O25 | THE PATIENT ON FLOOR 4 II

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Carter Baizen

Reí mientras sentía sus besos descender por mi abdomen hasta llegar al elástico de mis bragas

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Reí mientras sentía sus besos descender por mi abdomen hasta llegar al elástico de mis bragas. Carter levantó su mirada para verme con picardía y yo simplemente le sonreí, dándole permiso para hacer lo que sea.

Verán, en este tiempo Carter y yo nos hemos vuelto unos muy cercanos compañeros de cama. Él me ayuda con los gastos de la medicación de mi madre y yo lo ayudo a saciar sus necesidades carnales. Es una pena que no se oiga tan bien como se siente.

Hemos pasado tiempo juntos, como la pareja que no éramos, pero siempre dentro de las cuatro costosas paredes de su suite puesto que nadie podía saber de nosotros; esa había sido una de las primeras condiciones de Carter y yo había decidido seguirla al pie de la letra.

Disfrutaba del sexo con él, lograba hacerme sentir querida y deseaba, aunque sabia que solo eran ilusiones mías. Carter era un mujeriego de primera, por supuesto que tendría conocimientos y experiencia en como tratar a una mujer.

Suspiré satisfecha ante las caricias que sus dedos proporcionaban a mi zona húmeda. Era bueno, muy bueno, pero no lo admitiría demasiado en voz alta. Carter tenía el ego por más allá que las nubes, no quería que su ego abarcara toda la galaxia.

-oh Carter, sigue...-

-no tenia planeado parar, sexy enfermera- si, uno de los fetiches de este sensual hombre era su afición por verme con mi uniforme de enfermera.
Decía que se me veía increíble, que solo yo podía llegar a verme tan bien en un uniforme tan feo.

Lo peor de todo no es su raro fetiche de querer follarme con el uniforme laboral puesto, sino que con cada palabra dulce o halago de me dedicaba yo caia más por él.

Fui recostada delicadamente sobre la cama, mientras era desnudada completamente por el hombre que se deslizaba sobre mi. Era tan sensual y bello, que sentía que cada vez que lo miraba solo me lastimaba más.

Acaricie su pecho desnudo mientras atraje sus labios a los míos desde su nuca. Amaba la sensación de sus carnosos labios siendo mordisqueados por mis dientes y llevaba disfrutando de esto casi cinco meses.

Pues si, hace ya cinco meses que follo con Carter sin compromiso alguno entre nosotros. Se me hacia muy difícil no gritar un te amo en su dirección cada vez que llegaba a un orgasmo, pero con toda mi fuerza de voluntad lograba callar mis impulsos.

Me fue imposible no jadear cuando sentí como uno de sus dedos se colaba en mi interior, logrando atar un nudo en mi bajo abdomen que me causaba espasmos llenos de placer. Sus dedos se movían lentamente dentro mío, mientras sus labios jugueteaban con los míos y su otra mano lo sostenía para no caer sobre mi cuerpo.

Mis manos buscaron el elástico de sus pantalones de chándal y él pareció comprender lo que quería puesto que soltó una ligera risa y me ayudó a despojarlos de su cuerpo. Ahora, con él totalmente desnudo, disfruté de la calidez que su cuerpo emanaba y las miles de emociones que explotaban en mi estómago.

-Carter- lo llamé, él me observó expectante -te quiero dentro de mi- solté. Sonrió satisfecho y alineó su miembro a mi entrada, comenzando a ingresar por la humedad de mis paredes. Gemi sin poder evitarlo, mientras él soltaba insultos referentes a lo bien que se sentía.

Un vaivén rápido y duro fue el patrón que sus embestidas siguieron.  Disfrutaba de su atención y las maravillosas vistas que estas me proporcionaban. Tener a Carter, con el sudor haciendo brillar su piel, sus cabellos despeinado y sus muecas de placer eran la imagen erótica más perfecta que habia visto en toda mi vida.

-te sientes increíble- susurró, cerrando sus ojos con fuerza. Afianzó sus manos a mis caderas con dureza mientras me embestia con fiereza.

-asi! Justo así, Carter!- grité, sintiendo mi clítoris palpitar desesperado. El choque de nuestras pieles realizaba un chasquido imparable mientas ambos jadeabamos en respuesta. Me sentía demasiado cerca de llegar a mi orgasmo, sus arremetidas eran tan justas y placenteras, nos complementamos perfectamente bien.

-ya casi Carter- susurré. Mordí mi labio inferior, sintiéndome en la punta del precipicio del placer, a punto de caer a un orgasmo letal.

-oh mierda, Serena, eres jodidamente perfecta- todo en mi se destartalo al oír lo que dijo. Acaso me llamo Serena?

Recuerdan el precipicio de placer del que les había hablado? Pues si caí, pero resultó ser una trampa que me llevó a la peor sensación del mundo; asco.

Me separé bruscamente de su agarre, confundiendolo y arruinando su magestuso orgasmo. Su mirada me pedía respuestas, mientras que yo, yo simplemente me sentía usada.

-me llamaste Serena- mi rostro amenazaba con desfigurarse en una mueca triste, pero no se lo permití. Debía mostrarme fuerte para que no supiera lo mucho que esto me afectaba.

-qué? Que dices..-

-me llamaste Serena, joder!- exclamé, recogiendo mi ropa del suelo -¡como pude ser tan estúpida!-

-Malia, fue un error, no pensé...-

-que no pensaste? Claro que pensaste! Pensaste en ella mientras me follabas a mi- hice ademanes con las manos, mientras me cambiaba lo más rápido posible. Necesitaba salir de allí, me sentía agobiada, sucia, usada. Comenzaba a arrepentirme de haber aceptado su trato.

-que no! Solo fue una confusión que tiende a suceder!-

-que mierda dices, Carter, yo jamás te llamé como mi ex novio y menos en medio de un orgasmo!- tomé mi cabeza entre mis manos y tiré de algunos cabellos. Me decidí que lo mejor era irme y quizá nunca volver a acercarme a aquel elegante y caro edificio, por mi y mi dignidad.

-Malia, que haces?- murmuró viéndome salir de la habitación. Tomó una sábana y la enrollo en su cintura mientras me seguía por los pasillos de su suite -Malia lo siento muchísimo, no sé qué me pasó- quiso tomar mi brazo, pero fui más rápido y me giré a encararlo.

-pues yo sí sé lo que te pasó- dije, sorpendiendolo. Jamás me había escuchado hablando en un tono tan dolido como el que estaba usando ahora -tú, querido Carter, jamás superaste a Serena y lo que alguna vez tuviste con ella-

>>abre los ojos! Ella ya rehizo su vida con otro hombre y no luce como si se arrepintiera de haberte dejado ir. Pero sabes cuál es tu maldito problema? Que siempre...buscas maneras de remplazar lo faltante para ocultar tu dolor<<

>>me usaste para olvidar a Serena. Claramente no lo conseguiste, solo lograste lastimarme y hacerme sentir como una estúpida que se enamora del más idiota de todo New York<<

Las lágrimas ya habían comenzado a caer por mis mejillas mientras Carter me veía sorprendido, sin creer mis palabras.

-me permití caer en tus juegos porque creí que sería la manera de olvidar el dolor y el pasado. Jodida suerte me ha tocado que solo me has ocasioando más problemas-

-Malia, yo...-

-no te gastes, Carter. Está hecho- y fueron mis últimas palabras antes de salir de aquel suite donde tantos bellos y pasionales recuerdos me esperaban en busca de más dolor.

Fui estúpida al enamorarme del paciente del piso 4, pero fui más estúpida al enamorarme del mismísimo Carter Baizen.

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❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞  SEBASTIAN STANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora