Día 17: Abrazos y mimos

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—¡¡Achú!! —Estornudó Tsuna por centésima vez en el día.

—Menos mal que ya te había quitado el termómetro. —Comentó Mukuro observando dicho objeto y pasándole una caja de pañuelos—. 38.6, será mejor que comas algo y tomes la medicina.

—No quiero comer, me duele la garganta. —Se quejó abrazando la manta que lo cubría y Mukuro sonrió comprensivo.

—Haré algo que sea fácil de tragar pero tienes que comer. Descansa mientras lo preparo. —Besó su frente y antes de salir de la habitación lo arropó con la manta para asegurarse de que no pasara frío.

Mukuro disfrutaba el tiempo libre con su esposo, pero no le gustaba cuando este era causado por una enfermedad del castaño.

Una vez en la cocina comenzó a preparar algo de sopa y un pequeño postre con miel para la garganta de Tsunayoshi. Se sentía culpable de no haberle prestado más atención en esos días para evitar que enfermara.

Una vez tuvo lista la comida la puso en una bandeja y volvió al cuarto, dejándola en la cómoda para acercarse al castaño y acariciriciar su cabello.

—Tsuna ya está la comida. —El menor se movió un poco entre las sábanas hasta que finalmente abrió los ojos y se abrazó a la mano que acariciaba su pelo.

—No tengo hambre... —Mukuro rió por esto.

Tsuna enfermo era más tierno que un gatito y casi tan caprichoso como Lambo.

—Kufufufufu, te daré la comida así que siéntate para que puedas comer pronto el postre. —Los ojos de Tsuna brillaron al saber que sería alimentado y se sentó.

Como prometió, Mukuro lo alimentó soplando cada cucharada para que Tsuna no se quemara y perdiera la sonrisa en su rostro.

Debería consentirlo más aunque no esté enfermo.

Pensó Mukuro al verlo tan feliz.

—¿Ya no comerás más?

—No, si lo hago no podré comer el postre. —Le dijo Tsuna con ojitos de cachorro.

—Está bien, comiste bastante al final. —Dejó el plato en la bandeja y tomó el postre, un flan al que le echó miel en lugar de almíbar para endulzarlo—. Di "aah".

—Aaah.

Cosas así los hacía sentir que volvín a sus días de adolescentes, cuando pasaron de no saber cómo actuar con el otro a ser extremadamente melosos y no querer separase ni un minuto... Bueno, en realidad no habían cambiado tanto, solo tenían más trabajo.

—Iré a lavar los platos y vuelvo. —Dijo Mukuro luego de que Tsuna tomara su medicina.

—Hazlo después. —Lo detuvo tomando su mano—. Quiero que te quedes conmigo ahora.

Sí había algo a lo que Mukuro nunca pudo, ni podrá jamás resistirse, era la mirada de cachorro abandonado que hacía Tsuna.

—Kufufufu, ya van dos veces que usas esa mirada hoy. ¿No crees que es un poco injusto? —Le preguntó acostándose junto a él y abrazándolo.

—Para nada. Tengo que aprovechar al máximo ahora que estamos solos. —Respondió acurrucándose en su pecho con una sonrisa.

—Kufufufufu, la próxima escapémonos a algún lado en vez de enfermarnos. —Le dijo repartiendo caricias en su pelo.

—Reborn nos torturaría... —Señaló empezando a quedarse dormido.

—No sería la primera vez. ¿Tsuna? —Sonrió al notar que el castaño se había quedado dormido mientras lo abrazaba.

Dios, así no puedo ir a lavar los platos.

Pensó con una sonrisa antes de cerrar los ojos para dormir también.

Fin

Yo: Sí o sí tenía que hacer algo con Tsuna enfermo y Mukuro cuidándolo todo cariñoso(๑♡⌓♡๑).

30 Days Couple ChallengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora