Capítulo 29.

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#VPOV                                                                 #121

-Ahora dime, ¿qué es lo que haces aquí? - dijo Andrew desde la puerta mientras miraba el carro de Jake que había "tomado prestado".

-Me dejas pasar?

-No. - dijo fríamente.

Suspiré.

-Solo quería pedirte disculpas, ¿está bien? Perdón por ponerte en problemas con la babosa de Brenda y por todo, de corazón te lo digo, perdón.

Y sí, lo que decía lo decía con toda la sinceridad del mundo, había decidido atar cabos sueltos, ser mejor persona. 

Lo miré mientras se rascaba la ceja.

-¿Has manejado hasta acá para pedirme perdón? - dijo asombrado.

Me sonrojé y tomé un mechón de mi cabello.

-Es tiempo de cambiar. - dije simplemente.

El sonrió

-Bueno, pues tienes mi perdón... Aunque no era necesario..- suspiró.- ¿Quieres pasar? - dijo mientras abría mas la puerta.

Ahora fui yo la que suspiró.

Negué con la cabeza lentamente.

-No, tengo planes... Pero gracias.

En realidad no los tenía, o tal vez sí, si es que contaba ir a casa, mirar una película y comer nieve.

 -Oh, bueno... Está bien, me alegró verte.

-Si...- me mordí el labio.- Deberíamos salir algún día - propuse.

El se puso tensó, su mano se había vuelto en un puño.

-Vicky yo no cre...

Observé que se le pasó por la cabeza que yo le estaba insinuando algo. 

-No de ésa forma.-le interrumpí.- Tú y Brenda y yo y Jake, mi novio.

El se rió.

-¿Tu con novio?

Rasqué mi cabeza despreocupadamente.

-Sí, ¿qué dices?

-Claro, me parece bien....

-Yo te llamo.

Me di la vuelta y caminé hacia el auto, pensando en la buena acción que había hecho.

La buena acción del día.

#129

Me había puesto una blusa negra pegada, junto a mis jeans negros pegados de cuero y mi chaqueta de motociclista también negra y de cuero. Me puse mis botas, también negras, que me llegaban hasta la rodilla.

Puse labial rojo carmín en mis labios y maquillé mis ojos tal y como lo hacía siempre.

Tomé mi dinero junto con mi prehistórico celular, y los metí en el bolsillo de la chaqueta.

El frío ya hacía en Chicago, la nieve caía de vez en cuando, por lo que la ciudad estaba de blanco.

Jake me miró y soltó un silbido mientras me indicaba que me acercara a él.

Lo hice y me senté arriba de él, con mis piernas enrolladas en su espalda y mis brazos en su cuello.

-¿Y qué, nos vamos? - le dije mientras enrollaba mis dedo en su camiseta de Batman.

El sonrió y me besó como si no hubiera un mañana, mordiendo mis labios cada vez que podía.

-No... Sabes... Cuanto... Te... Quiero...- decía cada vez que hacía una pausa para tomar aire.

The Bet.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora