Capítulo 13.

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#68 #VPOV

Nunca me importaban los cotilleos que siempre rondaban por los pasillos de la escuela, pero ésta vez fue diferente, ya que todos hablaban de la reciente relación de Andrew y la chiquilla ésa. Me daba tristeza ésa historia, ya que Brenda se veía enamorada del mariscal del campo, pero era obvio que Andrew no sentía ni una pizca por ella, aunque fingía muy bien cuando le tomaba la mano y le sonreía, pero yo sabía que todo era una farsa. 

Podría ser yo la persona más perra, malvada y desinteresada de todo el planeta, pero aunque Brenda me cayera como una patada en el culo, me daba lástima. Así que por ésa razón, ideé un plan para terminar con ésa apuesta. Mejor era que la chica sufriera antes que después, ¿no es cierto? 

Dicen que debes hacer por lo menos, una cosa buena en el día, así que éso haría. A mi beneficio, claro. Vería a la chica rara llorar y después tendría a Andrew para mi. Fácil. 

Busqué con la mirada a Andrew, pero terminé encontrándome con Kayla—la zorra piernas largas—y supuse que, ella siendo su máxima seguidora, sabría donde estaba. 

—Oye, golfa—le saludé cuando me acerqué a ella, la miré de arriba abajo observando su traje de porrista que parecía más bien traje de puta y ella bajó un poco su falda y entornó los ojos.

—¿Qué quieres, zorra? 

—¿Y tú Romeo? 

Ella agarró un mechón de su cabello y jugó con él, desinteresada. 

—Yo que sé—se encogió de hombros—. Con éso de que anda con la marginada ésa, ya ni me interesa que es lo que hace. 

—Que inservible eres—bufé, me di la vuelta teatralmente y levanté las manos al cielo—. Oh Romeo, Romeo ¿Dónde estás que no te veo?—exclamé dramáticamente mientras caminaba por el pasillo. 

Muchos rieron y yo bajé las manos, continuando mi tarea de buscarlo, hasta que lo encontré. 

Ay, puta madre. Tenía unas Ray-Ban puestas, ésas que le quedaban jodidamente bien y mucho más si le agregabas ésa sonrisa torcida que tenía ésos momentos. Parecía el típico tipo duro y más con ésa pose despreocupada al lado de los casilleros. 

¿Por qué no estaba con Brenda? Complicaba un poco las cosas, pero ya que lo pensaba, era la ocasión perfecta. La gente hablaría y ¡boom! 

Caminé en su dirección despreocuadamente y él cuando me miró, hizo una mueca de disgusto.

—Que casualidad verte por aquí—le dije. 

—En realidad no, estoy a lado de mi casillero, donde siempre estoy—dijo él frunciendo el ceño. 

Fingí una risa y después me acerqué más a él. Podría hacerse el inocente, pero después de todo, seguía siendo un hombre hecho y derecho. Alcé una mano y pasé un dedo por su pecho lentamente, mientras lo miraba a los ojos. Él suspiró y apartó mi mano. 

Me mordí el labio. El chico quería serle fiel a la que le rompería el corazón por dinero. Era gracioso, pero aburrido. Decidí ir al grano. Me arrojé a sus brazos y lo besé como si no hubiera un mañana, metiéndole la lengua mordiéndole el labio ocasionalmente. Andrew no hizo nada para apartarme, pero no me tocó en lo absoluto. Sólo me devolvió el beso, pero algo flojo, como si le estuviera obligando. 

—Vaya, buen espectáculo que se montan ustedes dos—dijo la chica que quería que viera ésto. 

Empujé a Andrew, apartándolo de mi con un fingido asco, miré a Brenda y sonreí. Ella tenía sus ojos completamente rojos y llenos de lágrimas, estaba a punto de echarse a llorar ahí mismo, lo sabía. Pero también sabía que no lo haría con público. 

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