¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Un nuevo día, una nueva discusión. Al parecer eso era lo único que podíamos hacer Sebastian y yo últimamente, ante el detalle más estúpido o el problema más diminuto no podíamos evitar acabar gritandonos.
Me dolía muchísimo ver como nuestra relación se iba desgastando y cayendo a un pozo de toxicidad. Amaba a Sebastian, no había duda de eso, pero ya no era el mismo del que me había enamorado años atrás, y nuestra relación tampoco era la misma.
Lastimosamente había un ser en nuestro apartamento que presenciaba cada una de nuestras peleas. Cody, un pequeño cachorro que rescatamos de la calle al mudarnos juntos. Cody era mi mejor amigo, quien estaba para mi en mis días oscuros ante la ausencia de Sebastian, y realmente era el perro más leal y compañero que habia conocido jamás.
-joder, Sebastian, te pedí que sacaras la basura ayer por la noche!- me quejé, haciendo una mueca de disgusto ante el desagradable olor que emanaba la oscura bolsa de consorcio.
-lamento tener una vida ocupada, May! No todo es sacar la basura para mí...- exclamó el rumano, mientras ingresaba a la cocina con una expresión de desagrado en su rostro.
"Aquívamosotra vez" pensé.
-Sebastian comprendo que tengas trabajo por hacer, pero el mantenimiento de esta casa es responsabilidad de ambos- mi tono era Pacífico, e intentaba no llevar la situación a una pelea.
-puedes ser un poco más comprensiva y ayudarme? Tengo mucho trabajo últimamente- su voz sonaba molesta y luché por no salirme de mis cabales. Solté un largo suspiro y asentí.
-esa siempre es tu excusa..- murmuré, esperando que no me haya escuchado. Error. Me escuchó. Su cabeza se giró hacia mí con furia, fulminandome con la mirada, luego tomó la bolsa de basura y salió de mala gana de la casa. Volví que suspirar y pasé las manos por mi rostro en busca de tranquilidad.
El sonido de un celular llamó mi atención. Me acerqué al aparato, sin saber precisamente quién era el dueño, y observé la pantalla.
Dos llamadas perdidas de Margarita Levieva.
Por alguna razón, mi pecho dolió. Ya no existía la misma comunicación que antes entre Sebastian y yo, pero eso no implicaba que no me contara sobre sus cosas del trabajo y demás. Y sabia que su ex no era cosa de trabajo.
No pude evitarlo, quise hacerlo pero mis intentos fueron vanos. Tomé móvil y lo desbloquee con rapidez, al instante me mostró algunos mensajes recientes que aún no había visto.
-nos vemos esta noche?- -me quedé pensando mucho en lo de la semana pasada...-
La semana pasada? Mi corazón comenzó a palpitar con más rapidez al comprender de qué se trataba todo esto. Tal vez ya no sentía el mismo amor por mi, tal vez sentía que la conexión había desaparecido y por eso buscaba refugio en otros brazos. Pero lastimosamente yo seguía sintiéndolo todo por él.
Oí sus pasos y me apresuré a dejar el móvil donde estaba, actuando como si nada. Quería llorar, esconderme hasta que dejara de doler, pero debía enfrentarlo lo antes posible.
Su ceño se frunció al ingresar, pero no se molestó en mirarme y caminó a su móvil donde lo tomó entre sus manos mientras tecleaba algo allí. Mi corazón palpitaba con sus últimas fuerzas antes de romperse.
-esta noche debo ir a casa de Ed, tuvo algunos problemas y me necesita- dijo, en tono seco. Sus palabras me cayeron como agua fría al saber que su mentira era tan notable y que nunca había sospechado antes. Asentí, aunque sabía que no me veía, si soltaba palabra un llanto incesante se apoderaria de mi.
Corrí hacia la habitación, intentando ser lo más disimulada posible. No quería iniciar una nueva discusión, no quería culpar a Sebastian de algo que quizá no haya hecho...pero los hechos eran tan claros.
Me eché en la cama, soltando numerosas lágrimas silenciosas. Cody me observaba desde el borde de la cama, con una mirada que me transmitía todo lo que no podía decirme. Sebastian no se había molestado en saludarme, simplemente salió por la puerta haciendo un gran estruendo que sonó en toda la casa. Suspiré.
No podía pasar la noche sola nuevamente. Me sentía tan triste, tan abandonada, pero debía aclarar dudas antes de irme, quizá para siempre.
Esperé unas horas pacientemente, mientras armaba la valija con mi ropa. Una vez acabé, me acerqué a mi teléfono y toqué la pantalla un par de veces antes de contactar con Ed, un gran amigo de Sebastian.
-hola?-
-Ed? Hola! Soy May..- mi voz sonaba ronca a causa del llanto. Carraspeo un par de veces.
-oh May, que sorpresaoírte!- su voz sonaba emocionada. Sonreí a medias recordando la alegría que siempre invadía a Ed, pero mi sonrisa se borró al instante. Nadie suena tan emocionado cuando tiene problemas.
-lo mismo digo- respondí.
-que necesitas?- preguntó.
-está Sebastian contigo? Necesito pedirle algo y no he podido contactar con él..- inventé una excusa rápida, rogando sonar convincente. Ed dudó un poco del otro lado de la llamada, parecía estar en un debate interno para responder, pero acabó suspirando y respondiendo con voz penosa.
-lo siento, May, Sebastian no está conmigo- nuevas lágrimas se acumularon en mis ojos. Asentí y agradecí antes de colgar y soltar en llanto nuevamente. Sebastian llevaba un largo tiempo mintiéndome, un largo tiempo viéndome la cara de estúpida.
Cerré el cierre de la valija y caminé con ella hasta la sala de estar, donde Cody me esperaba con una mirada interrogante. Cody...nuestro pequeño Cody, nuestra primer responsabilidad juntos y el creador de muchos momentos felices.
-vámonos, bebé- palme mi pierna en señal de que viniese pero no respondió, el can parecía decidido a quedarse y parecía implorarme con la mirada porque no me fuera. -lo siento, amigo, pero no puedo quedarme-
Me acerqué a besar su peluda cabeza, donde él aprovechó para lamer mi rostro y soltar algunos sonidos dignos de perro. Me alejé de él, llorando, y lo acaricié una vez más antes de salir por las puertas de las que alguna vez había sido mi hogar con Sebastian.
__
Lamento la demora bbys, estuve algo ocupada y sinceramentetuve bloqueo lector y escritordurantetoda la semana. Espero y comprendan.
