Capitulo 4

3.1K 198 48
                                    

Génesis

"El estafador termina estafado"

El fuerte frío entra por todos mis poros, pareciera que Liam lo hace apropósito. Le mande un mensaje antes de salir de mi habitación y aun no llega «me voy a congelar». Maldigo por ponerme un vestido tan descubierto, siento que me va a dar neumonía.

Un carro negro con vidrios polarizados llega y para variar ni siquiera se baja para abrirme la puerta, le voy a dejar en claro su lugar. Me monto arriba del carro. Estaba a segundos que moría de frío o enojo.

—¡De una vez te lo digo, no tolero la impuntualidad y no voy a soportar malos modales, escuchaste! — se queda desconcertado y confundido. Si no me entiende es su problema yo ya cumplí con decirle.

—Disculpe mi intención nunca fue ser grosero señorita Beger— Empieza a manejar y el silencio es evidente al igual que la tensión.

No le voy a dirigir la palabra "mi intención no fue ser grosero" ahora hasta señorita me dice, y suelto una carcajada mental. ¿Yo señorita? hace mucho deje ser señorita, regaño a mi subconsciente por delatarme a mí misma.

El recorrido transcurre lento, vengo contestando mensajes, Necesito regresar al trabajo después de mis largas vacaciones, tengo que ponerme al corriente.

La lluvia empieza a caer, es densa poco a poco de ser unas pequeña gotas se convirtió en una fuerte tormenta. Le mando mensajes a Mariam para saber si ya está en el lugar, pero los mensajes no le llegan.

Hay un gran tráfico en la ciudad, es lunes pero pareciera sábado, hay tantos carros y personas pasando de una calle a otra que es evidente que voy a llegar hasta las 10.

Han pasado más de 30 minutos desde que salimos de casa y aun no llegamos, me voy a dormir o contestar mensajes para matar el tiempo. Contesto uno de los mensajes de Camille.

Camille es mi hermana, tiene 15 años es una linda e imprudente adolescente, cada vez está más grande, la última vez que la vi jugaba con muñecas y ahora está interesada en niños, como pasa el tiempo me siento toda una abuelita.

Mi última interacción es tan vieja que no la recuerdo, y no salió nada bien, mejor ni recordar. Cuando volteo estábamos afuera de un gran casino en la puerta había hombres fumando y unas mujeres que aparentan ser posibles prostitutas.

— ¿Es aquí?— pregunto desconcertada, la imagen que yo vi era un lugar elegante no un casino de mala muerte.

—Esa es la dirección que me dio señorita Génesis- su mirada se mantiene abajo y con vergüenza me lo dijo.

—Bueno vamos a ver qué hay ahí— intento bajar pero las puertas tienen seguro y no me deja salir del coche.

— No es un lugar apto para usted y peor por su vestimenta, permítame acompañarla.

— ¿Mi vestimenta?— que le pasa a este imbécil desde cuando se siente con derecho de opinar con lo que me pongo— gracias pero puedo sola, y cumpla con mis órdenes que para eso está aquí.

— ¿A qué hora pasó a recogerla?— recalca.

— Usted no vendrá por mí, regresaré sola a casa—Me inclino para abrir la puerta

—Pero mi trabajo— interrumpo.

—Su trabajo es seguir mis órdenes—por fin salgo de ahí, vamos a ver qué nos prepara la noche.

Marc

La música clásica, los meseros pasando con champañas y las mujeres llenas de joyas. Este es el ambiente donde las apariencias engañas, mujeres que a lo más aspiran es a ser la amante de algún funcionario del gobierno.

Deseos imparablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora