Deseos imparables

Capitulo 30

Cosas claras

Génesis

¿Qué mierda sucede?, Derek no deja de sonreír para las fotos mientras que yo no dejo de sentirme una rata de laboratorio.

—Ya quiero ir— le digo en el oído.

No se cuanto mas pueda soportar en este papel, esto sobrepasó lo que tenía en mente. Empiezo a caminar esquivando a los paparazzis sin ver atrás.

Derek me toma de la mano siguiéndome a la salida.

La cabeza me duele de tener todos los flash en la cara. Logramos entrar al carro, y no me puede engañar esto fue planeado.

—¿Qué fue eso? — reprocho.

—Soy una figura pública— empieza a manejar —no quería someternos a meses de persecución de paparazzis— continúa— preferí que lo tengan por mi, que por otra persona.

—¿Eso es todo?— No me puede engañar, esto tiene algo que ver con su discusión con Marc.

—También quiero que no haya duda lo que siento por ti, con esto Marc se va a dar cuenta que no estoy jugando contigo.

No contesto solo me centro en el camino. La cabeza me da vueltas, no entiendo porque estoy molesta, esto significa que cada vez estoy mas cerca del objetivo.

Pero a la vez más cerca del final, cada día qué pasa es un día menos para estar aquí, y esto no se como pueda afectar mis encuentros con Marc.

También el tablero que encontré aquella noche del bar, siento que me estoy exponiendo demasiado.

Estoy segura que mi cara saldrá por todos los periódicos, y no se que tipo de represaría podría tener esto para mi.

Después de casi 20 minutos llegamos a mi departamento, me despido de él y entro a mi hogar.

Me desvisto metiéndome en el jacuzzi. Dejo que la espuma me cubra todo el cuerpo, y por un momento intento relajarme pero no lo consigo.

Estoy muy estresada, siento que he acumulado todo en una bola de nieve que por fin me alcanzo.

Tengo el tiempo contado aquí, debo ser lo más rápida posible para no exponerme. Mi cuerpo y mente no soportaría otro secuestro de eso estay mas que consiente.

Pero eso son los riesgos de ser quien soy. Enserio me hubiera encantado de verdad ser la agente summers, una mujer normal, sin miedos a que estén cazando su cabeza.

Cierro los ojos en la búsqueda de paz, pero mi cabeza trae a el recuerdo de cuando West estaba aquí conmigo en el jacuzzi.

¡Basta! me regaño, no puedo cambiar nada, esta es mi realidad y la tengo que enfrentar.

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Empiezo a manejar al rumbo del comando hasta encontrar la desviación. Los párpados me pesan «no dormí nada anoche» en cuanto llegue iré por litros de café para mantenerme despierta.

Pasó los perímetros de seguridad mostrando mi credencial, huella digital y la seguridad ocular.

Dejo mi camioneta en el estacionamiento. Y empiezo a caminar a mi sector. Me miro en uno de los tantos espejos «joder, me veo fatal» el cabello lo traigo todo enredado y un par de ojeras adornan mis ojos.