Día 26: Casándose

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Quería llorar.

Es cierto que él no era una chica cursi cuyo sueño era vestir un vestido blanco y caminar hasta el altar, pero nunca esperó que su día especial sería arruinado por su propia familia y amigos.

Todo se había preparado a la perfección. Los invitados sabían cuán importante era ese paso para ellos y lo mucho que esperaron para darlo.

Y aún así lo habían destrozado todo.

No sabía cómo pasó, un momento estaba intentando arreglar su pelo frente al espejo de su habitación con los nervios de la boda, y al siguiente escuchó explosiones y gritos en el patio donde se celebraría la boda.

Pensó que era un ataque, hubiera preferido que lo fuera. Pero no, eran solo sus amigos siendo ellos, discutiendo y peleando donde quiera que vayan... Incluso si eso significa destrozar su boda.

Las sillas estaban desperdigadas por todos lados y casi todas estaban rotas. La mesa del banquete parecía que algo o alguien había caído sobre ella rompiéndola y causando que la comida y bebidas se arruinara, incluyendo la majestuosa tarta de bodas que ahora yacía en el suelo siendo pisoteada. El arco de bodas estaba quemado y no quedaba flor alguna en él. El altar estaba echo pedazos como si hubieran explotado una dinamita junto a él y la mayoría de invitados estaban luchando entre ellos con unos pocos que trataban de detenerlos u observaban con horror los destrozos mientras intentaban no ser alcanzados por algún ataque.

Pudo congelarlos, quemarlos, golpearlos, culparlos.

Pero no tuvo fuerzas para eso.

Se dió la vuelta sin decir nada y corrió a su habitación sintiendo sus ojos y garganta quemar.

Así fue como Tsuna término solo en su habitación mientras trataba de contener los sollozos y mordía sus labios.

—¡Tsunayoshi!

Volteó al escucharlo y sus ojos derramaron todavía más lágrimas si es que era posible.

—Muku... Ro... ¡Aaaaaaaah! —Se dejó caer entre sus brazos dando rienda suelta a su llanto—. ¡Se arruinó! ¡Todo se arruinó! ¡¿Cómo pudieron hacernos esto justo hoy?!

Dolía, más que perder su día especial, era que su famiglia fueran los causantes de esto lo que lo afectaba.

—Shhh, tranquilízate Tsuna. Descuida, nada arruinará nuestro día especial.

Tsuna se separó un poco para observar su rostro, se notaba que él también estaba afectado por el desastre, pero aún así mantenía una sonrisa para él.

—¿C-cómo? Todo se ha... —No pudo terminar la frase y agachó la cabeza con más sollozos.

—Sí, la boda que planeamos junto a ellos la han arruinado. —Comenzó tomandolo del mentón para que lo mirara—. Así que hagámosla sin ellos.

—¿Qué?

—Tsunayoshi, fuguemonos.

Abrió los ojos sorprendido y por un momento se imaginó la escena de una de esas películas en que los novios se fugaban a las vegas para casarse. Soltó una leve risa que se tornó amarga.

—Mukuro esto no es una película, no nos dejarán ir y... No quiero hablar con ellos tampoco.

—¿Quién dice que necesitamos su permiso o siquiera avisarles? —Se levantó y extendió su mano para ayudarlo a levantarse—. Hay alguien que puede sacarnos de aquí sin que ellos lo sepan.

Mukuro se hizo a un lado para que Tsuna pudiera ver la puerta, ahí, asomado con preocupación estaba Skull.

—H-hola Tsuna. —El castaño desvío la mirada sin responder y la nube suspiró—. Tranquilo, no vine a pedir una disculpa. Vine a ayudarlos.

30 Days Couple ChallengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora