Capítulo 17

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#70                                                                                             #BPOV

Digo, es normal que te pase algo increíble una vez cada mucho tiempo, pero tantas cosas en un sólo día... ¡Por Dios! 

Primero, el reencuentro con mi papá, después el insulto a Kayla, besar al chico que siempre acosé sólo para darle celos a Andrew (¡santo cielo!, ¿de verdad, Brenda?), gritarle a Andrew y enterarme de que mamá está embarazada. ¿Qué más faltaba para que mi día estuviera completo? ¿Qué me cayera un rayo en pleno día soleado? ¿Tener una hermana gemela perdida? ¿Qué me den la noticia de que, efectivamente, soy adoptada? 

No puedo tomar enserio mi vida si me pasan cosas tan ridículas como éstas. Si alguien viniera y me contara que le han pasado las cosas que a mí, seguramente yo le preguntaría algo como ¿qué te fumas, amigo? 

Cuando Maïa se nos unió en el almuerzo, murió del asombro, figurativamente hablando, claro. Ella también había tenido un flechazo con él, que duró algo así como diez minutos, hasta que le gusto Parker Higgins, uno de último grado (en ésas épocas) que había sido el mariscal de campo en aquél tiempo. 

¿Tan increíble es que Joe y Andrew se relacionan conmigo? ¿Tan poca cosa soy? 

Al sonar el último timbre, sentí que mi alma volvía a mi, ya que había sido un día demasiado largo, extraño e intenso. Tomé mis cosas del pupitre y sin importarme nada, las metí dentro de mi mochila, arrugando varios papeles en el proceso y salí del salón a velocidad de la luz, deseando encontrarme con Maïa en el camino, no quería esperarla, como siempre. 

—Hola guapa.

—Ay, puta madre—exclamé mientras daba un salto. 

Iba tan sumergida en mis pensamientos que no me fijé que Joe iba a mi lado. 

—Sí, suelo tener ése efecto en la gente—se rió y luego señaló su cara—. A veces piensan que es una máscara. 

Me reí y negué con la cabeza. 

—¡Por Dios! Eres atractivo—admití—. Tu cara no tiene nada de malo. 

—Vaya—silbó—. ¿Es que Brenda Loughty me está coqueteando?—preguntó llevándose una mano al pecho. 

Estaba a punto de decirle algo, pero en eso, nos encontramos con Andrew y séquito de admiradoras encabezado por Kayla, quien aferraba sus garras al brazo de él mientras lo acorralaba en los casilleros. Hubo contacto visual entre Andrew y yo, durante un instante y debo de admitir que tuve algo de celos, pero al final, decidí tomarle la mano a Joe y seguir caminando como si no lo hubiera visto. 

—Puede ser..—dije acercándome más a él. 

Volví a mirar, pero ésta vez de reojo a donde estaba Andrew y me di cuenta que tenía sus labios pegados a la oreja de Kayla, él le dijo algo y ella soltó una risita mientras se aferraba más a él. Parecía como esos perritos que están en celo y se te aferran en la pierna. Que guarra. 

Cuando por fin nos alejamos de ahí, le solté la mano fingiendo tener comenzón en el cuello. Estábamos en la entrada, despidiéndonos, cuando alguien pasó a mi lado corriendo y me empujó por accidente, provocando que yo cayera y empujara a una chica que estaba sentada en las escaleras. 

Apenada, tomé el reproductor de la chica. 

—Oh, cuanto lo sie..—empecé a disculparme, pero al darme cuenta que había sido Victoria a quien había empujado dejé el reproductor en donde estaba y negué con la cabeza, frunciendo los labios—. No. No lo siento, en lo absoluto. 

The Bet.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora