Capitulo 19

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Washington

Marc.
Dos semanas después.

El frío de afuera entra por las ventanillas del carro. Traigo a mi hija recostada en mis piernas esperando llegar a mi antigua casa.

Han pasado 17 días desde aquel atentando en Colombia, dias realmente agotantes físicamente y mentalmente «Maximiliano Al Capone», suelto un suspiro. He estado estas dos semanas buscando como loco información sobre este hombre, pero realmente es una incógnita.

Cuando murió Melissa salí huyendo de este lugar, pues esta casa me recordaba tanta a ella. Pero creo que es momento de volver, este lugar es una fortaleza; y con nuevas amenazas es lo más prudente estar aquí.

Toda mi vida había vivido aquí, es una casa tan fría en todos los sentidos pero para mi es cálida, aquí están la mayoría de mi recuerdos.

Recuerdo que cuando era chico Cora me llevaba a esta casa. No es cualquier casa, es el lugar donde decidí formar un hogar.

Washington es la capital de estados unidos, aquí está el verdadero poder militar, su central es la más grande el planeta. Tengo que formar mi propio equipo con los políticos de la capital, una guerra se avecina y lo mejor que puedo estar es protegido.

—Sr. hemos llegado— dice mi chofer.

Levanto a Melek. Bajo de la camioneta, detalló mi antigua casa, sigue igual como la recordaba; no puedo evitar tener algunos recuerdos.

—No creo que sea una buena idea que se queden aquí— dice Cora bajando de otra camioneta.

—Para mi lo es— le quito importancia.

Cuando me casé obligué a Cora a poner distancia. Quería formar mi propia familia pero desde que no está Melissa se volvió a interferir en mi vida.

—¿Tanta seguridad?, se me hace un gasto innecesario.

Ya empezó a joder

—Quien atacaría al general de la OSDC, en la base de su poder— parece una novata.

Cora Spencer, mi madre fue una ex militar de la OSDC, fue una de las mejores de su generación pero al parecer está un poco oxidada.

—Rustem Beger, él lo haría.

—Ese es tu problema Marc, sobrevaloras demasiado a ese hombre— su comentario realmente me molesta, la ignoro y empieza a caminar para mi casa. — Aunque no te guste, estoy en la obligación de abrirte los ojos.

— Si como digas— le digo con sarcasmo.

Melek está corriendo en el jardín con los perros, «parece una de ellos».

Entro a mi casa, todo sigue igual como lo recordaba. Entro a mi antigua habitación, me doy un baño, y salgo al jardín trasero con la esperanza que Cora ya no esté.

«Mierda» aquí sigue, está sentada en la mesa del fondo, la detalló. Cora Spencer es una mujer hermosa, obviamente pues es mi madre, trae puesto un abrigo negro haciendo juego con su cabello negro azabache, resaltando sus ojos azul zafiros.

— ¿Te vas a quedar a vivir aquí o que?

—Cría cuervos y te sacarán los ojos— dice clavando sus ojos sobre los míos— Déjame darte mi opinión, no te la doy como madre si no como agente.

Deseos imparablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora