Capitulo 8

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"Remordimiento"

Rustem Beger

El atentado contra Alaska aún está reciente, han pasado solo días.

El operativo contra Alaska es el inicio de mi guerra con la OSDC o mejor dicho con el General. Sangre se paga con sangre él ya lo debe de saber.

«Mi imperio al igual que mi familia están en riesgo, todo por culpa de él»

Yo sé de lo que es capaz, es vengativo al igual que yo y por eso lo quiero matar, sé que sangre se paga con sangre. Pero yo soy el diablo y escaparé de esas reglas como siempre lo hecho.

«Marc West» General, asesino, y dirigente de la OSDC el ejército más poderoso del mundo.

Solo de recordarlo me enfurece mientras tengo señalada aquí a quien tengo que matar, para hacer que se dé cuenta de mi gran poder. La foto que tengo entre manos es mi futura presa o de Génesis.

Matar a Derek será una tarea fácil para Génesis, se tiene que prepararse para convertirse en la futura Alpha del clan. Y Marc tiene que pagar por meter sus sucias manos en mi territorio.

Pienso en Génesis Beger, mi hija mayor una gran arma letal para cualquiera, Génesis con 21 años ya tiene mi respeto para un día dejarla liderar. Pero con esto me va a comprobar si no me equivoque. La tuve a los 26 años y la he moldeado a que sea igual de peligrosa que yo pero con la belleza de Alaska.

— Señor, ya tenemos a la agente.

—Súbela al carro. — ordenó.

¿Qué es lo que le duele a un hombre como él? «Su hija» «su mejor amigo» y esa va hacer mi manera de que entienda mi gran poder.

Me subo al carro mientras uno de mis escoltas sube a la agente Summers al coche, no me gustan los giros del destino pero no me voy a dejar intimidar.

—Señor la foto de Génesis Summers. —La tomo de un jalón para que se valla.

Es una agente que iba ir a la OSDC, Genesis Summers. Es una chica barata nada fuera de lo común. La voy a llevar a la fortaleza, ya tengo planes para ella.

Natasha sube al carro con un vestido verde ceñido, «necesito un urgente aumento de senos». Yo necesito a mi lado una verdadera belleza.

Soy el líder del imperio Beger o también conocido como el Alpha de la mafia de sangre. Quien es el líder de toda la mafia rusa.

Se suben los escoltas al carro. Cuando me casé con Alaska aparte de ser una mujer bella era por lo que significaba su sangre, tener una hija descendiente de la gitana  más bella. Una verdadera arma de seducción.

Desciendo del diablo soy una arma mortal y quien se meta conmigo termina muerto o viendo morir a su familia. Soy un líder, un rey, un emperador. Soy la pesadilla para cualquiera.

Por eso destruiré la amenaza que intente destruir mi reino. Mi querida Alaska es una mujer de increíble belleza al igual que Génesis.

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Génesis

Ya han pasado más de dos semanas después de mi horrible encuentro con él general. Como voy a tener los ovarios de ver a mi papá cuando me acosté con su enemigo.

Estos días después del suceso me la he pasado acostada como una niña y a mi lado encantador. Me siento mal por no poderlo matar pero tampoco me siento arrepentida de lo qué pasó, yo quería que pasara.

Mariam entra a mi cuarto sin previo aviso como normalmente lo hace, traía en mano unos documentos.

Se acuesta en mi cama y me empieza a decir que no tengo la culpa de lo qué pasó. «Sé que no me puede juzgar ella haría lo mismo que yo»

— Vamos tienes que dejar tu remordimiento. — no es solo eso, si no que perfectamente sé que lo volvería a hacer.

—Ya bueno ¿qué quieres? — no estoy de humor para andar aguantado a Mariam.

—Mi tío llega hoy— mira su reloj — bueno creo que ya llego.

— ¿Como? — mi papá regresó, ahora si me fui. Y no regrese.

—Sí y quiere hablar contigo. — me sonríe.

— No abriste tu boca maldita ninfómana ¿verdad? — la creo tan capas y si fue así mis momentos de vida están contados. La muerte se me haría un grato destino.

—No, no no. Me crees tan estúpida primero te matan a ti y después a mí —se empieza a reír— Es algo de un político tu tranquila.

Bueno con eso me dejo más tranquila, me levanto de la cama y me meto a bañar. Saliendo me pongo una falda hasta la cintura y una blusa blanca de botones, en el cabello me pongo unos simples broches.

Estaba esperando la llegada de mi papá al lado de Mariam, ambas estábamos conversando sobre un tal David Smith. Parece que ella también tuvo su flechazo de navidad.

Estos días me llevado mejor con mi chofer o escolta. Después de la regañada que le metí al pobrecito ya no está tan serio.

Unas camionetas blindadas llegan a la fortaleza «mi papá» me levantó para las afuera de la casa. Cinco camionetas negras entran y en una de ellas baja Rustem Beger mi papá.

Del carro del medio sale un hombre de traje con unos grandes ojos azules «Rustem Beger»
Mi papá, bajando detrás de él esta Natasha. Se acerca a mí dándome un fuerte abrazo.

— ¡Génesis estás hermosa!—mientras me sigue abrazando— necesito hablar contigo.

«Necesito hablar contigo» esas palabras retumban en mi mente, ¿Dominic?

—Sí que necesitas. — las manos me empiezan a sudar.

Toma mi mano pero antes hizo una señal para que bajaran sus maletas. Mientras subíamos a hacia su despachó. Le gritó a Mariam para que también subiera.

Estando arriba mientras llegaba Mariam me estaba contando algo de los Gambitos. Mariam sube y la atmósfera se pone tensa.

—Mis niñas ya están grandes son todas unas armas para este imperio. — el orgullo que sentía por nosotras era evidente. — Y ahora les toca tomar las riendas de este lugar.

— ¿A qué te refieres papá?

— Me refiero a que les voy asignar una misión a las dos. — Que tipo de cosas tiene en mente mi papá. — Génesis a mí no me gustan dar vueltas a un tema así que seré directo.

La espalda se me pone derecha esperando que suelte la bomba que me tiene preparada.

— Te vas a ir a Washington, necesito que te hagas pasar por la agente Summers.

— ¿Quién es ella?— ahora la voy a hacer de agente, ya me gusto eso de usurpar identidades.

—Era una agente rusa que iba ir a la OSDC pero necesito que te deshagas de Derek Miller es un senador. Lo vas a enamorar, y hacerlo entender que tiene que dejar de meter sus narices aquí.

— Perfecto. — Distraerme y salir de aquí es lo mejor para olvidar mi incidente con el General. — ¿y cuando me tengo que ir?

Se mira el reloj — En 20 minutos, la pista ya está lista para que te vallas.

— Voy a ir a hacer mis maletas.

—No, yo ya te envié las cosas a tu futuro departamento.

— Mariam tú te vas a quedar en la ciudad, después que te de órdenes alcanzarás a Génesis.

—Claro tío.

Salgo del cuarto después de despedirme de mi papá lista para irme como me lo ordenaron.

Me despido de Mariam y salgo de la casa lista para llegar a la pista.

El tiempo transcurre rápido en menos de unos minutos ya estaba abordando un avión, lista para la nueva misión. Y olvidarme de Marc West.

Deseos imparablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora