Capitulo 22

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Inesperados

Génesis

Pasó la mano por mi cabello y enfocó el francotirador.

Horas antes de esto estuvimos dando los últimos detalles de la misión.

El general dice que es una trampa; en lo personal no me parece pues ningún mafioso que conozca tiene una manera tan retorcida de pensar, pero en este punto llevarle la contraria a West es un caso perdido.

No es que me sienta tonta al lado de él pero ese hombre es un estratega nato, me sorprende como siempre visualiza el peor escenario.

La capitana Hill tiene todo el sistema del aeropuerto hackeado. David llevara el plan inicial; El cual era tomar el avión y llevarlo a la OSDC con todo el cargamento que tuviera dentro.

David junto con Irina y los capitanes tendrá el trabajo de incautar el avión.

Estoy en arriba de un edificio preparándome para cuando me ordenen disparar.

Si hace unos meses me hubieran dicho que hubiera terminado trabajando para la OSDC pensaría que se volvieron locos.
En fin, la vida es impredecible.

—Aquí capitana Hill— se escucha informando por medio del sistema de seguridad privado de la CIA— Poca seguridad, pueden avanzar.

Desde aquí puedo mirar como David junto con los capitanes entran en acción.

El sol me pega en la cara y molesta mis ojos.

—Diez caídos— dice David a través de la red.

Aparentemente todo va como se planeo.

Miro que un hombre se pone atrás de Irina, intento enfocar para disparar cuando..

—Objetivo derrumbado— escuchó la voz de Marc a través de mi audífono.

Desde aquí miro que lograron entrar al avión. Duran pocos minutos hasta volver a comunicarse.

—Son armas blancas de contrabando— informa Irina.

—¿Solo eso?— pregunta West.

—Viene repleto de cargamento de armas— dice uno de los capitanes, aún no logro distinguir su voz.

Me aparto del francotirador. Respiro hondo esperando la próxima indicación.

—General— dice Hill— en 10 minutos sale una avioneta que no está registrada, lleva cargamento pesado.

Marc le da las indicaciones al comandante David de despegar.

—Summers— dice Hill— cambié su posición.

Me muevo brincando varios edificios, pues no tenía vista del nuevo movimiento.

—Llama refuerzos de la central de Toronto— dice West.

—Ya mi hice mi General— afirma Hill.

Me sigo moviendo hasta que escucho un disparo el cual me hace tirarme al piso, saco mi arma y empieza a moverme cuidadosamente para disparar.

Miro al hombre cargando su arma, ese es mi momento soy rápida y le clavo una bala en la cabeza.

West a través del audífono me da indicaciones por donde entrar a la pista. Miro un par de hombre de seguridad y no lo pienso solo los dejo inmóvil.

Deseos imparablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora