Día 23: Discutiendo

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Aquella noche Mukuro se coló en el sueño de Tsuna como acostumbraba desde hace años, deseaba pasar el rato molestándolo y hablando de tonterías, pero no era el momento.

—¿De verdad crees que es tan peligroso? —Le preguntó a Tsuna.

—Sí. Mi intuición no deja de gritar desde que me encontré con Byakuran en la última fiesta. Y la forma en que Millfiore ha ascendido en el bajo mundo no es normal. —Le explicó mordiendo su pulgar.

Mukuro observó ese gesto nervioso y su mirada preocupada, sus ojos estaban enrojecidos y con grandes ojeras resaltando en su piel pálida.

—Si es tan peligroso entonces mejor investigamos. Me haré cargo de eso.

—¡No! ¡Es muy peligroso!

Mukuro se sorprendió por el arrebato de Tsuna, pero luego frunció el ceño con seriedad.

—Tsunayoshi, la falta de información es letal y lo sabes. No podemos ignorar una posible amenaza solo porque estás asustado.

—¡No se trata de estar asustado! ¡Mi intuición me dice que no debes ir!

—Sé cuan buena es la super intuición Vongola así que tendré cuidado. Pero no es como si pudiera matarme. —Se encogió de hombros con una sonrisa confiada.

—Pero puede hacer algo peor... —Susurró con una mirada dolida—. ¿Por qué siempre te arriesgas sabiendo que si te matan mientras posees otro cuerpo tu alma desaparecerá?

Mukuro se sorprendió por esto.

—¿Desde cuándo lo sabes?

—Desde hace años. ¿Por qué sigues rechazando mi ayuda para salir de Vindice si sabes cuan peligroso es tu estado actual?

—...Ya te lo he dicho, yo odio a la mafia.

—¡No puede ser por eso! ¡Han pasado diez años desde que aceptaste ser mi guardián de la niebla a cambio de proteger a tu grupo! ¡Sí nos odiaras no habrías echo tanto por nosotros!

—¡Ya basta Tsunayoshi! ¡Acepté ser tu guardian porque era lo que me convenía y hasta el día de hoy eso se mantiene! ¡Sí, puede que seas diferente a los demás mafiosos, pero no por eso voy a caer tan bajo como para pedir la ayuda de tu famiglia! —Se sintió algo culpable al ver la expresión de Tsuna, pero no se retractó.

—Puedo ayudarte... Sabes que puedo... ¡Si solo yo soy la exepción entonces déjame ayudarte! ¡Sin Vongola ni mis guardianes, solo yo y tu grupo!

—¿Qué diferencia haría tu presencia? —Preguntó frío—. No puedes usar toda la potencia de tus llamas porque destruiste los anillos Vongola. No estás echo para luchar en espacios cerrados por la magnitud de tus ataques y la prisión de Vindice no es muy espaciosa que se diga. Pero por sobre todo: todavía no eres capaz de matar personas. —Señaló uno por uno sin flaquear.

—S-sé que no he sido el mejor jefe... —Dijo Tsuna con la cabeza gacha y voz quebrada—. Pero yo puedo...

—No puedes hacer nada Tsunayoshi. Solo haz tu papeleo y déjanos el trabajo sucio a nosotros, lo preferimos así.

De esa forma podemos protegerte mejor.

Pensó mirando con algo de dolor la silueta del castaño que se alejaba entre lágrimas.

Salió de su mundo onírico y buscó un huésped que le sirviera para vigilar a Byakuran. El hombre parecía un bufón despreocupado, pero nunca decía más de la cuenta haciendo que su infiltración se alargara.

Aún así, no se preocupaba. Nunca lo habían descubierto trabajando encubierto, no en vano había vencido a la arcobaleno de la niebla. Por esto decoró la oficina de Byakuran con flores de datura, cuyo significado en el lenguaje de las flores significaban "disfraz".

Estaba confiado.

Lo único que le preocupaba era que Tsuna lo había bloqueado de sus sueños tras su última discusión. No lo culpaba, y tampoco era raro que discutieran por el mismo tema y pasaran días sin hablarse.

Pero algo raro ocurrió, Byakuran se fue a una reunión privada por su cuenta y horas después Mukuro sintió un fuerte tirón en sus llamas.

¡Tsunayoshi!

Al instante se percató de que era la conexión con su cielo empezando a romperse, así que con desesperación se concentró para sentirlo y no dejarlo ir. Pero el vínculo se rompió de forma desgarradora sin dejar rastro.

No puede ser. ¡Esto no puede estar pasando!

Entró al plano onírico y comenzó a correr en busca del mundo de Tsuna, pero no importaba cuanto lo hiciera, no estaba por ningún lado. No podía sentir su presencia.

—Mukuro-sama... —Lo llamó una voz quebrada.

—¿Nagi? —Se detuvo al escucharla y miró a su alrededor, pero no estaba.

—Mukuro-sama... Boss ha...

—¡¿Nagi que le pasó a Tsunayoshi?!

—Mukiro-sama yo... No puedo... Por favor venga...

El ilusionista sintió el pánico aumentar al escuchar tan rota a su discípula. Se concentró para manifestarse en el cuerpo de la mujer y pronto se vio abrumado por el ambiente.

—¡¡No pienso aceptar esto!!

—¡¡Shamal!! ¡¿Dónde está Shamal?!

—¡¡No!! ¡¡Tsuna-nee despierta!! ¡¡Despierta y dile a Reborn que se deje de bromas pesadas!!

—¡¡Maldita basura lo voy a matar!!

—¡¡Jefe no!! ¡¡No podemos hacer nada ahora!! ¡¡Bel tú también para!!

Gritos, maldiciones, sollozos, golpes. Todos estos lo rodeaban pero su mirada estaba fija en el cuerpo que sujetaba Hibari.

Completamente pálido y bañado en sangre que parecía haber salido de los múltiples agujeros en su cuerpo, Tsunayoshi yacía inerte mientras una fedorra desgarrada reposaba en su pecho.

Continuará...

Yo: ¿Quiénes se esperaban que volviera a usar el arco del futuro👀? Admito que no me canso de usarlo, en especial para este ship y los que incluyen a Byakuran, es perfecto para dar drama😍.

30 Days Couple ChallengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora