The Bet.

Capítulo 10

#Día50.                                                                                       #APOV

No había peor cosa para mí que tener que rogarle a una chica para que me perdonara o para salir a alguna parte. 

Llamé por catorceava vez al celular de Brenda. Como las anteriores veces, no hubo respuesta.

Suspiré resignado y tiré el teléfono a la cama. Me levanté del sillón que estaba enseguida de la cama y le puse pausa al Xbox, tomé el teléfono de la cama y abrí el mensaje. Era de Doyle. 

*Me sorprende la buena suerte que tengo. ¡Buenas noticias, hermano! Una tipa guapa y con buen cuerpo vive en mi casa* Doyle

Estúpido suertudo de mierda, lo odiaba. Doyle vivía en un dupléx que sus abuelos le habían regalado por su cumpleaños. Hacía bastante que buscaba un compañero o compañera—de preferencia—para vivir. Él odiaba vivir sólo pues decía que no le gustaba una casa que valía por dos si vivía sólo. Cuando recién se mudó ahí, me propuso vivir con él, pero yo no estaba dispuesto a ponerme a trabajar y dejar mi vida llena de comodidades en mi casa, por supuesto que no. 

*Te odio hijo de puta LOL ¿Cómo se llama? Envía una foto* Andrew

*Ella dice que Vicky. No te enviaré una foto, ven para acá quiero que la conozcas* Doyle

No me tuvo que decir dos veces, inmediatamente me puse mis zapatos, una cazadora negra y salí de a oscuridad de mi cuarto equipado con mi cartera y mi teléfono. 

Mi hermana estaba en la sala acostada en el sillón con las piernas arriba del brazo del sillón, hablando y riéndose como pendeja con el teléfono pegado en la oreja. 

Cuando me miró, le saqué la lengua y ella puso los ojos en blanco. 

—El idiota de mi hermano está aquí, espérame—dijo y después tapó el micrófono del teléfono—. ¿Qué quieres? 

—¿Has visto las llaves?

—¿A dónde vas? 

La miré incrédulo, frunciendo el ceño.

—¿Eres de la FBI o qué? 

Ella suspiró y volvió a poner los ojos en blanco. 

—Que te den—murmuró y me tiró las llaves en dirección a la cara, pero reaccioné rápido y las atrapé con la mano izquierda. Le sonreí y le guiñé un ojo. 

Salí de la casa y caminé hacia el Dúplex de Doyle que no quedaba muy lejos. 

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#VickyPOV

Tengo 17 años, mido como uno sesenta y cinco, soy tez blanca, ojos verdes brillantes y muy grandes, mi cabello natural es castaño y rebelde. Tengo muy buen cuerpo que sé aprovechar muy bien cuando la oportunidad se presenta. Mis ojos siempre están pintados con mucha mascara para pestañas y una gruesa linea de delineador, en mis labios nunca puede faltar el color rojo quemado. También tengo un diminuto arete en la ceja izquierda y unos cinco en cada oreja. 

Nací en Nueva York pero huí de allí apenas cumplí los quince, ya que mis papás eran una mierda, aburridos y lentos de pensamiento. Mamá, maestra de literatura y papá maestro de antropología en la Universidad de Nueva York. Que asco. 

Con una pequeña maleta con ropa interior y maquillaje, llegué a la estación de trenes y tomé el primero que salió. Ése mismo me dejó en Chicago, lo suficientemente lejos de ellos. Ya ahí, como tengo mis mañas, conseguí ropa nueva y una buena casa donde vivir.