Día 20: Bailando juntos

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Finalmente llegaron al lugar que tanto quería evitar Tsunayoshi, un salón VIP que había sido reservado para una fiesta entre las más grandes famiglias de Italia.

Entró rodeado de sus guardianes como dictaba el protocolo y pronto ellos se dispersaron para vigilar. Esas reuniones nunca eran ociosas, por el contrario, era como caminar por un campo minado con los ojos vendados.

—Estás muy tenso Tsunayoshi. —Le susurró Mukuro mientras acariciaba con disimulo su espalda—. Estamos contigo así que no te preocupes.

Me preocupo justo porque estás a mi lado Mukuro.

Tragó el nudo en su garganta y esbozó su tan ensayada sonrisa de negocios, retomando su camino por el salón para realizar algunos saludos con Mukuro siguiéndolo de cerca.

Por fortuna no era el único obligado a estar en esa fiesta, la mayoría de sus aliados también estaban, cada uno manejando como podía su situación.

—Creo que eres el único de nosotros que puede respirar aquí adentro. —Le dijo Tsuna a Byakuran antes de beber su copa de champagne.

—Admito que soy de los que más fácil la tiene, pero no por eso puedo bajar mi guardia. —Respondió mirando por el rabillo del ojo a Uni que estaba hablando con otros capos y Ganma la vigilaba de cerca.

—Esto apesta. —Masculló Tsuna en voz baja, mirando el reflejo de su copa que mostraba a Mukuro a cierta distancia.

Los guardianes debían proteger en la distancia a su jefe para no intervenir en posibles negociaciones que se dieran durante la fiesta.

—Lamento decirlo, pero creo que tu humor se pondrá peor. —Dijo Byakuran mirando detrás de Tsuna.

—¡Decimo Vongola! —Lo llamó un hombre de muchos anillos sin importarle interrumpir su conversación.

Disimuló su disgusto y volteó a verlo con una sonrisa educada.

—Buenas noches Terzo Gallo. —Dijo estrechando su mano enguantada con la del capo.

—Buenas noches para usted y Primo Millfiore. —Saludó finalmente a Byakuran con otro apretón de manos y volvió su atención al castaño—. Tenía muchas ganas de hablar con usted en privado.

—No se preocupen por mi, creo que ya es hora de volver con mi pareja. —Se despidió Byakuran.

Tsuna quiso golpearlo, pero al ver que el número de capos junto a Uni había aumentado todo enojo desapareció.

—Decimo Vongola, veo que otra vez asistió solo. —Comentó el hombre con una sonrisa para nada discreta.

No vine solo, nunca lo hago, pero a ustedes no les podría importar menos.

Pensó sin deshacer su falsa sonrisa.

—La verdad es que mi hija también vino sola, ¿qué le parece bailar con ella para fomentar nuestra amistad? —Ofreció mientras dicha hija se acercaba luciendo un gran escote y una sonrisa coqueta.

Despreciable.

—Será un placer para mí, pero espero que la señorita perdone que no sea un muy buen bailarín.

—Oh, por favor no se preocupe Decimo. Tengo confianza de poder seguirle el paso.

Tomó la mano de la chica y se encaminaron a la pista de baile bajo los ojos de todo el salón, incluyendo los de Mukuro.

Por desgracia, la joven Gallo no fue la única compañera de Tsuna esa noche. Tuvo que lidiar con otras tres mujeres para nada discretas antes de lograr escabullirse a un balcón vacío y quemar los guantes con los que había tocado a esas mujeres.

Qué desagradable.

Mordió su labio inferior y se apoyó en el balcón para tratar de serenarse y no quemarlo todo. Entonces sintió que unos brazos familiares lo rodeaban.

—Shhh, todo está bien Tsuna. Te esforzaste mucho. —Susurró Mukuro suavemente haciendo que el castaño derramara unas pocas lágrimas.

—Lo siento... Perdóname por siempre hacerte pasar por lo mismo Mukuro. —Se disculpó volteando para abrazarlo y ocultar la cabeza en su pecho.

—No hiciste nada malo, no tienes por qué disculparte. —Siempre era lo mismo en esas fiestas.

Él alcanzaba su límite y Mukuro lo consolaba a pesar de su propio dolor por ver a su pareja ser cortejado frente a él.

—Habría sido mejor si sólo fuera una mujer... —Murmuró Tsuna y Mukuro suspiró.

—De haber nacido mujer no habría podido espiarte en los vestidores y baños termales cuando no éramos pareja. —Tsuna abrió los ojos y se apartó sonrojado al escuchar esto.

—¡Mukuro!

—Kufufufufu, así está mejor. —Sonrió y extendió su mano con una leve reverencia—. ¿Quieres bailar conmigo Tsuna?

Sintiendo mariposas en el estómago, Tsuna tomó su mano y colocó la otra en su hombro mientras él lo sostenía por la cintura y empezaba a guiarlo.

Sí, este es mi lugar.

No le gustaba abrazar una figura delicada y guiar el baile, él prefería dejarse envolver en los firmes brazos de su amado y seguir sus pasos con la seguridad de que no lo dejaría caer.

Tal vez la mafia no los reconocía, pero sus corazones eran firmes.

Fin

Yo: Finitoooo〜(꒪꒳꒪)〜. ¿Qué les pareció este cap narrado más desde la perspectiva de Tsuna? Creo que teniendo una carga tan grande como lo es Vongola sobre sus hombros Tsuna buscaría sí o sí un pilar que le diera seguridad, siendo Mukuro en este caso. ¿Ustedes qué opinan?

PD: No olvidé poner la tilde en "decimo", lo escribí en italiano al igual que Terzo (tercero) y Primo (primero) ya que era una reunión de la mafia italiana.

30 Days Couple ChallengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora