca es fácil de escribir jodeeeeeeeeeeeeer!! —Se tira por la ventana de la vergüenza.

30 Days Couple ChallengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora