Día 6: Con la ropa del otro

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—¡Achú! —Estornudó Tsuna mientras temblaba de frío.

—Sécate el pelo con esto mientras te busco algo de ropa. —Le alcanzó Mukuro una toalla para que se secara.

—Gracias.

Tsuna se había aparecido de repente en Kokuyo, empapado de pies a cabeza mientras abrazaba unas bolsas de plástico para que el contenido no se mojara. Por lo visto Nana le había pedido recoger un paquete en casa de una vieja amistad que vivía en Kokuyo, así que corrió hacia la guarida de Mukuro para refugiarse de la lluvia.

—Kufufufufu, te ves tierno. —Lo elogió Mukuro una vez Tsuna apareció vistiendo sus ropas.

El pantalón tuvo que arremangarlo y las mangas del sueter cubrían sus manos, además que tenía un hombro al descubierto por la anchura. Se veía más pequeño y delgado de lo que ya era.

—No soy tierno. —Se quejó Tsuna con un puchero y sonrojado.

—Sí lo eres. Y tus pucheros solo lo acentúan. —Dijo pellizcando suavemente las mejillas de Tsuna.

—¡Megh! ¡Fi o he dejas te boy a modde! —Lo amenazó Tsuna como pudo mientras sus cachetes eran estirados.

—Oya, oya. El atún se volvió piraña. —Bromeó soltando sus mejillas.

Sonrió al ver como Tsuna acariciaba la zona enrojecida y lo abrazó apoyando la nariz en su cabello.

—¿Mukuro?

—Pensé que tendrías frío. —Murmuó dejando algunos besos en la coronilla de Tsuna.

—Mukuro... Me da sueño si haces eso.

—Kufufufu, tomemos entonces una pequeña siesta. —Dijo guiándolo al sofá cama en el que dormía.

El sonido de la lluvia los arrulló en su siesta, haciendo que durmieran más de la cuenta y fueran despertados por una llamada de Nana que estaba preocupada.

Tsuna se cambió a su ropa que ya estaba seca y tras devolverle a Mukuro la suya se fue corriendo a Namimori.

Mukuro observó las prendas que Tsuna había usado y las acercó a su nariz.

Huelen como él.

Pensó para después ir a su guardarropas y sacar una chaqueta negra que se notaba algo desgastada. Era la misma que Tsuna había usado al luchar contra Daemon Spade y que le había colocado encima cuando estaba inconsciente por las heridas de su cuerpo al acabar la lucha. Pensó en devolvérsela par de veces, pero era en cierta forma la primera cosa que le había dado Tsuna al recuperar su cuerpo, así que la conservó en secreto.

La acercó a su rostro como hizo con sus ropas y la olfateó, por desgracia, ya había perdido el aroma de Tsunayoshi.

Aún así, es un recuerdo importante. Kufufufu, ¿me pregunto qué pensaría Tsunayoshi si me viera ahora?

Pensó divertido, pero esta emoción desapareció cuando la puerta fue abierta por dicho castaño.

—¡Olvidé las bolsas de mi mamá! ¿Sabes dónde las de... Jé? —Se cortó al final al ver lo que estaba haciendo su pareja.

¡¡No quería saber la respuesta!! ¡¡Vindice llévame otra vez por favor!!

Rogó en su mente el mayor mientras el pánico afloraba en él.

Fin

Yo: Sip, joder a Mukuro es mi pasión 🤣.

30 Days Couple ChallengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora