Conector.

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Era Jueves y un par de primos se encontraban caminando por las plazas de su ciudad luego de que el modelo hubiera tenido una sesión de fotos y aunque el mismo quería hacer algo más que simplemente estarse pasando por las tiendas de libros o por las tiendas de ropa formal, prefería no decir nada y fingir que no estaba aburrido, ya que desde aquel día del evento de moda en el que a su primo se le había "roto el corazón", él se había encargado de ser la compañia del Graham, no sólo cuando se encontraba tranquilo y normal, sino también cuando la pequeña tormenta en su corazón quería salir, pues no se le hacía sencillo el seguir viendo a Chloé para tratar de ignorarla, aun cuando ella prefería mantener su distancia con él para no lastimarlo más.

Todo iba tranquilo para el Graham, pues mientras la gente de la calle entraba asustada a la plaza por un akumatizado en la calle, él se encontraba en una tienda de libros en busca de alguno que leer en su, demasiado, tiempo libre mientras su primo se iba al "baño" por un fuerte dolor de estómago, pero pronto su atención viajó del libro que tenía en la mano, hacia una persona que había tocado su hombro en cuando ella entró a la tienda, la cual se le hacia extrañamente familiar...

-Disculpa, quiero comprar un libro, pero no sé cual me convenga y por lo visto, tú sabes de libros...

-¿Por qué dices eso si apenas entraste corriendo?... No llevas mucho aquí como para decir que me veo como un lector intelectual

-Yo... Emmm... Lo lamento... Es que en la calle hay un monstruo que me asustó mucho y entré corriendo pero no quería verme tan cobarde...

-Pues es que si lo eres, ¿cómo es posible que te sigas asustando con los akumatizados y sentimonstruos cuando al menos hay uno de cada uno al día?... Ya era tiempo para que nadie les prestara atención, al final siempre los héroes con traje de "mallitas" los vencen, todo regresa a la normalidad y ya... No es la gran cosa...

-Parece que esto ya es de mucho tiempo...

-Eh, ¿si?... Desde hace tiempo que vine a visitar a alguien, esto ya existía... No eres de aquí, ¿verdad?

-No, soy de New York...

-Eso explica el porqué te espantaste... Como sea, no importa si te atacan o no, tampoco importa si destruyen el mundo, al final todo regresa a la normalidad... Es algo rutinario.

-Comprendo... Gracias, supongo...

-Ajá, pero si te interesa un libro... —le entregó el que tenía en la mano— Te recomiendo "El Anónimo" de Natasha Preston... Es de misterio

-Eh... Gracias... —insinuó el querer saber su nombre pero solo consiguió que el joven la viera raro.

-¿Te ocurre algo?

-Ah, no, solo quería saber tu nombre para agradecerte...

-No entiendo para que lo quieres saber si nunca vamos a volver a vernos, no le veo importancia... Pero bueno, me llamo Félix

-Un gusto, yo soy—

-Solo dime tu apellido, —interrumpió— me refiero más a la gente con sus apellidos...

-Lee

-De acuerdo, Lee, ya te di una recomendación, adiós.

Mencionó antes de caminar para seguir en lo que inicialmente estaba, pues ya había comprobado, gracias a el apellido, que no conocía a aquella chica y no había motivos para sentir "familiaridad" con ella.

Pasaron un par de horas y en la suite de la rubia se encontraba la misma mientras veía con atención el regalo que le daría a su novio, pues hoy era su cumpleaños, no estaba segura de lo que haría, no había problema, había citado a la madre del chi...

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Pasaron un par de horas y en la suite de la rubia se encontraba la misma mientras veía con atención el regalo que le daría a su novio, pues hoy era su cumpleaños, no estaba segura de lo que haría, no había problema, había citado a la madre del chico antes de dar un regalo de esta magnitud y la misma había accedido.

Se acercó con lentitud a él y sintió como el mismo se acercaba a ella para ladrarle y atraer su atención, a lo que lo acarició, preguntándose todavía si era lo mejor que pudo haber conseguido.

Sabía que al de mechas azules le gustaban mucho los perros y sabía que él quería un perro pero no podía evitar pensar que quizá el joven dijera que no lo quería, después volteó a ver al cachorro y una sonrisita tierna se formó en su rostro, ¿quién no querría tener una cosa tan hermosa?... De igual manera, ¿por qué le daba tantas vueltas al asunto?, si él no lo aceptaba, ella se lo quedaba, asunto resuelto.

La hora de ir a verlo llegó, así que en una bolsa guardó todas las cosas que había conseguido para el can, le puso su collar y lo cargó para poderselo llevar.

Salió de su suite y se dirigió al elevador para tomarlo hasta llegar al último piso en donde cuando las puertas se abrieron salió pero no notó que una joven iba a entrar y ambas chocaron, causando que los lentes de la otra chica se cayeran, por lo que la Bourgeois se disculpó e iba a agacharse pero fue detenida por la otra joven...

-Descuida, —se agachó por sus lentes oscuros y se los puso— yo los recojo... —retomó su postura— Tú estás muy cargada...

-Ay, perdona y gracias... —se movió del paso a la entrada del elevador— Es que llevo algo de prisa...

-No te preocupes... —repitió las acciones de la rubia— Que bonito perro, ¿puedo acariciarlo?

-Claro...

-Awww... —lo acarició— Es muy tierno, ¿cómo se llama?

-No lo sé, es que no es mío, solamente lo estoy cuidando y ya lo voy a ir a dejar con su dueño...

-Ya veo... ¿Y tú cómo te llamas?... Disculpa si pregunto mucho, pero apenas hoy llegué a París porque vengo de New York y bueno, estoy sola y algo cansada...

-Entiendo... Soy Chloé... Yo igual fui a New York hace cómo un mes o un poco más y si, es muy cansado el trayecto...

-¿Fuiste a visitar?

-Me hubiera gustado, pero no, fui por parte de un paseo Escolar porque la única vez que casi voy, era para visitar a mi madre que vivía ahí pero ya no...

-¿En serio?... Te pasa lo mismo que a mi, nada más que yo si pude venir a visitar a mi madre...

-Espero que no esté muy ocupada cómo la mía y puedas estar con ella...

-Eso espero, siempre solía estar ocupada por su trabajo, ¿la tuya también es por trabajo?

-Si, es la crítica y diseñadora de modas más famosa del mundo, seguramente has oído de Audrey Bourgeois...

-¿Qué?... No lo puedo creer... — confundida— ¿Audrey es tu mamá?...

-Si, es algo agotador pero creo que te acostumbras... Como sea, no me lo tomes a mal, pero ya tengo que irme porque me esperan... Adiós

-Cla-Claro... A-adiós...

Mencionó con su voz cortada antes de verla salir del hotel.

"Green" . | Historia Lukloé.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora