Capitulo 7

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El gran plan.

Moscú 17 de diciembre.

El fuerte frío se escabulle como un torbellino cuando Dominic entra al camión donde estamos Mariam y yo.

—Hola chicas— nos da un beso en la mejilla a ambas. — Mariam me hizo venir sin tener explicación.

—Estamos igual, yo tampoco tengo una idea que vamos hacer. — recalcó.

Ayer después de la hermosa noticia de que estaban desmantelando laboratorios ni siquiera me dijo que le pasaba por su cabeza maniática.

Mariam se acerca a Dominic —Wow tu barba creció y te veo más musculoso te vez muy bien.

— Y tú pareces una India, estás negra. — suelta la risa.

— No estoy negra, estoy quemada. — dice indignada y todos empezamos a reír con los comentarios fuera de lugar.

Mariam se sienta y se relaja aventado su espalda, nos pide que nos sentemos para dar las explicaciones. Dominic se queda parado atrás de mí mientras masajea mi espalda.

—Tenemos el tiempo contado para dejar todo en orden.— comenta Mariam mientras truena sus dedos.— El general va estar en el casino al lado de unos políticos y tenemos que entrar desapercibidos — Toma su reloj— así que nos quedan 6 horas para acomodar todo y convertir a Génesis en una gran bailarina.

— ¿Cómo vamos a entrar? - pregunta Dominic.

— Le conseguí a Génesis un trabajo de una bailarina y yo seré una mesera, mientras tú estarás vigilando todo con las cámaras que ya mande poner en el lugar. Y hackear el sistema para que no se vea quien entró a la habitación y lo mata.

— ¿Y cómo me voy a convertir en una bailarina o mejor dicho una prostituta?— no es como me guste hacer esto y terminar bailando al lado de un tubo pero soy profesional y no voy andar con ridiculeces.

—De eso me encargo yo— saca una maleta. — aquí traigo todo lo que necesitamos.

Hay Dios esta mujer está loca, pero no sé qué va a sentir ese hombre que de seguro va hacer un viejo al verme a mí, no es narcisismo pero soy mucho para un viejo.

Las horas pasaron, Mariam estaba en la sala del casino mientras yo estaba en los camerinos junto con otras chicas que quiero suponer que también están en lo mismo que yo. Las horas pasaron y el momento de transformarse llego. Traía puesta una gran peluca roja, mis labios gruesos eran rojos y traía puesto un pequeño y justo traje de lencería.

Me llega un mensaje de Mariam.

El general acaba de llegar, ya sabes lo que tienes que hacer. Nos vemos a la afuera del casino

Te amo.

Mariam.

En estos momentos ya estoy resignada a que el viejito que voy a matar esta noche va a verme hasta los pecados capitales. La lencería que traigo puesta no deja nada a la imaginación.

La señora que entra al cuarto parece la proxeneta de las chicas. Traía puesto un gran vestido azul con toda la espalda descubierta. Busca alguien con la mirada hasta acercarse a mí.

— Tú eres la del General ¿verdad?

— Supongo que sí, — no voy a levantar sospechas y mi tierna voz al decirle, contrasta conmigo.

—Pues no estás nada mal, — me hace dar una vuelta para ella y me nalguea, — tetas paradas y nalgas firmes y grandes, linda cara sin duda eres para el general.

Deseos imparablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora