Capituló 42

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Mi verdad

Génesis

El frío de Moscú cala lo más profundo de mis huesos. Espero con impaciencia a la camioneta que mande pedir para regresar a la fortaleza Beger.

Me imaginaba regresar victoriosa trayendo a Derek a la organización y la cabeza de Marc pero las cosas han dado una vuelta de 180 grados.

Nunca pasó por mi mente enamorarme del hombre detrás del puesto de general supremo, ni encariñarme con su hija y mucho menos disfrutar de la vida como agente de la O.S.D.C.

El séquito de camionetas blindadas llegan por mi encabezadas por Mariam. Me subo rápidamente.

—¿Qué sucede? — dice confundía.

El cabello le cae por hombros dando a relucir el azul opaco de los Beger. Viene vestida con un abrigo rojo cereza y unos pantalones de cuero.

—¿Está Rustem?

—Si, pero ¿qué te pasa?— intenta abrazarme pero la quito — ¿Qué te ha pasado?

— Mariam dime la verdad — la encaro — ¿Tu sabías que Rustem mato a Melissa Bloom?

La cara se le vuelve pálida e intenta no mirarme a los ojos. Me enfurezco al saber que me estuvieron teniendo como su maldito juguete.

—Yo no sabía...

—¡Mientes! — le grito — ¡Tu, Rustem y todos!

—¡Te estás volviendo loca! — también sube la voz.

—¡¿Loca?! — termina de fuérceme— ¡Tu sabias que me estaba sintiendo cosas por Marc! ¡Por que no me dijiste que mi papá fue el asesino que mató a su esposa!

—¡¿Todo es por que estas enamorada?!

—¡Si! — lo confieso — ¡ese el puto problema! ¡no puedo dañar al hombre que amo!

Intenta calmarme pero no se lo permito. Me da excusas pendejas intentando justificarse pero no logra que cambie de opinión.

—Ya estás aquí, olvida lo que paso. Le daremos una buena excusa a mi tío y actuaremos como si nada paso — toma mis manos —como antes.

—¡No! — estoy cansada que cree que le tengo miedo a Rustem — ¡Este es mi problema y yo lo arreglaré!

Llegamos a la fortaleza. La dejo en el auto y me apresuro a la oficina del Alpha. El frío de la mansión traspasa todos mis huesos.

Me es difícil estar aquí. Todos mis recuerdos vienen en olas de flashbacks, me es casi imposible ver que el hombre que tanto tiempo tuve en un pedestal como lo que realmente es.

Siempre supe que fue un asesino pero daño a la persona que yo quiero y eso no se lo puedo dejar por alto. No quiero que se acerque más a él, me tiene que jurar que lo dejará en paz.

El séquito de guardaespaldas están afuera de su oficina y les indico que me dejen pasar pero se niegan.

—¡Soy Génesis Beger!, ¡Ustedes siguen mis órdenes o los degollo!

Deseos imparablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora