¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
🔞
El olor a perfume caro y la música clásica sonando en los parlantes inundaban el ambiente. Estaba tan aburrida. Mis padres prácticamente me habían obligado a asistir a esta mala fiesta sólo por interés suyo.
No era muy cercana a Serena y su grupito de problemáticos, por lo que me hallaba completamente sola allí mientras que mis padres se paseaban el salón completo, sonriendo y charlando de temas superficiales, algo típico en ellos.
Me acerqué el buffet y bañé una fresa en la fuente de chocolate antes de llevarla a mi boca y sonreír encantada mientras saboreaba la exquisita combinación de la dulce fresa con lo amargo del chocolate.
-al parecer alguien está disfrutando del buffet- dijeron detrás de mi. Giré, encontrándome al mismísimo Carter Baizen, portando un notablemente caro traje negro, con su cabello echado a un lado perfectamente y esa sonrisa de lado típica de un mujeriego como él. Mujeriego al cuál no me podía resistir.
-Carter!- chillé emocionada antes de abrazarlo por el cuello con toda mis fuerzas. Aquel castaño había viajado a Dubái, quedándose en Palm Island por un par de meses, los cuales se me hicieron eternos.
Carter era mi confidente mas grande y también el único. Había sido a quien le confié mi virginidad para sentirme segura en mi primera vez, y él por supuesto que no me decepcionó, haciéndome pasar la mejor noche de mi vida cuando creía que sería todo lo contrario.
Lastimosamente luego de ese suceso había tenido que irse para ofrecer su ayuda en los destrozos del huracán Katrina. Era un imbécil en ocasiones, pero acciones como esa sólo me hacían caer más duro por él.
-me extrañaste?- preguntó, enrollando sus brazos en mi cintura y levantándome apenas en el aire antes de separarnos.
-claro que si, idiota, por qué no me llamaste?- golpeé su brazo sin mucha fuerza mientras lo miraba acusadoramente.
-cambié de teléfono en Dubái y no pudieron reconectarme a mi anterior línea, perdí todos los contactos- explicó, abrazándome por los hombros. De repente se sintió como si el bullicio a mi alrededor estuviese aturdiéndome y él pareció captarlo -te parece si vamos arriba? Allá está mas tranquilo y sé lo ansiosa que te puedes poner cuando hay mucho ruido-
No tuvo que pedirlo dos veces y rápidamente nos movimos escaleras arriba, bajo la atenta mirada de Serena, su grupo y mis padres.
-estas seguro de que podemos estar aquí?- pregunté, mirando con cautela los alrededores mientras ingresábamos a una de las habitaciones, encontrando una gran cama en el centro y varios muebles alrededor. Todo tenía un aura antigua que lo hacía ver todo más costoso de lo que ya era de por sí.
-acaso no sabes quién soy?- respondió burlón, pero al ver mi mueca incómoda borró la burla de su semblante y se acercó para acariciar mis brazos -tranquila, si? Tengo todo controlado- la suavidad en su tono me dio la confianza para formular una pequeña sonrisa.
