Capítulo 4

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#AndrewPOV #7


— ¡PÁSAME LA PELOTA HIJO DE...!

Las señas del entrenador me hicieron parar mi sarta de maldiciones.

Era un día muy importante ya que hoy se definía quienes iban a la final estatal, pero a nadie parecía importarle, todos estaban en la luna ajenos a lo que pasaba. 

Todos corrían alrededor de mí y me esquivaban, hasta mi propio equipo. No me pasaban la pelota por más que les había dicho que el pase 4 de cada jugada era para mí. Nada.

Un sabor ácido ya estaba en mi boca. Lo estaban arruinando todo, joder.

Doyle corría con la pelota desde el otro extremo de la cancha, el mariscal de campo del equipo contrario venía tras él, tenía que pasarme la pelota. Era el único libre. Si lo hacía, teníamos el juego asegurado. 

— ¡VAMOS DOYLE, PÁSAMELA SOY EL ÚNICO LIBRE!— le grité agitando las manos.

Doyle me hizo una seña de asentimiento y se puso en posición para tirármela. Cuando estuvo en el aire me percaté de que no venía hacia mí la pelota, iba derecho a Cale.

¡Demonios! Todo iba a salir mal, un jugador del otro equipo estaba detrás de Cale. Él tomó la pelota, intentó correr pero para entonces el otro jugador se le echó encima y le quitó la pelota para después tirársela al mariscal de campo oponente, él la atrapó en el aire, corrió e hizo Touchdown. Puta madre.

Sonó el pitido que marcaba que el juego había acabado.

Habíamos perdido.

.

— ¿QUÉ SOY INVISIBLE? LES DIJE QUE ME PASARAN LA PELOTA, SON UNA BOLA DE ESTÚPIDOS, IDIOTAS, LERDOS, HIJOS DE...

—Basta. Por una vez en tu vida deja de ser tan engreído, sabemos que te querías robar la noche para después ir a alardear que ganó el equipo gracias a ti—comentó entre dientes Doyle

—PUES CLARO QUE GANARÍAMOS GRACIAS A MÍ. Y AHORA GRACIAS A TI DOYLE PERDIMOS. ¿ACASO QUIERES IR A ALARDEAR ACERCA DE ESO?—grité encolerizado. 

—Claro... ¿Y si queríamos perder?—dijo Seth

—YO NO QUERÍA QUE MI EQUIPO PERDIERA, SON UNOS IDIOTAS.

— ¿DESDE CUANDO ES TU EQUIPO?—gritó Doyle enrabiado

—Desde que soy mariscal de campo, y es TU obligación así como la de todos, obedecer mis órdenes mientras estemos en el campo.

Doyle me paró el dedo y se fue del vestidor gritando una sarta de maldiciones. Bah, que se vaya al carajo. 

Todos se me quedaron viendo con mirada de desaprobación

— ¿QUÉ?—grité a la defensiva y me fui con los puños hechos un puño.

.

No había sido mi día.

Estaba caminando por una calle extraña, no me había detenido desde que salí del campo, y ni siquiera me había molestado en mirar a donde iba, solo caminaba intentando no enojarme más por lo del partido, pero que va, había perdido un juego jodidamente importante y todo porque los idiotas de mi equipo se pusieron los moños y se negaron a acatar mis órdenes, ¿por qué chingados los escogí? 

Gruñí de la rabia. 

Después de caminar un rato más, mi estómago comenzó a rugir tal y como lo hacía Chewbacca. No había comido nada desde el almuerzo, estaba famélico. 

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