Deseos imparables

Capituló 35

West vs Beger

Moscú 24 de marzo del 2018

Rustem

Admiro cuidadosa mente el retrato familiar que tengo enfrente. Por años mi padre «Guillermo Beger» me decía que si quería lograr tener el control absoluto, tenía que gobernar con terror «cosa que él jamás hizo»

Jamás se imagino que sus consejos terminarían por acabar con su vida, cuando tenia 20 años mate a mi progenitor para ascender a lo más alto en la organización «Alpha» y exile a mi madre para que no interferirá.

Me casé con Alaska para cerrar con broche de oro la asunción a mi nuevo trono. Esta misma mujer ha sido la causante de mi mayor dolor de cabeza los últimos años.

Por años jamás nadie se había atrevido a tan solo pensar en matarme, hasta que llegó Marc West.

Este hombre tiene algo que me hace verlo como un igual, transformó a la OSDC de ser un intento de acabar con las mafias a un verdadero peligro. Y desde que apareció no se ha cansado de pisarme los talones.

Ha estado cerca «no lo niego» le tuve paciencia pensando que cuando secuestre a su mujer e hija pararía pero no fue así. En tiempo récord armó un operativo digno de un hombre como yo.

Llego a mi calabozo que tenía en el mar caribe repleto de un séquito de soldados convencido de clavarme una bala en la cabeza.

Por primera vez lo vi a la cara y no niego que aunque se vista de militar tiene una bestia en la mirada al igual que yo.

No me quedo de otra que matar a su mujer delante de él y su hija, por eso entiendo que este encaprichado de matarme pero se quedará con el sueño; debería estar agradecido que le deje viva a la mocosa.

Por esa misma razón no llamo a Génesis ni la quiero exponer, la sola idea de pensar que West la descubra, me asusta. No quiero ni imaginar lo que sería capaz de hacerle si descubre que es mi hija.

Camino por las instalaciones de mis laboratorios en la búsqueda de la bomba perfecta para destruir una civilización entera. Tengo tiempo trabajando en esto, quiero que se escuche el rumor que los Beger cuenta con armas capaces de hacer destrucción masiva.

—Papá... — alcanzo a escuchar muy de lejos.

Volteo en la búsqueda de donde proviene la voz «Camille» viene caminando hacia mi. La detallo, es bonita pero no a comparación de mi otra hija.

—Hola — me saluda dando una pequeña reverencia.

—Acompáñame — empezamos a caminar bajando por uno de los pasadizos, en la parte de arriba es un laboratorio de armas nucleares y drogas, pero en la parte de abajo, es donde tengo a una parte de mis prisioneros.

—Huele feo — se queja sin seguirme.

Ignoro su comentario y sigo caminando llevándola a que vea a mi hermana «Aliona» la madre de Mariam.

Cuando ascendí al trono le dije a mi hermana que se largara, pero no me hizo caso y se revolcó con uno de los hijos de uno de las cabecillas la Bratva. En mis planes era matarla pero supe que estaba embarazada, y de una manera ese bebé llevaba mi sangre.