O24 | THE PATIENT ON FLOOR 4

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Carter Baizen

-buenos días, señor- saludé al encargado detrás del mostrador

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-buenos días, señor- saludé al encargado detrás del mostrador. Me observó con una ceja levantada, invitándome a decirme que es lo que quería -soy enfermera, Malia Stiksi, y vengo porque me solicitó un tal- revisé el papel en mi mano antes de completar -...Carter Baizen-

-deme un momento para confirmar sus palabras- hizo un ademán con su mano y yo asentí comprendiendo. Se veía como un edificio caro y elegante, era obvio que no permitían cualquier tipo de visita. Se demoró unos minutos, pero al acabar, me dijo con cortesía -puede pasar señorita, es el piso 4, habitación 22- asentí nuevamente, con una sonrisa de agradecimiento.

Quedé embelesada con la belleza que poseía aquel hotel y anhele con todas mis fuerzas tener el dinero suficiente para pagar, al menos, una noche en una habitación de esas. Subí al lujoso elevador, haciendo memoria de las intrucciones que había recibido anteriormente.

Llegué al piso 4, donde fui recibida por una dama que me guió hasta la habitación correspondiente. Ingresé a el lugar, intentando no babear por las increíbles vistas a Nueva York que tenia desde mi posición.

-señorita- percibí un llamado hacia mí -por aquí- me indicó. Caminé detrás de ella, observando mis alrededores; un mueble mas caro que el anterior, y muy bello y moderno por cierto. Llegamos a una gran puerta, que fue abierta por la dama, la cual me dio una sonrisa cortés, invitándome a ingresar.

Mi mirada chocó con un cuerpo plantado sobre la inmensa cama. Aquel individuo estaba cubierto hasta la cabeza con las sabanas, por lo que no podía ver su rostro.

-buenos días, soy la enfermera Malia Stiksi. Me comentaron que pidió asistencia lo antes posible por lo que deduzco que debe sentirse muy mal, me gustaría revisarlo- hablé de manera rápida y nerviosa. Era apenas una aprendiz, no tenia mucha práctica en visitas a mis pacientes.

El hombre se movió entre las sábanas, dejándome ver sus ojos, que parecían examinarme antes de mostrarme su cara completamente. Retuve la respiración al verlo, era realmente apuesto. Sus ojos celestes, su mandíbula marcada, sus labios carnosos me dejaron mucho más embobada que toda la suite.

-uhm, no recuerdo haber pedido asistencia médica- me observó de arriba a abajo, mientras un escalofrío me recorría.

-encerio? Oh, entonces parece que obtuve información equivocada- estaba apunto de dar la vuelta regresar por donde vine, me sentía intimidada allí, pero su voz a mis espaldas me obligó a parar.

-espera, no te vayas!- salió de un salto de la cama, dejando ver su pecho desnudo, trabajado, y que solo vestía con unos pantalones de chándal. Tragué saliva, que hombre tan increíble! -me he estado sintiendo mal las últimas semanas, creo que fue mi secretaria la que te solicitó. Creo que me vendría bien un chequeo- me dió una sonrisa, que colocó mis vellos de punta. Como iba a negarme a eso?

__

-por lo que veo tu temperatura está bien y solo tienes un pequeño resfriado que se irá en unos días, si haces reposo- anoté aquello en mi libreta, restándole algunas pastillas para la congestión nasal. La arranqué y se la tendí -sigue las instrucciones al pie de la letra y en una semanas estarás bien-

Él tomó la hoja, haciendo una mueca al ver la letra inentendible en la hora; cosas de médicos, no lo entenderías.

-que se supone que dice aquí?- preguntó, confundido.

-el farmacéutico entenderá- contesté con simpleza, preparando sus cosas para volver al hospital. Me estaba poniendo nerviosa con la simple presencia de Carter, sentía que no podía respirar entre esas cuatro paredes. El joven fijó su mirada en mi, sintiéndose atraído por la belleza que desprendía.

No pudo evitar acercarse a pasos lentos. Conocía el choque que daba en las mujeres, conocía la sensualidad que desprendía, sin dudas Carter creía que me tenía entre sus redes, más se confundía.

-ocurre algo, señor Baizen?- pregunté, nerviosa por su cercanía. Él tocó mi mejilla con suavidad, mirando mi rostro y detallando cada rasgo en él. Su toque me daba cierto confort y calidez, aunque eso no quitaba lo extraño de la situación. Me aparté de él.

-lo lamento- soltó, al observar mi ceño fruncido. Su cuerpo aún estaba a escasos centímetros del mío, sin embargo él respetó mi espacio. -es solo que es una mujer muy hermosa, señorita Stiksi, daría lo que fuera por un momento con usted- dijo, sin pelos en la lengua. Me sorprendí de sobremanera por sus palabras, nadie había sido tan directo conmigo antes.

-que dices...?- pregunté, abrumada.

-le ofrezco una gran suma de dinero, mensual, a cambio de que sea mi "enfermera personal"- contestó. Abrí mi boca sin saber que decir, debía admitir que Baizen estaba para chuparse los dedos y el dinero me hacía falta para cubrir mis deudas. Aunque por otro lado estaba mi dignidad.

-supongo que con "enfermera personal" se refiere a algo erótico- deduje. Él asintió con una sonrisa, acercándose a mi otra vez, está vez no me aleje de su tacto.

-eres muy lista. Sin embargo, he de agregar algunas condiciones- su aliento chocaba con mi rostro, enciendo las llamas en mi Interior -como por ejemplo, nunca nadie sabrá de nosotros, de esta relación que tendremos, la cual será pura y exclusiva para sexo- de alguna manera u otra esas palabras me cayeron mal, pero me mantuve firme.

-qué pasa si alguien se entera?- pregunté.

-esto manchará mi nombre, por lo que me veré en la obligación de manchar el tuyo- aquel tono duro y seco solo me encendía más. Dios, estaba enferma. -entonces, que dice señorita Stiksi, acepta trabajar para mí?- preguntó nuevamente, jugando con uno de los mechones de mi cabello.

Lo medité por unos segundos, ¿realmente quería hacer aquello? Algo en mi se encendía al verlo, era pura calentura que se presentaba al tener un ser tan ardiente frente a mi. Además necesitaba el dinero, y él no se veía como un estafador.

-acepto- murmuré, bajando la mirada. El negó con la cabeza, levantando mi mentón con sus dedos.

-condición dos; nunca bajes la cabeza- susurró, sobre mis labios -esto es trabajo, Malia, no tienes de qué avergonzarte- asentí frenéticamente ante sus palabras, intentando convencerme con ellas. El sonrió emocionado, antes de agregar -nos divertiremos mucho juntos-

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Próximo os ~smut~, continuación del os número 24 (osea éste). Espero que les haya gustado, sinceramente me encanta Carter Baizen e imaginarlo en un papel así es simplemente un 🌌orgasmo mental🌌.
Bye hermosas, cuídense!

❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞  SEBASTIAN STANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora