Bucky Barnes
Coloqué el pedido sobre la mesa de la pareja y, con una sonrisa, les di el buen provecho. El trabajo en la cafetería era agotador, pero realmente me gustaba el ambiente del lugar y disfrutaba mi trabajo aquí.
Los clientes normalmente eran siempre los de costumbre, por lo que muy pocas veces debía preocuparme por alguna llegada indeseada, es decir, clientes difíciles de antender que te hacen pasar un mal rato.
La campanilla en la puerta sonó, haciéndonos saber que un nuevo cliente había ingresado al local. Mis ojos se levantaron, para saber quien era aquella persona que había llegado al lugar, y éstos se encontraron con un hombre que jamás había visto antes, o al menos no me resultaba familiar con las prendas que llevaba. La gorra sobre su cabeza no me permitía observar su rostro, y la dificultad fue aún mayor cuando tomó asiento en la mesa más alejada.
Decidí no hacerlo esperar demasiado y, luego de algunos minutos, me acerqué con una pequeña libreta en mi mano, para tomar su orden.
-buenos días, señor. Ya sabe que va a pedir?- pregunté, con una sonrisa amable. Él, se sorprendió un poco ante mí inesperada llegada, pero rápidamente se compuso y dirigió su mirada al menú.
-mhm...tienen alguna tarta con ciruelas? Son mis favoritas...- preguntó, como niño pequeño. Guardé para mis adentros una sonrisa de ternura ante su tono y me apresuré para responder.
-lo lamento, solo puedo ofrecerle uno de nuestros smoothie de especialidad, que lleva frutos rojos, ciruela y crema chantilly- ofrecí. Aún no podía ver mucho más que su cabello, el cual era largo y castaño.
-suena bien- el hombre por fin levantó la mirada y quedé fascinada al instante. Sus ojos claros se fijaron en mi rostro y una pequeña sonrisa se asomó entre sus labios. Tragué saliva al notar al bello hombre que tenia frente a mi, pero me di cuenta que estaba tardando en responder.
-claro, ahora se lo traigo- sonreí. Iba a irme hasta que recordé un pequeño detalle y regresé a la mesa del misterioso hombre -disculpe, señor, puedo saber su nombre?-
-soy Bucky- respondió -y por favor no me digas 'señor'- sonrió ligeramente. Nuevamente sonreí, sin saber que ese era el comienzo de nuestra amistad.
__
Acabé de limpiar la última mesa y, con un suspiro aliviado, comencé a prepararme para cerrar el lugar e irme a casa.
La campanilla sonó, con aquel particular sonido que conocía hace tiempo, haciéndome saber que alguien había ingresado.
-lo siento, ya cerramos- dije alto, para que la persona que había entrado me escuche.
-incluso para mí?- preguntó con gracia, una voz que conocía bastante. Me giré con una sonrisa pegada en el rostro y me encontré a cierto ex-soldado del invierno sonriendo desde la puerta.
-Bucky!- exclamé con alegría, corriendo a fundirme en un fuerte abrazo con el castaño -donde estabas? Porqué desapareciste?- indagué.
Bucky no había visitado la cafetería en las últimas dos semanas. Me había preocupado e incluso había llamado a Steve para asegurarme que el ojiazul estuviera bien, cosa que el rubio confirmó. Me extrañó su comportamiento pero aún así respeté su espacio.
-solo me tomé un descanso de la ciudad. Debía descansar mi mente después de aprender tantas cosas- al conocerme, Bucky sabia muy poco acerca de lo que era el mundo actualmente.
Es por eso que tomé riendas y me ofrecí para ayudarlo a aprender sobre las nuevas cosas que la tecnología nos ofrecía, además también le enseñé la música del momento y los éxitos más famosos en el mundo de la música. Había sido tarea difícil pero estaba satisfecha con el resultado; un Bucky sonriente y algo más estabilizado en la actualidad.
-podrías haberme avisado, estaba preocupada por ti- lo reprendi, en modo de juego. Él sonrió ante mi clara preocupación.
-es que, lo hice sin planearlo...lo siento- acune su mejilla con la Palma de mi mano, sintiendo ternura por él ante sus palabras.
-tranquilo, Buck. Esta bien, mereces tu tiempo solo después de tantas cosas malas- Barnes me había contado todo su pasado, después de meses de amistad. Al principio sentí pena por él, pero luego me propuse a mi misma eliminar aquellos recuerdos de la manera sana, remplazandolos por buenos recuerdos.
-gracias por entender- sonrió cálido.
Minutos después, nos hallábamos bebiendo smoothie, solos y seguros dentro de la cafetería. Bucky bebía su smoothie de ciruelas mientras me contaba de su escapada. Yo lo oía interesada mientras bebía mi smoothie de fresa.
-sabes, ese tiempo solo me hizo pensar en ciertas cosas que nunca habían pasado por mi mente- agregó.
-que clase de cosas?- pregunté, levantándome para tomar una pajilla del mostrador.
-ese tipo de cosas que piensas cuando estás enamorado...- admitió con vergüenza.
-uh lala, mi querido Bucky está enamorado- sonreí con falsa alegría, de alguna manera me dolía el imaginar al castaño junto a una mujer, otorgándole todo el cariño que yo anhelaba. Me había enamorado de Barnes, y oír sus palabras se sentía mal. El hombre asintió, sonrojado -y quien es la afortunada?-
-digamos que, es una mujer trabajadora y especial. Es hermosa y me cautivó desde el primer momento que la vi- comenzó, yo oía dándole la espalda -cuando hablé con ella por primera vez, no pude evitar ponerme nervioso al instante. Nunca antes me había sentido así, ni siquiera en los 40s cuando era un mujeriego de primera- río sin mucha gracia -antes no quería nada serio con nadie, pero ahora, hasta podría casarme...-
-creo que estas exagerando- lo interrumpí, algo seria. El soldado negó y se incorporó hasta llegar a mi lado.
-no, no lo hago- afirmó -realmente la quiero, Sydney, haría todo por ella. Ella es una de las pocas personas que realmente me importan-
-pero nunca me haz hablado de ella! Ni siquiera sé su maldito nombre!- me alteré.
-quieres saber su nombre?- preguntó, asentí repetidas veces -su nombre es Sydney y se encuentra en pie justo en frente de mi- susurró cerca de mis labios. Sentí como si la sangre hubiese dejado de fluir por un segundo. No me esperaba tal confesión.
-que?-
-te amo, Sydney, más de lo que debería...- sus cursiladas fueron interrumpidas por mis labios sobre los suyos. Al principio fue un beso suave que, con el tiempo, tomó calentura.
Después de esa noche, Bucky y yo comenzamos una relación, siempre manteniendo nuestra relación de mejores amigos pero con ciertos privilegios. Y, agrego, después de esa noche jamás volví a ver el mostrador de la misma manera, no sin poder recordar aquella candente noche con Bucky.
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❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞ SEBASTIAN STAN
Fanfiction「 𝗦𝗲𝗯𝗮𝘀𝘁𝗶𝗮𝗻 𝗦𝘁𝗮𝗻 ─ 𝗢𝗻𝗲 𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀 」 Pequeñas historias de nuestro bombón Rumano, Sebastián Stan, y todos sus personajes. ❥ 𝗥𝗲𝗰𝘂𝗲𝗿𝗱𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗲𝘀 𝗵𝗮𝗰𝗲𝗿 𝘁𝘂𝘀 𝗽𝗲𝗱𝗶𝗱𝗼𝘀 𝗽𝗼𝗿 𝗰𝗼𝗺𝗲𝗻𝘁𝗮𝗿𝗶𝗼𝘀 𝗼 𝘂𝗻 𝗺...